Entrevista > José Ángel Gran / Comisario de la exposición ‘Bordadoras: Hilos con almas’ (La Romana, 20-junio-1959)
Hasta el 14 de febrero se puede visitar gratuitamente la muestra ‘Bordadoras: Hilos con almas’ ubicada en la Sala de Exposiciones anexa al Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig. Aquí se realiza un recorrido por la historia de esta técnica textil, tan tradicionalmente arraigada a nuestro municipio, a través de antiguas piezas bordadas, maquinaria, fotografías, etc.
Esta exposición ha sido impulsada por la Fundación Biomimeti y el Círculo de Artes y Oficios de Alicante, entidades a las que José Ángel Gran lleva vinculado desde su creación. Durante casi cuatro décadas este sanvicentero (nació fuera, pero se mudó aquí en su niñez) ejerció de profesor en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Alicante.
Recientemente jubilado, ahora se dedica en cuerpo y alma a impulsar iniciativas para reivindicar nuestro gran patrimonio histórico-artístico.
«La ebanistería y los bordados siempre han ido de la mano en San Vicente»
¿Cómo surgió la realización de esta exposición?
Precisamente uno de los principales programas que tenemos en la Fundación Biomimeti tiene como objetivo poner en valor nuestros oficios artísticos. Ya hemos hecho actividades de este tipo en varias localidades de la provincia dado que disponemos de un gran fondo gracias a donaciones realizadas por familias o talleres que cierran.
En 2023 sacamos parte de este legado realizando una exposición dedicada a la ebanistería en San Vicente, y ahora nos toca lo propio con los bordados. Por supuesto hay otros muchos oficios magníficos, pero quizás en nuestra localidad son estos dos los que más se han mezclado e ido de la mano.
De hecho, siempre se decía que en cada casa sanvicentera había un carpintero y una bordadora. Esto no ocurre en ningún otro sitio. La participación de estos dos oficios ha sido fundamental para el crecimiento demográfico y económico de este municipio.
En una provincia con una tradición textil enorme como la nuestra con los paños de Alcoy, las alfombras de Crevillent, el calzado de Elche, Elda o Villena… ¿Por qué San Vicente se especializó en bordados?
Efectivamente San Vicente también tiene una gran tradición de fábricas de telas e hiladuras. Esto nace a principios del siglo XX, cuando se pone de moda entre las familias adineradas de Alicante comprarse fincas solariegas por aquí para veranear. Por aquel entonces se corre la voz de la buena reputación de calidad que tienen las bordadoras de San Vicente, y empiezan a llover los encargos.
Llegó a haber unas cuatrocientas mujeres dedicadas a esto. Al principio trabajan en sus propias casas, pero la demanda de bordados creció tanto que se empezaron a crear los primeros talleres. Muchas incluso se trasladaban con sus bicicletas o motos a otros pueblos de la provincia para vender, ya que las bordadoras sanvicenteras tenían fama de ser las mejores del oficio.
«Hemos recreado un antiguo taller textil sanvicentero que todavía existe»
Tras estas épocas de esplendor, imagino que la globalización fue contribuyendo al declive de este oficio local, ¿no?
Claro. Digamos que fue hacia los años cincuenta y sesenta cuando las bordadoras sanvicenteras lograron su mayor esplendor, exportando productos incluso por toda España y hasta otros países como Francia, Argelia, Portugal o Italia.
En los años setenta ya empieza a entrar el bordado industrial a gran escala con máquinas de diez cabezales. Y en los noventa todo se acaba definitivamente cuando, con la globalización, nos llegan productos de China u otras partes del mundo con el que no se puede competir. Hoy en día todavía quedan algunas reminiscencias, pero son más artísticas y curiosas que auténticos negocios.
¿Qué podemos encontrar en esta exposición ‘Bordadoras: Hilos con almas’?
La verdad es que hemos hecho una labor brutal de investigación, recogiendo también el legado del gran trabajo de recopilación que ya hizo la maestra Marita Ibiza en 2002. Cuando se entra hay una parte histórica con fotografías de formato 85×85 cm de todos los antiguos talleres que hemos podido conseguir. A su costado encontramos un pequeño resumen histórico del bordado en San Vicente.
Después llegamos a un apartado dedicado a los dibujos, una parte importantísima en el proceso elaboracional del bordado ya que sin lo uno no se puede hacer lo otro. De hecho precisamente fue el dibujo aquello que le dio un carácter diferenciador a los bordados de San Vicente.
Igualmente hay un punto donde se proyectan varios vídeos con relatos de las propias bordadoras. Y a continuación, tras unas cortinas, se llega a la recreación de un antiguo taller textil.
«Son las propias mujeres bordadoras quienes se encargan de explicar la exposición a los visitantes»
¿Esta recreación se ha basado en algún taller real?
Es el taller que regentaron Vicenta ‘la del café’ y su sobrino Juanito. De hecho es el único que queda en San Vicente hoy en día. Evidentemente hace muchos años que está cerrado, pero se mantiene tal cual estaba, incluida la maquinaria que también nos hemos traído a la exposición. En el futuro nos gustaría llegar a un acuerdo con los propietarios para abrir aquí un museo.
¿Se pueden hacer visitas guiadas a la exposición?
Sí, porque siempre hay mujeres bordadoras para dar explicaciones a las visitantes. En cualquier momento que se venga, dentro del horario de apertura, aquí las encontrarás. Como te puedes imaginar, ellas están encantadísimas de mostrar su oficio.
Además vamos a realizar varias ponencias todos los miércoles y viernes a partir de las siete de la tarde donde las bordadoras también serán muy protagonistas. Queremos reconocer el gran trabajo de estas mujeres, que dedicaban sus diez horas diarias trabajando en esto… más luego sus labores propias de la casa. Tuvieron una valentía y un esfuerzo brutales.