Las increíbles estalactitas y estalagmitas de la Cueva del Rull llenan de misterio esta singular cavidad, sumamente turística. Ubicada en la localidad alicantina de La Vall d’Ebo, está considerada por muchos como una de las más bonitas y sorprendentes de toda la Comunitat Valenciana.
La cueva se ha ido creando por medio de conglomerados de calcio del Mioceno, de entre 23,5 y 5,3 millones de años de antigüedad, siendo sus formaciones rocosas -igualmente coladas, columnas y banderas- todo un espectáculo natural digno de admirar. Hoy en día se trata de una de las pocas cuevas del Levante español abiertas al público que sigue en proceso de formación.
Fue encontrada, casi por casualidad, por José Vicente Mengual Mas, conocido como el tío Rull, en 1919 mientras perseguía con sus perros un conejo. El animal se coló por una de las grietas y el cazador se lanzó a realizar un agujero más grande: éste de inmediato le brindó una ráfaga de aire fresco en el rostro, dejando al descubierto una gran cueva de la que no se tenía conocimiento.
Su evolución
A partir de ese momento, la curiosidad se apoderó de los vecinos de la zona y la cueva empezó a ser muy visitada. Décadas más tarde, ya en los años sesenta, fue el propio tío Rull quien acondicionó parte de la cueva, aprovechando el auge turístico de la cercana costa.
Permaneció abierta al público hasta 1970, manteniéndose en propiedad de sus herederos. Es años después, ya en los noventa, cuando la adquiere el ayuntamiento de La Vall d’Ebo, creándose entonces un recorrido entretenido, didáctico y seguro. Las primeras visitas guiadas al público se produjeron en septiembre de 1995.
A la cavidad se accede por una carretera con muchas curvas y a veces frecuentada por ciclistas, por lo cual pedimos extremar la precaución. Tiene un pequeño aparcamiento junto al punto de información y venta de entradas.
Fue descubierta casi por casualidad por un cazador en 1919, el tío Rull, mientras perseguía un conejo
Un recorrido circular
El recorrido de la Cueva del Rull tiene una longitud de únicamente 220 metros, con 287 escalones y un desnivel de 19 metros, haciendo que la visita -con sus pertinentes e interesantes explicaciones- se complete en unos 25-30 minutos.
Se lleva a cabo en sentido circular, para poder observar desde diferentes perspectivas todos los ángulos de la gran sala y sus formaciones subterráneas. Al mismo tiempo un guía especializado va detallando la historia y las numerosas curiosidades del lugar.
El espacio, muy bien cuidado, dispone de una iluminación que le da un plus todavía más misterioso y que permite resaltar toda la belleza del entorno. La temperatura en su interior es de unos 15 grados, con una humedad próxima al 100%. Se recomienda llevar calzado adecuado, porque podría resbalar.
En constante evolución
La Cueva del Rull es un paisaje en constante evolución, con espeleotemas y formaciones rocosas -algunas con caprichosas formas de animales- que la naturaleza ha desarrollado a lo largo de miles y miles de años.
Tal como se indica, las formas que se pueden ver se han originado por un complejo proceso: la roca calcárea está compuesta principalmente por carbonato de calcio, sobre todo mineral calcita. Cuando entra en contacto con el agua y el dióxido de carbono se transforma en bicarbonato cálcico.
De igual modo, el prolongado goteo del agua, con este bicarbonato cálcico disuelto y la posterior evaporación del agua, produce su descomposición, originando formaciones en crecimiento las cuales oscila entre uno y cinco centímetros cada cien años, siempre dependiente de la lluvia, la humedad y la ubicación.
La temperatura de su interior se mantiene constante en unos 15 grados, con un 100% de humedad
Normativa de la cueva
Incidir que la Cueva del Rull, de enorme valor geológico, tiene una serie de normas de obligado cumplimiento, como son que los niños pequeños vayan en todo momento acompañados de adultos y la prohibición de tocar las formaciones (por el hecho que la cavidad continúa viva, como hemos remarcado), además de no realizar fotografías ni videos.
Tampoco olvidemos que la cueva se visita únicamente con guía, no es posible hacerlo de manera libre, y que su entrada tiene un precio simbólico, reducido para niños, jubilados, discapacidades y con carné joven.
Otros puntos de interés
Como indicábamos, la Cueva del Rull está en La Vall d’Ebo, en plena naturaleza. Muy cerca, en el mismo término municipal, se localizan otras cuevas y simas de interés como Avenc Ample, Avenc d’Enmig, Avenc Estret, Cova Fosca, que contiene grabados prehistóricos, y Les Turrudanes, que alberga pinturas rupestres.
Otros puntos cercanos de interés son el Barranco del Infierno, Els Tolls (paraje del río Ebo que contiene piscinas naturales), las fuentes Gili, Monjo y el Museo Etnológico, ya en la población.