Este mes celebramos el 50 aniversario de un hito tan glorioso como imprevisto. Porque tradicionalmente los deportes de equipo en España siempre han sido dominados por clubes madrileños o catalanes, algo que en cierta medida sigue ocurriendo hoy en día. Sin embargo en 1975 un conjunto alicantino de balonmano se coló en este tan privado coto para coronarse en lo más alto.
Nos referimos al Calpisa, gran dominador del balonmano español e incluso europeo a finales de los años setenta y principios de los años ochenta. Por desgracia hace ya décadas que este club desapareció, pero muchos aún recuerdan aquellas grandes tardes de gloria en el pabellón Pitiu Rochel.
Orígenes portuarios
En realidad este equipo fue fundado antes incluso de que existiera la Liga Nacional de Balonmano. Su origen data de 1952 a raíz de que se instalara una pista polideportiva en el muelle del Puerto de Alicante. Así nació el Club Obras del Puerto, integrado en sus inicios por trabajadores portuarios que en sus ratos libres practicaban diversos deportes como balonmano, baloncesto, atletismo, etc.
Con el paso de los años el equipo fue especializándose en el balonmano. Más aún a raíz de la incorporación del joven José ‘Pitiu’ Rochel, quien pronto se convirtió en uno de los mejores jugadores de este deporte en toda España.
La Liga de Balonmano se creó en 1958, y en sus primeras temporadas el Obras del Puerto era un equipo de media tabla en la División de Honor. Durante algunos años llegó incluso a descender a la segunda categoría, si bien en 1971 logró un nuevo ascenso.
El club fue fundado originariamente por trabajadores del Puerto de Alicante
Nuevos pabellón y patrocinador
Por aquel entonces la Federación Nacional de Balonmano obligó a que todos los equipos disputaran sus partidos bajo techo cubierto. Esto supuso todo un desafío para el Obras del Puerto, pues tuvo que buscar una alternativa a su pista portuaria.
Durante dos años estuvo a caballo entre Elda y Alcoy e incluso llegó incluso a disputar algunos encuentros en un hangar habilitado del antiguo aeródromo de Rabasa, antes de que se instaurara aquí el campus de la actual Universidad de Alicante.
Hasta que la directiva del club, presidida por Andrés Muñoz (ingeniero del Puerto), consiguió convencer al Ayuntamiento para construir un gran pabellón deportivo en el monte Tossal. Este proyecto animó a la empresa inmobiliaria Calpisa para patrocinar al equipo, que pasó a adquirir su nombre.
Con dinero en el banco y un pabellón recién inaugurado, en el verano de 1974 la directiva pudo aspirar a subir el nivel realizando destacados fichajes. Sin duda el más sonado fue José Perramón, llegado del Gramanet y considerado como el mejor portero de toda España. También vieron jugadores como Santos Labaca, Goyo López o Jesús Albisu que se unieron a los alicantinos de la casa como Pitiu Rochel, Poli Soriano o Eleuterio Mirete y al entrenador Gerardo López-Cuadra.
El esperado debut como ‘Calpisa’ se produjo en casa en la primera jornada de la Liga 74-75 ante el Arrate vasco. El equipo alicantino arrasó ganando 27-10.
Hasta entonces todas las ligas de balonmano habían sido ganadas por equipos madrileños o catalanes
El alirón en Madrid
Seguramente muchos ya consideraban que el nuevo Calpisa sería candidato a pelear con los grandes por ganar la Liga, pero lo que quizás sorprendió a casi todos es que ejercieran un dominio tan aplastante desde el principio. Los alicantinos ganaron trece partidos consecutivos, y se mantuvieron líderes en la clasificación durante toda la campaña.
A falta de tres jornadas ya tuvieron la oportunidad de proclamarse campeones matemáticamente. Eso sí, para ello debían de doblegar como visitantes al Atlético de Madrid.
El partido se disputó el 22 de febrero de 1975 en el madrileño Polideportivo Antonio Magariños. La primera parte fue bastante disputada, llegándose al descanso con un marcador parcial de 7-9.
Sin embargo, en el segundo tiempo Perramón realizó varias paradas de mérito que desmoralizaron a los colchoneros. Entonces emergió también la figura de Pitiu Rochel, máximo anotador con ocho tantos. Finalmente el Calpisa se llevó el encuentro, y de paso el título de Liga, con un contundente 13-19.
Tras ganar 13-19 al Atlético de Madrid se produjo el alirón
Llueven los títulos
Evidentemente el triunfo en tierras madrileñas fue muy celebrado en Alicante. Aún siendo el balonmano un deporte más minoritario que el fútbol, nunca antes un equipo deportivo de nuestra provincia había logrado ganar un título nacional. Así que muchos alicantinos acudieron a recibir al equipo a su regreso y al acto oficial de celebración en el Ayuntamiento.
El dulce sueño del Calpisa ni mucho menos estaría cerca de acabarse, dado que, tan solo cuatro meses después, los pupilos de López-Cuadra también ganaron la Copa del Generalísimo (actualmente llamada Copa del Rey) doblegando en la final al Granollers.
Era el inicio de una época dorada que generó para las vitrinas de esta entidad un balance total de 4 Ligas, 5 Copas del Rey e incluso una Recopa de Europa.
Esperando regresar al Olimpo
Años más tarde la entidad cambiaría de nombre a Tecnisán y Helados Alacant para finalmente acabar desapareciendo para siempre en 1992 por problemas económicos.
Desde entonces, y ya han pasado 33 años, Alicante no ha vuelto a tener otro equipo en la primera división del balonmano español. Tal vez esta larguísima espera por fin termine pronto, ya que actualmente el Eón está luchando por el ascenso en la División de Honor Plata (segunda división).
Mientras que seguimos aguardando el día en que la pista del recién reformado Pabellón Pitiu Rochel albergue partidos de balonmano del más alto nivel, nada nos impide recordar aquel épico Calpisa que una vez consiguió dominar España y Europa.