Desde siempre para Andrés Guilló (Elche, 20-agosto-1962) la escritura ha sido su refugio, su forma más sincera de expresión. Aunque la vida lo llevó por el camino del trabajo administrativo.
Ese empleo, necesario para sostenerse, nunca logró apagar su verdadera vocación. Durante años, atrapado entre papeles, números y rutinas de oficina, encontraba pequeños resquicios de tiempo para plasmar sus ideas; para esbozar historias que quedaban en espera de su momento.
Ahora, desde la madurez, con la experiencia que da el paso del tiempo y la certeza de saber qué es lo que realmente le hace feliz, ha decidido entregarse por completo a la literatura. Sus novelas son el reflejo de una vida observadora, de un espíritu que nunca dejó de imaginar, de un escritor que, a pesar de todo, nunca dejó de serlo.
Un barrio que inspira
Vivir en un barrio histórico como El Raval ha sido otro motor en su proceso creativo. Entre calles empedradas, antiguas fachadas y el eco de historias pasadas, ha encontrado una fuente inagotable de inspiración.
En cada rincón, en cada plaza silenciosa al atardecer, en las voces de los vecinos que han habitado esos espacios por generaciones, ha hallado material para construir tramas llenas de vida, de memoria y de identidad.
Pasión verdadera
Hoy, con varias novelas publicadas y muchas más por escribir, demuestra que nunca es tarde para dedicarse a la pasión que siempre le ha acompañado. Su historia es un testimonio de perseverancia, de amor por las letras y de la certeza de que la escritura, cuando es verdadera, nunca se abandona del todo.
¿Qué te ha aportado el barrio de El Raval en tus historias?
Me he criado en el histórico barrio de El Raval donde sigo viviendo con lo que eso significa, ya que guardo imágenes, anécdotas y personajes que darían para varias novelas.
De hecho, es un barrio en el que hoy todo el mundo desea vivir, pero en mi infancia y juventud ninguno de mis amigos quería acompañarme más allá del Puente de la Virgen porque les daba miedo; sin embargo, yo me sentía arropado en sus calles y me daban seguridad.
Siempre me ha gustado muchísimo el cine, y la lectura por supuesto, y creo que de alguna forma esas aficiones han propiciado que me dedique a escribir. Ya que no pude ser actor, que es lo que realmente me gustaba, la faceta creativa y artística se ha decantado en la escritura.
«En el género del horror me siento muy cómodo»
¿Tu vida profesional ha sido muy distinta?
Profesionalmente me he dedicado a labores aparentemente menos creativas, como la gestión administrativa o la correduría de seguros, en las que sin embargo también he vivido situaciones interesantes, ya que estos trabajos me han permitido viajar por muchos países del mundo y eso enriquece infinitamente.
Por ello mi filosofía de vida ha sido y es no despreciar nunca ninguna situación o tarea por muy anodina que pueda parecer, porque nunca sabes dónde puede esconderse una gran historia. Actualmente publico con dos editoriales a nivel nacional que han confiado en mis trabajos y que son Platero Editorial y Diversidad Literaria.
¿Cómo llegas al mundo de la literatura?
He escrito desde que iba al colegio. Me encantaba escribir historias de terror que luego narraba a mis compañeros y hermanos. En la edad adulta, y tras realizar diversos cursos de escritura creativa, me animaron a publicar algunas de las historias que iban surgiendo a lo largo de aquel aprendizaje.
Empecé primero con cuentos y relatos, hasta que me vi con la seguridad suficiente como para dar el paso de escribir novela. Pero no nos engañemos, en la mayoría de las ocasiones el relato o cuento, que parece el hermano menor de la narración, guarda incluso más complejidad que la novela.
«No pude ser actor, que es lo que realmente me gustaba, y decidí escribir historias»
¿Tu primera novela marcó el inicio de tu camino como escritor?
Antes de la primera novela ya había escrito muchos relatos y cuentos a lo largo de mi vida, pero quizá me dio el impulso definitivo para creérmelo.
Mi primera novela fue ‘Esmeralda sin brillo’, inspirada en un hecho real acaecido en la Valencia de los años sesenta, cuando una famosa vedete y su pareja fueron encontrados muertos en la bañera de su domicilio.
Nunca ha podido esclarecerse ni el motivo ni las circunstancias de su fallecimiento, aunque se dictaminó un suicidio pactado. Partí de este suceso para construir una narración que pretende retratar una época de España con un trasfondo de novela policíaca.
La última novela se inspira en el cine denominado del ‘Destape’, ¿Que te atrae de esa etapa del cine español?
Mi última novela publicada es ‘Interior día’, que constituye un homenaje al cine de la transición española y, en particular, a todas las actrices que aparecieron en las pantallas durante aquellos años y que fueron denominadas ‘las pioneras del destape’. A mi realmente no me gusta nada denominarlas así, porque fueron pioneras de un cine atrevido y en muchas ocasiones muy ‘políticamente incorrecto’ que hoy día no podría filmarse.
Todos los géneros pueden tener su historia, y ‘Plumas en la almohada’ y ‘Cada tarde a las cinco’ fueron mis dos primeros libros de relatos y cuentos, que abarcan desde el relato costumbrista hasta el humor y el terror, y he de reconocer que en el género del horror me siento muy cómodo.
Tus personajes suelen tener historias profundas. ¿Te sueles basar en personas reales o los creas desde tu imaginación?
En algunos casos, como mi protagonista de’ Esmeralda sin brillo’, parten de un personaje real que yo transformo a mi manera para que encaje en la ficción, si bien el resto de los personajes secundarios son completamente imaginarios. Al final, cada uno tiene una personalidad tan marcada que los lectores acaban recordándolos.
«El escritor se debe al personaje y tiene que saber transmitir lo que éste siente»
¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
Me suelo inspirar en la cotidianeidad, pero por supuesto también son fuente para mis historias desde el cine que me gusta, hasta las noticias de sucesos que la mayoría de las veces supera la ficción más rebuscada.
¿Cómo manejas las críticas y qué consejo darías a los escritores que temen ser juzgados?
Acepto las críticas, positivas y negativas, pero siempre desde el respeto y que sean una ayuda para crecer y mejorar. Por eso, mi consejo es ser siempre fiel a uno mismo, a tu visión del mundo y de la historia que pretendes compartir.
No hay que tener miedo, partiendo de la base de que yo escribo aquello que me gustaría leer. Como ya dije, si todo lo que se dice de uno es desde el respeto, hay que aceptarlo y aprender de ello.
¿Crees que el amor es el motor principal de las mejores historias, o hay emociones más poderosas para un escritor?
El amor, el odio, el miedo, la incertidumbre… cualquier emoción puede ser poderosa si tiene como base una buena historia.
«Antes de la primera novela ya había escrito muchos relatos y cuentos»
¿Cómo se logra transmitir emociones a través de las palabras escritas?
Para transmitir emociones a través de la palabra escrita hay que hacerlo en boca de los personajes. El escritor se debe al personaje y tiene que saber transmitir lo que éste siente y piensa, pero sin abandonar la brújula de la personalidad y características del mismo.
El escritor contribuye como narrador, pero el personaje tiene su propia vida y voz y el escritor está totalmente al servicio de dicha voz, nunca al revés.
¿En qué proyecto estás ahora inmerso?
Estoy embarcado en varios proyectos. Por un lado, ya he terminado varios relatos de terror para publicaciones con las que colaboro habitualmente.
Además, estoy en pleno proceso de redacción de la continuación de ‘Esmeralda sin brillo’, ya que, aunque siempre he sido un poco reacio a las secuelas, la verdad es que han sido los lectores los que amablemente han sido insistentes pidiéndome dar continuidad a aquella historia que, por lo que me cuentan, tanto les ha gustado.
Por último, tan solo me gustaría animar a la gente a leer, si no se lee no ocurre nada, pero si se lee ocurre mucho, y además se puede disfrutar muchísimo de ello.