Entrevista > Ignacio Martínez Arrúe / Director General de Ordenación Educativa y Política Lingüística
Desde el 25 de febrero hasta el 4 de marzo 570.000 familias de la Comunitat Valenciana con hijos en edad escolar están llamadas a votar en una consulta pública, vía telemática, para elegir el idioma vehicular en el que se impartirán la mayoría de las clases en cada centro educativo.
Desde la Generalitat Valenciana se aduce que este sistema garantizará la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, si bien también ha levantado críticas por partes de algunos sectores de la comunidad académica.
Para explicarnos más detalles nos atiende Ignacio Martínez Arrúe, uno de los principales impulsores de esta consulta. Este profesor de informática e inspector de Educación ya ocupó diversos cargos administrativos en la Generalitat durante los gobiernos de Camps y Fabra.
Ahora, desde 2023, ejerce de Director General de Ordenación Educativa y Política Lingüística en la Conselleria de Educación comandada por José Antonio Rovira.
«Queremos que los centros recuperen las dobles líneas en castellano y valenciano»
En el pasado la enseñanza de lenguas en la Comunitat Valenciana ya se hizo por líneas, pero ésta es la primera vez que se celebra una consulta a los padres.
Tuvimos un modelo de líneas que estaba bastante consensuado, hasta que el gobierno del Botànic lo cambió en 2017 para que solo pudiera haber un único programa en cada centro. Esto en la práctica llevó a que los colegios de doble línea se acabaran convirtiendo en centros de enseñanza de valenciano, sin posibilidad de que las familias optaran por una u otra lengua base.
Ahora, con la Ley de Libertad Educativa, pretendemos deshacer esta situación y que los centros tengan la posibilidad de adoptar una doble línea. Para eso necesitamos saber por cuál modelo opta cada familia, y así poder desdoblar al alumnado.
«Tuvimos anteriormente un modelo de líneas que estaba bastante consensuado»
Sea cual sea el idioma base que se elija, a partir de tercero de Primaria los porcentajes de asignaturas en cada idioma se igualan más. ¿Por qué se ha puesto el corte en este curso?
Porque éste es el año en el que los alumnos ya han adquirido y consolidado la lectoescritura. Digamos que a partir de aquí pasan de aprender a leer, a aprender leyendo. La lengua se convierte entonces en una herramienta.
El porcentaje máximo de enseñanza en castellano es del 80%, mientras que en valenciano es un 65%. ¿A qué se debe esta asimetría?
Hay que tener en cuenta que tenemos diferentes zonas de predominio lingüístico. En donde predomina el valenciano queremos que sea más equilibrado, porque consideramos que ambas lenguas deben convivir y no se podrán diferenciar en más de un 20%. Sin embargo en las de castellano pensamos que el alumno tiene derecho a estar exento del valenciano.
El modelo anterior no diferenciaba estas zonas e imponía siempre un mínimo de 25% de valenciano en las zonas de predominio castellano. Nosotros hemos optado por una solución intermedia que consiste en el castellano va a máximos, pero todo el alumnado cursará la asignatura de valenciano.
Aquel alumno que pida la exención estará exento solo de la evaluación y calificación. Así pretendemos que en estos lugares haya una incorporación progresiva del valenciano, pero no de forma tan rígida como hizo el Botànic.
Entonces un alumno de una zona castellanoparlante, como por ejemplo la Vega Baja, ¿podrá tener solo una asignatura en valenciano y que no sea evaluable?
Sí, pero solo si así lo solicita. En realidad nosotros queremos que no nos pidan esta exención. Por eso solo quienes sí se evalúen podrán beneficiarse de la certificación oficial de nivel de valenciano A2 cuando acabe la Primaria, de B1 cuando termine la ESO y de B2 o C1 (según si saca más de un 7 de nota) al finalizar Bachillerato.
«Lo que tenemos en cuenta es que hay diferentes zonas de predominio lingüístico»
¿Qué ocurrirá cuando en un colegio la mayoría de las familias quieran un idioma base y apenas unas pocas quieran el otro idioma?
Esto dependerá de la zona. Si estamos en una de predominio lingüístico de castellano, se hará la clase en este idioma. No obstante si detectamos que hay demanda suficiente de valenciano juntando a esos alumnos más los de otros centros, se creará también una línea.
En una zona valenicianoparlante aplicaremos la tabla de porcentajes que figura en el anexo 1 de la Ley de Libertad Educativa, de manera que la planificación educativa se hará según el número de líneas y alumnos que hayan elegido cada lengua.
Seremos siempre lo más fieles posible a la demanda de las familias. Por ejemplo, si el 90% eligen en un centro el mismo idioma saldrían dos líneas iguales, pero si los porcentajes son 75%-25% ya sí que se crearía una línea en cada idioma.
«No habrá más consultas porque las familias elegirán la lengua base por el procedimiento de admisión»
¿Esta consulta se va a repetir cada año o se quedarán las líneas establecidas de forma indefinida?
No se va a repetir dado que el objetivo es pasar del modelo único a que ambas lenguas básicas puedan convivir. Una vez que ya se haya determinado si cada centro tiene una sola línea o ambas, los alumnos quedarán así matriculados y también todos los puestos vacantes que surjan en adelante.
Desde ese momento el derecho de elección de la lengua base ya se hará a partir del procedimiento de admisión. Si una familia quiere cambiar de línea, podrá hacerlo incluso en el propio centro si hay vacantes.