Entrevista > Alejandro Fernández Vera / Profesor de Tecnología (Elda, 30-abril-1976)
La adicción o enganche de los adolescentes de doce a dieciocho años a los móviles, videojuegos y redes sociales se nos ha ido de las manos. ¿O todavía no? Alejandro Fernández Vera, profesor de tecnología del IES Monastil, es uno de los impulsores de la desconexión móvil, que imposibilita el uso de dispositivos en el centro.
El año pasado ya realizó un estudio con sus alumnos para comprobar si hay una relación directa entre el fracaso escolar y el abuso, tanto de móviles como de videojuegos. “Es evidente que sí”, remarca, pues los que sumaban menos de cuatro horas al día con ‘aparatitos’ pasaban de curso en un 83%, mientras, si se superaba esas horas, únicamente lo hacía el 38%.
Muchos consideran que somos los padres los culpables de esta preocupante situación, debido a que utilizamos el móvil a modo de premio o castigo, y nos hemos beneficiado de él siempre que nos ha convenido: dejamos a nuestros hijos delante de la pantalla y, al menos, no incordian, pensamos. Además, el ejemplo que les damos no es correcto.
«Entre los problemas que generan los móviles: la cada vez mayor adicción, la falta de sueño…»
¿Qué es la desconexión móvil?
El IES Monastil creó a principio de curso un espacio libre de móviles, mucho antes de la prohibición de su uso en centros educativos por parte de Conselleria. Seguidamente confeccionamos un grupo de trabajo y un proyecto para no permitir su uso dentro del instituto.
Nos ha costado muchísimo, porque la cantidad de alumnos que están enganchados a los móviles es brutal, pero estamos muy satisfechos. Los móviles se permiten que entren al centro, apagados y sin poder usarse.
¿Es una ‘epidemia’ mundial?
¡Por supuesto! En Estados Unidos, por ejemplo, están siendo más conscientes que nosotros, y en otros lugares, como Asia, el problema es todavía mayor. La sociedad en España, de momento, no lo ve mal, recordando antaño el tema del tabaco: hace 40-50 años ya se sabía que era perjudicial pero socialmente estaba bien visto.
Todas las leyes relacionadas con los móviles van a ir llegando, algunas ya lo han hecho, e irán a más, sencillamente porque los estudios demuestran su perjuicio.
«Conozco casos de jóvenes que pasan unas dieciséis horas al día viendo vídeos de TikTok»
¿Cuáles son las consecuencias que pueden provocar los móviles?
Los profesores observamos que es una generación perdida. Están acostumbrados a sus redes sociales, a unos estímulos rápidos, que duran apenas segundos (alrededor de veinte). Llegan entonces a clase y muestran un enorme déficit de atención: su cerebro se ha acostumbrado a esos estímulos inmediatos, que generan dopamina que es la sustancia del placer.
Cuando les damos clases de matemáticas, literatura o tecnología, desconectan y se aburren. Pero hay muchos inconvenientes más, como dificultad para relacionarse físicamente entre ellos -no se miran, no empatizan-, para dormir, que cada vez necesitan más de esos estímulos, es decir, más y más adicción; o los contenidos inapropiados, porque nunca utilizarán internet para saber la capital de Georgia, sino para divertirse.
¿El enemigo principal son, por lo tanto, las redes sociales?
Sí, Instagram y, sobre todo, TikTok, que es la más adictiva de todas. De hecho, recomiendo a las familias que se lo descarguen y comprueben hasta qué punto se pueden enganchar. Se trata del rey de los vídeos cortos, divertidos, que vas pasando de uno a otro de forma infinita.
Sé de jóvenes que pasan dieciséis horas al día en TikTok o cuarenta horas a la semana con una misma aplicación. Luego, en clase, sin esa luz y esos sonidos, desconectan y al final fracasan.
Recordemos que las RRSS están diseñadas para ‘robar’ el tiempo a los niños, porque cuanto más tiempo estén, más dinero ganan con la publicidad. No realizan las tareas ni preparan los exámenes, ya que su cerebro tiene más gratificación con las redes y no son capaces de dejarlas si no tienen un control parental.
«Permitir el uso de RRSS a los menores de catorce años es una irresponsabilidad»
¿Cuántas horas deberían estar frente al móvil?
Depende de la edad; según mi criterio y el de otros expertos, se habla de cero horas de móviles hasta los dieciséis años. Si se usa antes, al menos, no dejar que empleen RRSS hasta los catorce. Ya más mayor, deberían usarlo un tercio de su tiempo libre.
Insisto, el gran problema procede de las redes, a las que no se puede acceder -por edad legal-hasta los catorce. Por esa razón, los padres que lo permiten cometen una enorme irresponsabilidad.
¿WhatsApp también está haciendo mucho daño?
Sí. Esta app ha conseguido que un adolescente pueda estar horas mandando mensajes sin llamar, porque para ellos “llamar da palo”. No se quieren perder nada, tienen miedo a eso, y ello ha creado una necesidad de estar continuamente mirando el WhatsApp.