Entrevista > Víctor Lario / Subdirector del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi (Madrid, 23-enero-1976)
Dentro de poco más de tres meses l’Alfàs del Pi le dará la bienvenida al verano, al menos en su faceta cultural, con una nueva edición de su cita estrella: el Festival Internacional de Cine. Con ese evento, y de manera literal, el municipio cambia de tercio y abandona, aunque sea de forma temporal, la Casa de Cultura (y el Cinema Roma) para trasladar la oferta estival a otros puntos de la localidad, al aire libre, algo que también hace el certamen cinematográfico con el ‘cinema al carrer’.
Pero para que esos días del mes de julio vuelvan a ser una fiesta del séptimo arte y, muy especialmente, de los cortometrajes, un auténtico ejército de personas, todas ellas entusiastas del cine, han comenzado ya a recibir y visionar las innumerables propuestas (cada año más) que aspiran a pasar el corte inicial y, de esta manera, ser visionadas por el jurado profesional que decidirá, en última instancia, quién se lleva el Faro de Plata y, además, se gana un hueco en la pelea por los Goya.
Un festival que crece
Además, y a punto de convertirse en un lozano ‘cuarentón’, el Festival de Cine de l’Alfàs del Pi demuestra en este año 2025 su compromiso con las novedades y los avances incluyendo una nueva categoría: la animación.
Víctor Lario, subdirector del certamen alfasino, es el encargado de coordinar a esa ‘línea de frente’ que visionará alrededor de dos mil cortometrajes que se esperan este año antes de que el jurado profesional reciba y decida sobre las propuestas finalistas.
Quedan todavía unos cuantos meses para la celebración de una nueva edición del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi, pero a estas alturas seguro que ya has comenzado a recibir muchas propuestas.
Así es. Hace aproximadamente un mes que abrimos la convocatoria y te puedo decir que hace unos minutos miré por comprobar y teníamos ya casi quinientos cortometrajes inscritos.
Eso ya supone muchísimo trabajo para los miembros del jurado, pero supongo que el plazo sigue abierto y que, por lo tanto, esperáis una avalancha todavía mayor.
¡Pues imagínate! El plazo está abierto hasta el 11 de mayo, así que prevemos que vamos a superar el número del año pasado, que ya fue muy importante. En 2024 tuvimos 1.154 cortometrajes para visionar y hacer la selección. Este año, y por el ritmo que llevamos, entendemos que vamos a superar esa cifra.
«Cuando ves que alguien es capaz de contar una historia en siete minutos es algo fascinante»
Basta con hacer una rápida multiplicación para entender la cantidad de tiempo que el jurado va a tener que estar visionando las propuestas que os lleguen para, en primera instancia, hacer el corte de cara a las obras que irán a concurso. ¿Cómo se hace ese proceso?
Es una tarea que nos repartimos entre parte del equipo para hacer una preselección. Al jurado ya se le manda una selección bastante más reducida. No le puedes soltar a un jurado mil y pico cortos.
Si fuese así, nadie querría ser jurado. Nosotros hacemos una preselección, y es verdad que todos los años el equipo lo hace con muchísima ilusión. Lo hacemos con mucho placer y con mucho gusto, porque nos encanta el cine a todos… aunque hay días en los que ya vas loco de ver tantísimo cortometraje.
¿Cuál es la duración máxima de los cortos que se presentan al Festival de Cine de l’Alfàs del Pi?
Aceptamos obras de hasta treinta minutos.
Por lo tanto, entre los cinco minutos de duración mínima y la media hora, ¿cuál es el metraje más habitual?
Hay de todo, la verdad. Cuando ves que alguien es capaz de contar una historia en siete minutos, una historia perfectamente entendible, con su trama, su desenlace, su presentación de personajes… es algo fascinante.
Luego hay gente que, evidentemente, si la historia que cuenta es de un calado más profundo, necesita más tiempo. Como digo, hay de todo, aunque la tendencia actual es que el corto sea más hacia pasados los diez minutos que en un tiempo menor.
«Hay muchísimo actor y director ya consagrado que, siendo muy novel, recibió este premio»
Una de las grandes novedades de este año es que, por primera vez, se van a incluir los cortos de animación a concurso. Esto no quiere decir que no los hayáis recibido antes, pero no iban a concurso.
El concurso es de cortometrajes de ficción, pero siempre hemos recibido, en las plataformas que utilizamos y con las que trabajamos, mucho cortometraje de animación. No entraban a concurso porque no estaban en las bases y este año nos hemos reunido y hemos decidido que, con el nivel tan grande que hay en la animación española y con la cantidad de cortometrajes que no visionábamos porque no entraban a concurso, teníamos que crear una categoría.
Así pues, en 2025 va a haber una sección de animación con su premio y su dotación económica.
Tras casi cuarenta años de festival, de repente, tomáis esta decisión. Dais, por así decirlo, este golpe de timón. ¿Cómo ha sido el proceso?
Tal cual lo acabas de decir. Cada año nos llegan más cortometrajes de animación y es una cuestión también de tiempo y logística. Nos hemos dicho: hombre, ya con 1.154 cortos, si empiezas a meter también los de animación, esto se nos va a ir a 2.000. Y podríamos haber optado por haberlo dejado todo como estaba, pero es que lo que entra tiene mucha calidad.
Como te decía, somos cinéfilos y eso hacía que, con más de mil cortos por visionar, siempre acabáramos viendo también los de animación, pese a no tener esa obligación porque no iban a pasar el corte. Están ahí, los ves y te das cuenta que hay mucha calidad.
A todo eso se suma que cuando vas al cine, ves que la animación española es reconocida a nivel mundial. Por todo ello decidimos hacer un esfuerzo y visionarlos y, de esta manera, darles el reconocimiento desde este festival. Pero te puedo decir que la reunión nos llevó unos escasos minutos. Todos dijimos que sí a la primera.
«En ocasiones me ha tocado ver un corto dos veces porque a la primera no había entendido nada y, pese a ello, me había fascinado»
Más allá del ‘plus’ de horas de trabajo para vosotros, primero, y para el jurado, después, esta decisión también implica aumentar la dotación económica de los premios del certamen.
El Festival tiene una dotación económica para premios este año de 9.500 euros, que no está nada mal. Se reparten 4.000 euros y el Faro de Plata, que es para el ganador que, además, entra directamente a los premios Goya.
Luego tenemos un segundo premio, que son 2.000 euros y el tercer premio, que son 1.000. A todo eso, como dices, se suma el de mejor corto en valenciano, que también va a recibir mil euros y ahora el del mejor corto de animación, que va a percibir otros mil euros.
Además, tenemos los 500 euros al mejor cortometraje dirigido por una mujer y con perspectiva de género, que los otorga la Asociación Huellas de Mujer y la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).
Después de 37 años y más allá de los premios económicos y del Faro de Plata, ¿qué ‘feed back’ tenéis de los artistas que se presentan en cuanto a cómo entienden el prestigio que les puede dar, aunque sea, pasar el corte inicial del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi?
Es un festival con mucha solera porque 37 ediciones no son pocas. Hay muchísimo actor y director ya consagrado que, siendo muy novel, recibió este premio.
Con ello, dentro de la profesión, es un premio que gusta, que suena y que, sobre todo, se le da a cantera, a gente que está empezando a crear cosas y de los que se espera un futuro interesante.
«Directores con mucho bagaje siguen haciendo cortos. Es posible que ahí sí que se permitan más licencias, más libertad»
Volviendo a la parte novedosa de este año, a los cortos de animación, ¿cómo se hace la valoración? ¿Es muy distinto a lo que ya era vuestro trabajo habitual?
La premisa es exactamente la misma en cuanto a duración: debe tener un máximo de treinta minutos y tiene que ser un corto nacional. Además, debe estar realizado entre 2024, el año pasado, y hasta la fecha del concurso, 2025.
Luego, es cierto que, a la hora de valorarlo en el jurado, habrá que tener en cuenta también la parte técnica. Un corto de animación te puede gustar, te puede llegar o no llegar. A mí, por ejemplo, la historia me puede llegar, pero de la parte técnica de la animación soy un gran desconocedor. Entonces, en el jurado deberemos tener alguien que sepa analizar la parte técnica de ese cortometraje.
Supongo que habréis recibido cortos en diversos idiomas. ¿Siempre los veis en versión original?
Así es. Siempre recibimos cortos en español, en valenciano, en inglés, en francés… Lo único que se pide para participar es que tengan subtítulos en castellano o en valenciano, pero el corto puede estar perfectamente hecho en inglés. No tenemos ningún problema en eso.
Incluir el corto de animación abre, por lo tanto, el Festival de Cine de l’Alfàs del Pi al mundo del doblaje porque, ya sea en español u otro idioma, aquí sí que es precisa su figura.
Hay animaciones que no tienen texto, pero sí es verdad, y no me lo había planteado, que los actores del doblaje serán parte de esta edición.
«La gente más novel y que está empezando muchas veces es más atrevida, y ves cosas muy osadas y de mucho talento»
Con el paso de los años, ¿habéis visto también cómo han ido cambiando las temáticas principales en las que se fijan los creadores?
Sí, es completamente cierto. Los cortometrajes tocan temáticas muy actuales. Violencia de género, inmigración… Son temas te diría que, en un porcentaje alto, en un 60% de los cortometrajes del año pasado y de los que hasta ahora hemos visto, aparecen.
¿Quiere esto decir que, al menos en el mundo del corto, no existe aquello de hacer una obra por el mero objetivo de entretener, sin entrar a temáticas muy profundas?
Normalmente los cortometrajes, aunque sean una ficción o muy delirantes, suelen tener mensaje detrás. Sí es cierto que hay algún género como la ciencia ficción, en la que encuentras el puro entretenimiento o las ganas de probar técnicas de rodaje diferentes.
Personalmente, puedo decirte que ha habido ocasiones en las que me ha tocado ver un corto dos veces porque a la primera no había entendido nada y, pese a ello, me había fascinado.
«A la hora de valorar los cortos de animación, el jurado deberá tener en cuenta también la parte técnica»
¿Puede que haya directores que se lanzan a realizar un corto para poder hacer todo aquello que en el largometraje no pueden o no se atreven a hacer?
Hay directores muy consagrados que siguen haciendo cortos. Es posible que ahí sí que se permitan más licencias, más libertad.
Al contar con presupuestos más reducidos, supongo que la presión sobre el director también es menor que en el mundo del largometraje.
El resultado puede ser más experimental, porque tampoco va a verlos el mismo público. Al final, los cortometrajes, aunque es verdad que llevamos una época que están muy en moda y que la gente va a ver festivales solo de cortometrajes, permiten una mayor licencia creativa.
En el largo el resultado tiene que pasar por taquilla. Además, la gente que es más novel y que está empezando muchas veces es más atrevida y ves cosas muy osadas y de mucho talento.