Carles Genís preside la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera, la celebración más representativa del Marítimo y una de las grandes fiestas de la ciudad de València. A pocos días del inicio de los actos principales, comparte su visión de una tradición única, que combina fervor, color y cultura, y que ya aspira a ser Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Se acerca ya la Semana Santa. Supongo que con los nervios y la emoción de siempre para que todo salga perfecto.
Al final esta fase previa es la más complicada a nivel de gestión: permisos, cierres de calles, reuniones… Pero lo hacemos con mucha ilusión. El equipo de la Junta Mayor está entregado al ciento por ciento y ahora ya saben que la primera prioridad es la Semana Santa. Todo está saliendo con mucha sintonía con el Ayuntamiento y creo que vamos cogidos de la mano.
«El barrio entero se vuelca»
Referente, no solo en València, sino también a nivel nacional, ¿qué hace tan especial a la Semana Santa Marinera?
La Semana Santa Marinera es especial porque no se parece a ninguna otra en España. Siempre me gusta compararla con la Semana Santa zamorana o las andaluzas, que son muy sobrias. Aquí tenemos un espíritu mediterráneo, es una Semana Santa festiva y colorida.
Tenemos características únicas, como el desfile de Resurrección o los personajes bíblicos con sus vestimentas y peinados tan peculiares. Además, contamos con un patrimonio increíble: musical, gastronómico y, sobre todo, en imaginería. De las 31 hermandades, muchas tienen más de una imagen.
Todo esto ocurre en una ciudad como València, que no tiene tanta tradición de Semana Santa como otras zonas de España.
Sí, es verdad. La Semana Santa Marinera es la Semana Santa de Valencia. Me gusta mucho una comparación que me enseñó un expresidente de la Junta Mayor: cuando quieres ver las fallas de sección especial vas al centro de Valencia, pero si quieres ver la Semana Santa de la ciudad, tienes que venir al Marítimo.
Y en el Marítimo se vive con especial intensidad.
Muchísima. Es la segunda fiesta de la ciudad, pero la primera del Marítimo. El otro día nos presentaron un gráfico que mostraba que el 12 por ciento de la ciudadanía de Valencia pertenece a las Fallas. En el Marítimo, ese porcentaje asciende al 22 por ciento con la Semana Santa. Así que la implicación aquí es mucho mayor.
«La Semana Santa Marinera hay que vivirla»
¿Una de cada cinco personas en el barrio está implicada directamente?
Así es, y si sumamos bandas de cornetas, tambores, bandas de música… ese porcentaje aún sube. El barrio entero se vuelca: balcones adornados, calles iluminadas, gastronomía típica… y, por supuesto, las calles llenas de gente viendo las procesiones.
A nivel personal, ¿hay algún momento que destaques por encima del resto?
Todos son especiales, pero hay dos que para mí tienen una carga emocional muy fuerte. Uno es la salida de la Virgen de los Dolores el Viernes de Dolor, desde la parroquia de Los Ángeles, que la sacan a costal, y como no cabe, los costaleros se arrodillan para sacarla. Y el otro es el Viernes Santo por la mañana, cuando el Cristo del Salvador llega a la orilla de la playa y se reza por los difuntos.
La Semana Santa Marinera ha superado el ámbito litúrgico para convertirse también en un evento cultural y turístico. ¿Cómo ha sido esa evolución?
Es una evolución natural. El barrio ha cambiado y la Semana Santa se ha adaptado. Por eso publicamos guías de procesiones pensadas para ese nuevo público. Es bonito ver a turistas extranjeros interesados, siguiendo las procesiones con la guía en la mano, entendiendo lo que están viendo.
«Es una evolución natural, el barrio ha cambiado y la Semana Santa se ha adaptado»
¿Qué significó el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Nacional?
Un reconocimiento enorme. Siempre hemos reivindicado que somos una fiesta grande de Valencia y tenemos muchas cualidades para serlo. Fue una alegría inmensa, un orgullo. Y seguimos trabajando: estamos en trámites para conseguir ser Fiesta de Interés Turístico Internacional.
¿Contáis con el apoyo institucional para ello?
Por supuesto. Todo lo que hacemos se consulta y consensua con el Ayuntamiento, la Generalitat y la Diputación. Todos nos han tendido la mano. Es un logro, no solo de la Semana Santa, sino de toda Valencia.
Para quien no conozca aún la Semana Santa Marinera, especialmente quienes viven cerca, ¿por qué tienen que venir a verla?
Porque quien la ve, repite. Hemos tenido muchos casos de gente de Valencia que no la conocía y ahora no fallan ningún año. Por su color, su alegría, el ambiente acogedor del Marítimo… Aquí abrimos nuestras casas de par en par y estamos encantados de explicar el porqué de nuestras procesiones. La Semana Santa Marinera hay que vivirla.