Entrevista > Alba Herrero Lázaro / Nadadora (Elda, 20-agosto-2002)
La nadadora Alba Herrero Lázaro tiene el honor de ser la tercera persona nacida en nuestra localidad -tras Isa Ortuño (balonmano) y José Quiles (boxeo)- que participa en unos Juegos Olímpicos. Lo logró el pasado verano en París, disputando los 4×200 m libres.
Nos contará no únicamente cómo fue la competición, sino también detalles de la propia Villa Olímpica, qué aspectos se podían mejorar -el servicio de autobuses, por ejemplo-, y la convivencia con el resto de atletas españoles.
Lamenta no haber podido vivir la Ceremonia de Inauguración por el río Sena, “porque la competición arrancaba al día siguiente”, y espera poder repetir experiencia en Los Ángeles 2028. Entre sus principales referentes, Mireia Belmonte, “una amiga de la que he aprendido mucho”.
¿Qué te llamó la atención de la natación?
De pequeña compaginaba este deporte con el karate, pero desde el primer momento me gustó mucho más la natación. Vengo de familia nadadora, pues mi abuelo (José Manuel Lázaro) siempre ha tenido mucha relación con la piscina, igual que mi madre y mis tías.
¿Cuál es tu especialidad?
El crol, lo que oficialmente se llama estilo libre. De distancia me muevo entre 50 y 400 metros, siendo mi prueba principal 200 metros, una mezcla entre esprintar y resistencia, al tener que mantener el crono los cuatro parciales. Mi mejor marca es 1:59:00.
«Mi especialidad es el 200 m, una prueba durísima que mezcla el esprint con la resistencia»
Con la que pudiste clasificarte para París.
Sí, en febrero nos metimos las dieciséis mejores nadadoras. Cuatro meses después se decidieron las cuatro chicas que haríamos los relevos, quedando segunda por apenas dos décimas. Mis tres compañeras fueron María Daza, Ainhoa Campabadal y Paula Juste.
Ser la tercera eldense olímpica ¿qué representa?
Sobre todo es un orgullo. Ser de un municipio relativamente pequeño y que ya hayamos sido tres olímpicos es digno de resaltar. En París coincidí con Quiles, al que ya conocía previamente, fue muy bonito.
Para mí estar en unos Juegos Olímpicos ha sido lo más grande. De pequeña ni me lo imaginaba, lo veía superlejos, y el participar me ha dejado con ganas de más.
¿Cuál fue el resultado que obtuvisteis en los propios Juegos?
Íbamos con las expectativas un poco más altas de lo que al final conseguimos, también porque en el clasificatorio todas lo hicimos realmente bien. Pensábamos incluso que podíamos lograr algo grande, pero ya sabemos que en los relevos dependes de los demás.
Cuando algo falla es complicado remontarlo y en nuestro caso fue la primera posta, que curiosamente a priori era la que mejor tiempo tenía. Hice una buena marca, aunque en un equipo ganamos y perdemos todas.
«A París fuimos con las expectativas un poco altas, también por las marcas de los clasificatorios»
Entonces, ¿cuánto tiempo estuviste en la Villa Olímpica?
Cerca de dos semanas, porque pese a estar ya eliminadas nos quedamos a animar al resto de componentes de la natación. ¡El que nada el último día también tiene derecho a recibir el máximo de apoyo! Así pudimos disfrutar más de la Villa.
¿Cruzándote con grandes mitos del deporte?
Uf, ¡fue una pasada, la verdad!, estando acostumbrada a verlos por la televisión o las redes sociales. Estaba comiendo y de repente veía a Rafa Nadal o Carlos Alcaraz, que son de los mejores en su deporte.
Me daba como impresión, aquello de decir ¡jo, estoy en unos Juegos Olímpicos!, no me lo acababa de creer. Recordemos que en cada edificio estaba un país y veíamos a nuestros grandes exponentes.
¿Pudiste charlar con ellos?
Coincidí con Nadal y Alcaraz varias veces en el ascensor, pero soy tan vergonzosa que ni una vez les pedí hacerme una foto. Mi madre me lo reclamó en diversas ocasiones, pero me daba mucha vergüenza, ¡y ambos fueron supermajos!
«La organización en la Villa Olímpica fue un poco floja, especialmente en la comida y el transporte»
Se dijo que las camas no eran cómodas, que los bufets eran un desastre…
Sí es cierto que la organización fue en ese sentido un poco floja, no por las camas -dormí muy bien, sinceramente-, sino por las numerosas colas que había a la hora de comer. Después se agotaba muy rápido lo que deseabas.
Me llamó más la atención el tema de los autobuses, que eran como de línea, con muchísimo calor, sin aire acondicionado, y un recorrido muy largo hasta la zona de la piscina, unos cuarenta minutos. Parecía mentira.
Pese a todo, ¿la experiencia fue maravillosa?
Brutal, te la pueden contar, pero hasta que no estás ahí, lo ves y lo vives, no es lo mismo.
¿Cuál es tu próximo reto?
El Mundial, entre finales de julio y principios de agosto en Singapur. Ya me estoy preparando a conciencia, combinándolo con mis estudios de Educación Primaria.