Entrevista > Rosa María Martínez / Investigadora de Bioquímica (Villena, 19-febrero-1976)
La investigadora en Bioquímica Aplicada de la Universidad de Alicante (UA) aparece en los primeros puestos del personal investigador científico más citado en todo el mundo en cualquier área. La investigación que dirige sobre microorganismos de entornos hostiles, como las salinas, ha arrojado resultados muy esperanzadores para el tratamiento del cáncer de mama, entre otros.
Charlamos con ella sobre ciencia y la situación del personal investigador en nuestro país, y nos confiesa su deseo de que la Rectora de la UA, Amparo Navarro, continúe los próximos años al frente de la entidad, en la que actualmente es Vicerrectora.
La bioquímica es una rama del conocimiento muy popular en los últimos tiempos, ¿en qué consiste?
Se encarga de estudiar las reacciones químicas que hacen posible la existencia de la vida. Actualmente, como área de conocimiento se habla de Bioquímica y Biología Molecular, y está detrás de los avances del conocimiento que permiten el desarrollo de vacunas, comprender cómo funciona un tumor, y por tanto cómo podría tratarse, o entender por qué se desarrollan enfermedades autoinmunes.
Vivimos un cambio de paradigma donde la sociedad mira hacia la naturaleza para buscar soluciones a sus problemas, ¿en qué líneas estás investigando con tu equipo?
En el grupo de investigación de Bioquímica Aplicada que dirijo en la UA, estamos trabajando en tres áreas principalmente. Por un lado, identificar microorganismos que pueden eliminar compuestos contaminantes del medio ambiente.
Hemos demostrado que pueden crecer en residuos de plantas textiles, muestras de aguas que contienen metales pesados tóxicos e incluso en fábricas de dulces y caramelos. Esto permite valorizar residuos industriales, al tiempo que otras moléculas con diversas aplicaciones de los microorganismos crecidos.
¿Algún descubrimiento interesante?
Respecto a la presencia de metales pesados, hemos descubierto que algunos microorganismos pueden formar nanopartículas metálicas en aguas saladas, que se están usando para administrar fármacos u optimizar circuitos eléctricos.
«Hemos descubierto microorganismos que pueden formar nanopartículas metálicas, que se están usando para administrar fármacos»
¿En qué otras líneas trabajáis?
En identificar y usar microorganismos como factorías celulares para producir algunos compuestos naturales, que sirven para formulaciones de cosmética y farmacia. El trabajo que tenemos más avanzado se centra en el uso de uno de los colorantes naturales que producen los microorganismos de los saleros, que contribuye al color rojo del agua de los saleros y salinas en verano.
Ciencia para mejorar la sostenibilidad…
Sí, usamos algunos microorganismos como ‘factorías celulares’ para producir bioplásticos, que podrían ser una alternativa al uso de plásticos que se fabrican a partir de petróleo, y que no son degradables.
¿Qué resultados destacarías en el área médica?
Que el pigmento natural producido por ciertos microorganismos abundantes en los saleros y salinas, tiene una elevada actividad antioxidante, antigrasa, antitumoral y antiglucídica. Esto resulta de gran interés para el desarrollo de nuevos fármacos y formulaciones cosméticas, así como en ámbitos relacionados con la preservación de alimentos.
«El pigmento natural producido por ciertos microorganismos en los saleros y salinas tiene una alta actividad antitumoral»
Tu nombre aparece en el ranking investigador de los más buscados del mundo, ¿qué supone este reconocimiento?
Demuestra que el trabajo que estamos haciendo tiene impacto y que los resultados son de utilidad tanto en ámbito nacional como internacional.
¿Cuál es la realidad del personal investigador en España?
Aunque hay ciertas mejoras respecto a la situación que se vivía hace quince años, la realidad es que la financiación de la investigación en España sigue siendo escasa comparada con la media europea. El nivel de burocracia es altísimo y existe una falta de estabilidad profesional de los investigadores.
¿De qué forma se podría evitar la fuga de talento en nuestro país?
Reforzar las políticas de estabilización con contratos estables desde las etapas tempranas de la carrera investigadora. Mejoraría la dotación de las convocatorias para financiar proyectos de investigación y transferencia de I+D+i.
«Hoy el alumnado tiene un alto grado de digitalización, quizás en detrimento de la comprensión lectora y el razonamiento crítico»
¿Cómo ha cambiado el alumnado universitario en los últimos veinte años?
Es una pregunta compleja… En esencia diría que el tipo de competencias y habilidades con las que ahora llegan a la universidad ha cambiado sustancialmente. Tienen un alto grado de digitalización y manejo de herramientas para la comunicación, quizás en detrimento de la comprensión lectora y la capacidad de razonar con espíritu crítico.
Además, eres Vicerrectora de Relaciones Internacionales y Cooperación para el Desarrollo en la UA, ¿en qué áreas estáis trabajando?
En la internacionalización de la institución para potenciar y facilitar la creación de titulaciones internacionales, o las colaboraciones entre grupos de investigación. Trabajamos en programas de intercambio de profesorado, alumnado y personal técnico de administración, gestión y servicios.
Además, impulsamos programas de cooperación universitaria al desarrollo en ámbito internacional en países en vías de desarrollo, con especial énfasis en África, Caribe y Latinoamérica, que incluyen programas de voluntariado internacional.
Las universidades, ¿qué lugar ocupan como generadoras de cambio social?
Son agentes claves esenciales, no sólo por su papel como entidades académicas donde la población puede formarse, sino por la investigación que se desarrolla. La transferencia de conocimiento que se hace a la sociedad y al tejido empresarial, y por la labor de responsabilidad social en momentos de crisis como el experimentado tras los estallidos en Palestina o Ucrania, o la reciente DANA en Valencia.