Entrevista > Carlos Martínez / Asociación Cazaserpientes (Paterna)
Cazaserpientes es una organización dedicada a la conservación de reptiles, especialmente serpientes, fundada en 1997 en la localidad de La Cañada (Paterna). Su objetivo principal es la protección de la fauna silvestre, ofreciendo un servicio permanente de rescate, captura y reubicación de animales que aparecen en áreas urbanas o fuera de su hábitat natural.
El proyecto está liderado por Carlos Martínez, conocido como ’Charly Cazaserpientes’, que ha adquirido con los años una dilatada experiencia en el manejo de herpetofauna. Su labor, realizada de manera altruista, incluye colaboraciones con protectoras, cuerpos de policía, ayuntamientos y ciudadanos.
Además de rescatar reptiles y mamíferos, invierte su tiempo y dinero en educar y sensibilizar a la población sobre la importancia de estas especies para el equilibrio ecológico. Su canal de YouTube ’Cazaserpientes: Rescate Animal’ ofrece una amplia muestra de sus acciones medioambientales.
¿A qué se dedica la asociación Cazaserpientes?
Es una asociación que nace de un proyecto personal iniciado en 1997. En aquel momento me di cuenta de que existían bastantes lagunas en la administración pública en temas de medio ambiente y conservación. Todo comenzó cuando empecé a atender avisos sobre serpientes que se colaban en domicilios de mi municipio, Paterna, lo que me valió el apodo de ’Cazaserpientes’.
Se fue corriendo la voz y desde entonces he colaborado cada vez con más personas y entidades públicas. Con el tiempo, y gracias a una mayor visibilidad en redes sociales, empezaron a surgir voluntarios desde otros municipios e incluso regiones de España interesados en “ayudarme a ayudar”, como a mí me gusta decirlo. Poco a poco el círculo se fue ampliando.
Cada vez más personas reclamaban tus servicios…
Principalmente de la mano de los cuerpos de policía, que compartían mi teléfono cuando se trasladaban a otros municipios. También el boca a boca entre vecinos y artículos en prensa fue determinante. En 2017, cuando empezamos a compartir nuestras actividades en redes sociales, la asociación adquirió un perfil más público.
Con la entrada de voluntarios fue necesario darle una forma legal, así nos constituimos como una asociación conservacionista dedicada al rescate animal, atención de avisos de fauna silvestre y concienciación medioambiental.
«Estructuras abandonadas, como acequias, aljibes y balsas suponen trampas mortales para la fauna»
¿En qué consiste esa concienciación?
Se trata de educar, tanto a adultos como a niños, sobre biodiversidad y la necesidad de entender y respetar la naturaleza. Ofrecemos charlas en colegios y otras entidades, donde explicamos cómo convivir de manera sana con el entorno.
¿De qué forma recibís las peticiones de ayuda?
Más del 90% de los avisos todavía me llegan directamente a mí. A partir de ahí, busco el apoyo o la derivación correspondiente. Los voluntarios de la asociación también gestionan sus propias zonas, donde realizan inspecciones periódicas de los “efectos trampa”.
¿Qué es eso?
Son estructuras abandonadas, como acequias, aljibes y balsas que, debido a su diseño, suponen trampas mortales para la fauna. Al quedar obsoletos por otras formas de riego más modernas, muchos han sido abandonados, pero como conservan agua, atraen a animales como anfibios, reptiles o mamíferos que quedan atrapados.
¿Cuántos animales encontráis ahí?
Es incalculable. Muchos animales no dejan rastro al morir, y sus cuerpos atraen a otros, perpetuando un ciclo de muerte. Sin embargo en otros casos hemos encontrado huesos de conejos, zorros, tejones y roedores; incluso, en algunos casos, jabalíes o corzos.
¿Ponéis estas situaciones en conocimiento de la Administración?
Sí, aunque es complicado. Participamos en algunos proyectos con Consellería que han permitido subsanar balsas, e incluso un proyecto de legislación que obligaría a instalar rampas de salida para fauna. Aun así, hace falta más integración y colaboración entre los organismos implicados.
«En la zona mediterránea no tenemos serpientes peligrosas para las personas o mascotas»
¿Cuál es el tipo de avisos que recibís con mayor frecuencia?
Principalmente recibimos avisos sobre serpientes en zonas urbanas, especialmente en viviendas particulares. Donde hay nidos, ratas, o salamanquesas, hay serpientes. Lo que intentamos es educar a la gente para que entienda que son animales beneficiosos y esenciales para controlar las poblaciones de roedores.
¿Son peligrosas las serpientes en esta región?
No, en la zona de Levante no tenemos serpientes peligrosas. Las más comunes son culebras, especialistas en cazar por constricción, y no representan peligro ni para personas ni para mascotas.
Actualmente, ¿cómo os organizáis?
Contamos con catorce voluntarios distribuidos en varias regiones, desde la Comunidad Valenciana a Madrid, Asturias, Murcia o Almería. Gestionamos avisos a través de grupos y plataformas de comunicación, lo que nos permite organizarnos rápidamente.
En cuanto a las reubicaciones, ¿cómo las gestionáis?
Intentamos evitar cambios drásticos de ubicación. Si una serpiente está sana, la liberamos en un área segura cercana que le sea propicia para seguir cumpliendo su función, apartada de viviendas y carreteras.
«Contamos con catorce voluntarios en varias regiones, desde la Comunidad Valenciana hasta Madrid y Asturias»
¿Qué impacto ha tenido la difusión en redes sociales?
Ha sido fundamental. Empezamos a compartir nuestro trabajo tras perder mi archivo personal en un incendio. Desde entonces, hemos conseguido más de 4.000 suscriptores en YouTube y colaboraciones con empresas que nos han ayudado a adquirir materiales. Esto nos ha permitido llegar a más gente y gestionar más avisos.
¿Por qué es tan importante para ti salvar animales?
Porque la biodiversidad es como un puzle en el que todas las piezas son igual de importantes. No hacemos distinciones: salvamos buitres, zorros, tejones… y serpientes, porque todos cumplen una función crucial en el equilibrio de la naturaleza. Es una cuestión de respeto hacia el medio ambiente y de entender que cada especie tiene su lugar en el mundo.