La sala de La Lonja se encontraba poco menos que a rebosar aquel junio de 1997, y eso que solo se trataba de una presentación ante la prensa. La inclasificable Yoko Ono, nacida en 1933, viuda de John Lennon (1940-1980) y autodefinida como artista conceptual, cantante y músico, presentaba seis instalaciones. Como que se había tirado un año trabajando con una maqueta del lugar.
Se puso profunda, soltó inesperados gritos e invitó a la tropa periodística a recorrer aquellas reflexiones, para ella, o divagaciones, según una parte de la prensa. Puro ‘hamparte’, que diría el artista plástico, crítico de arte e ‘influencer’ sevillano Antonio García Villarán (1976). Pero también un notable empuje mediático para la que se presenta como la sala de exposiciones más grande en la ciudad.
Del pescado al arte
Se construyó precisamente, entre 1917 y 1921, como mercado para subastar pescado. Con resabios orientalistas, como era habitual en su autor, el prestigioso ingeniero de caminos, canales y puertos de origen oscense, afincado en Alicante (cuya Junta del Puerto dirigió), Próspero Lafarga (1867-1922), la Lonja se deterioró bastante hasta que el Ayuntamiento la recuperó. Desde 1992, se transformaba en un museo con tres inmensas salas.
En una metrópoli, Alicante capital, con 349.282 habitantes según censo de 2023, es obvio que el listado museístico no se finiquitaba con los ya paseados, desde estas páginas, Museo de Bellas Artes Gravina (Mubag), Museo Arqueológico de Alicante (Marq), Museo de Arte Contemporáneo (Maca) y El Portalet. Recordemos que la relación, la alimentada, entre otras fuentes, por la red Museos de Alicante (Musea), nos salía más larga.
La Lonja se deterioró bastante hasta que el Ayuntamiento la recuperó
Sostenibilidad en aljibes
El listado era bastante extenso (aunque sin galerías de arte o algún que otro espacio privado): Aguas de Alicante, Belenes, Centro 14, Centro de Interpretación sobre los Refugios Antiaéreos, Ciudad Descubierta (junto al ayuntamiento, en el edificio de cristal), el de las Hogueras, el de las Ilusiones, El Portalet, Nueva Tabarca, castillo de Santa Bárbara (el de la ciudad, el Musa), The Ocean Race, Lonja, Gil-Albert, Cigarreras, Marq, Museo de la Universidad de Alicante (MUA), Mubag, Maca y la Sede Universitaria.
Sería interesante seguir deteniéndonos en aquellos más veteranos. A bote pronto, podemos irnos hasta el casco antiguo capitalino y visitar el Museo de Aguas (Pozos de Garrigós), abierto en 2009, por el 110 Aniversario de Aguas de Alicante. Historia, tecnología, sostenibilidad. Los tres aljibes originales, tras las correspondientes transformaciones, permitían un inopinado espacio cultural y divulgativo.
Hasta llegar las aguas de Sax, hubo pozos de Garrigós
Cese de utilidad
El sitio fue inicialmente preparado para saciar la sed de agua ciudadana, por el ingeniero alicantino Antonio Garrigós López (fallecido en 1877), a quien el consistorio le daba permiso para construir las cisternas en 1862. Solo un año después se efectuaban las obras, a partir de unos depósitos (cuanto menos uno de ellos) de origen muslime, sembrados (o sembrado) allá por el siglo VIII (los otros podrían ser del XVI).
Hasta 1898, año de traída de las aguas de Sax, los pozos, excavados en la roca, estuvieron operativos. Y de nuevo, como en la Lonja, comprobamos un nuevo cambio de utilidad (aquí, con nueva edificación adjunta, que incluye espacio interactivo para la chavalería). Eso sí, siempre con trasfondo de servicio al ciudadano, nutritivos antes y después. Como en el caso del Centro Cultural Las Cigarreras.
Toda una inmersión en la historia, que también es cultura
Huérfanos y tabaco
La antigua Fábrica de Tabacos, operada por trabajadoras antes que trabajadores (de ahí la Hermandad de las Cigarreras), se supone que porque las mujeres, cosas de la época, protestaban menos, aunque las alicantinas salieron bien reivindicativas, se convertía a partir de 2011 en complejo cultural y también museístico, con bastantes muestras de arte contemporáneo. Fue antes Asilo y Casa de Misericordia (albergue para pobres e inclusa un tiempo), desde 1735.
La Iglesia, necesitada de fondos, se desprendía de los edificios que en 1801 pasaban a dedicarse, tras la devoción, al vicio de la hebra. Su imponente edificio principal, la Casa de la Misericordia, tendrá en 2025 usos administrativos, culturales y, claro, museísticos. ¿Alguno más? Por ejemplo, en el mismo dintel del casco antiguo, el Centro 14, dedicado a la juventud, abierto en 1995 en las entrañas de un palacete de finales del XVIII.
El túnel siniestro
Y de la anterior casa-palacio de la calle Labradores a otro museo, este temático y extendido por casi toda la ciudad. Lo conforman los refugios construidos para defenderse de los bombardeos durante la Guerra Civil (1936-1939). Los que sobrevivieron a la piqueta constructora. El inicial es el ubicado en la plaza Sèneca. Justo al lado, con entrada por la calle Portugal, se encuentra el Centro de Interpretación sobre los Refugios Antiaéreos.
Entrar en aquel sótano, como primer punto de la ruta, supone bajar a un agobiante entorno pesadillesco. Un túnel con habitáculos a los lados. Con material cedido o encontrado, se reproduce, a partir de documentos gráficos, lo que debía haber allí entonces. Un audio nos sumerge sensorialmente en un bombardeo, cuando había que callar porque incluso tu compañero podía ser espía. Toda una inmersión en la historia. Que también es cultura.