Entrevista > Rubén Burgos / Entrenador de baloncesto (Ribarroja del Turia, 9-junio-1979)
Rubén Burgos, entrenador del Valencia Basket, afronta la parte final de la temporada con las máximas aspiraciones, tras caer eliminadas en los cuartos de final de la Copa de la Reina frente al Hozono Global Jairis, posterior campeón. “Hay que ser exigentes para mejorar y demostrar la calidad que merece nuestra afición”, sostiene.
“Fue una decepción, porque llegábamos con ilusión de repetir título, pero somos conscientes que solo un equipo acaba contento”, matiza, ya en su octava temporada como técnico jefe. Agrega que forma parte del trabajo, “en el que ganar siempre es imposible, pues muchas veces tu rival es mejor, como fue el caso”.
El sueño ahora es levantar por tercera ocasión consecutiva el título de Liga -con un juego dinámico, de ritmo alto- y luchar por la Euroliga, donde esperan rival en semifinales. Talento tiene en la plantilla de sobra, gracias a jugadoras como Raquel Carrera, Queralt Casas, Cristina Ouviña, Stephanie Mavunga o Alba Torrens, “un icono, a la que admiro y estoy agradecido: me ayuda a ser mejor entrenador y persona”.
«Alba Torrens es un icono a la que admiro y estoy agradecido, me ayuda a ser mejor entrenador y persona»
¿Cómo están las chicas tras la Copa?
La mentalidad influye mucho en el deporte, al igual que lo físico, técnico y táctico. Ni cuando ganas todo está bien ni cuando pierdes todo está mal, aunque obviamente las derrotas pesan en el ánimo de las jugadoras y los entrenadores.
Haber encadenado unas derrotas previas en Liga Regular nos afectó en la Copa de la Reina. No obstante, el trabajo diario, las horas en la sala de vídeo y el estar juntas es lo que nos tiene que devolver esta confianza que se gana muy poco a poco, pero se pierde muy rápido.
El objetivo claro debe ser la Liga.
Queremos, sobre todo, hacer bien nuestra labor cada día, cada entrenamiento y cada partido, ya sea de Liga Regular, play-off o competición europea. Así lo afrontamos, para mejorar en lo que depende de nosotras mismas; vamos paso a paso, objetivo a objetivo.
La Final Six nos ilusiona mucho, porque nos hemos ganado el derecho de estar entre las cuatro mejores de Europa, ser semifinalistas y poder soñar con algo más. Luego llegarán los play-off de Liga, donde sabemos que la competencia es máxima; esa igualdad nos hará crecer, seguro. Dar nuestro 100% ojalá nos acerque a la victoria.
«El trabajo diario y el estar juntas nos debe devolver esa confianza que tanto cuesta conseguir»
¿La base del equipo son las jugadoras nacionales?
Lo más importante del equipo es la identidad y la mentalidad, repartiendo esfuerzos y responsabilidades, no importa quién se lleva el mérito después. Mediante una plantilla de calidad -como la que tenemos- debemos construir un buen equipo, un buen grupo humano.
Sin duda, los valores de nuestra entidad nos ayudan a ello, ¡lo llevamos en la camiseta, la cultura del esfuerzo! Imprescindible en todo ello es el apoyo de nuestro mecenas, Juan Roig, pues gracias a él y Hortensia Herrero disponemos de unas condiciones de trabajo óptimas.
Sin olvidarnos de la masa social, que se identifica con nuestros valores y realiza un gran esfuerzo para siempre estar con nosotras. ¡Ésa es la base de nuestro equipo!, con el deseo, por supuesto, de querer potenciar a la jugadora nacional y ser un ejemplo para los niños y niñas de L’Alqueria.
¿Qué tipo de entrenador eres?
Somos en nuestra profesión lo que somos como personas, es imposible fingir. Entrenar es un trabajo de equipo y lo que le transmito a las jugadoras tiene mucho que ver con el pack que formo con Roberto Hernández y Marta Sorlí, con la ayuda de Glòria Estopà, del filial.
Intento ser honesto con ellas, sincero, claro, y conmigo mismo, dando siempre mi 100% a nivel técnico y psicológico. Mi posición, la de liderar el proyecto, se basa en ayudar, cuidar, motivar e ilusionar a la gente con la que trabajo, además de delegar y dejar espacio para que crezcan, a veces con exigencia y mostrando carácter. El halago debe ser en público, la corrección en privado.
«Intento ser honesto con las jugadoras y conmigo mismo, dando siempre mi 100% técnico y psicológico»
En estos ocho años, ¿qué has ido aprendiendo?
¡Muchísimo, y lo que me queda! Tengo claro que los entrenadores no somos tan importantes como creemos, las protagonistas son las jugadoras. En el deporte, y también en la vida, debemos adaptarnos a las situaciones, realizar el máximo esfuerzo y controlar lo controlable.
¿Puede crecer el baloncesto femenino?
Está claro que el nuestro es un país de fútbol, aunque el baloncesto femenino es el deporte con más licencias. Les diría que lo prueben, lo disfruten, les gustará, porque el que llega, ¡se queda! No hablemos de baloncesto masculino o femenino, sino como un deporte global.