Entrevista > Gregorio Canales / Catedrático de Geografía Humana por la UA (Almoradí, 11-mayo-1955)
Gregorio Canales, catedrático por la Universidad de Alicante (UA), es un gran apasionado de la Vega Baja en todas sus vertientes, como veremos, natural y culturalmente. Por eso califica como clave el convenio firmado por la UA y el Ayuntamiento de Orihuela para reactivar su presencia en nuestra localidad.
Formado en Filosofía y Letras, en su último periplo universitario le impactó especialmente un profesor, por su tipo de enseñanza, Antonio Gil Olcina, el posterior primer rector de la universidad alicantina. “Me cambió totalmente la perspectiva”, admite muchos años después.
“Mi idea preferencial era desplazarme a Sevilla a estudiar Historia del Arte, mundo que me fascinaba, pero el profesor nos dio un enfoque de la geografía que me pareció muy novedoso”, apunta Canales, doctor en Geografía próximo a jubilarse.
¿Cuáles son las singularidades del Bajo Segura?
Cuenta con un regadío milenario, lo que denominamos Huerta del Segura, un paisaje completamente antrópico que el hombre ha transformado porque se trataba de una antigua zona pantanosa.
Fueron los árabes los primeros que se implantaron en el territorio, seguidos por muchos otros, logrando un proceso en el tiempo que culminó en el siglo XVIII con la colonización del cardenal Luis Antonio de Belluga en lo que es la desembocadura del río Segura.
Háblenos del otro sector, el secano.
Estaba sujeto a los aprovechamientos del secano típico del Mediterráneo (trigo, vid y olivo), pero con otra particularidad, su gran vacío demográfico, una comarca pinzada, como si de un triángulo equilátero invertido se tratara.
Por un lado, está delimitado por el mar, es decir, una frontera de inseguridad -por la piratería o corsarios de otras épocas- y por la frontera con la Región de Murcia, anteriormente el Reino de Murcia y, todavía más atrás, el Reino Islámico.
Ese proceso de humanización del secano meridional de la comarca se ha ido gestando igualmente desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Supuso una gran transformación territorial, primero con la elevación de las aguas sobrantes del Segura, después con el cribado del acuífero y finalmente con el trasvase Tajo-Segura.
«Disfruté mucho con mi investigación, la otra vertiente que debe cuidar un profesor universitario»
¿Sobre el que incide el turismo?
Por supuesto, a partir de los años sesenta del pasado siglo, lo que conllevó a un nuevo planteamiento sobre el desarrollo económico de la comarca. Sobre la Vega Baja, zona que me apasiona, he hecho la mayoría de mis investigaciones.
¿Le apasiona tanto como la docencia?
La docencia me mantiene un vínculo directo con el alumnado, para transmitirle ese conocimiento y animarle hacia la propia investigación.
Disfruté mucho con mi investigación, la otra vertiente que debe cuidar un profesor universitario. El problema es cómo ha ido evolucionando la docencia en el país, con planes educativos -el último, el Plan Bolonia- que no se han ejecutado como estaban planteados inicialmente.
«La bajada de nivel en los alumnos ya viene de cursos anteriores, no es propio de la universidad»
¿Qué consecuencias ha tenido?
El desencanto por parte de algunos profesores, porque ya no enseñan, sino que dirigen el conocimiento que deben alcanzar los alumnos por sí mismos. Eso ya no está en nuestras manos y es una de las razones del fracaso.
La bajada de nivel en los alumnos ya viene de cursos anteriores, no es propio de la universidad, que recibe lo que la sociedad genera. ¡Esa sensación también ha llegado a las propias facultades! Por eso muchas veces el profesor sale del aula desmoralizado y desmotivado: no aprecia una respuesta favorable por parte de los alumnos.
Además, las salidas profesionales no son muy alentadoras.
Es una evidencia, el desánimo es generalizado. Los profesores cubren su expediente dando docencia, pero luego se dedican mucho más a la investigación, donde realmente aportan conocimiento a la sociedad y a la comarca.
«Sobre la Vega Baja, zona que me apasiona, he hecho la mayoría de mis investigaciones»
¿En qué consiste la Cátedra Loazes?
Abierta desde 1998, se trata de un acuerdo entre el rectorado de la UA y el Obispado para mantener, ser como una especie de heredera, la vieja institución oriolana. Se consiguió que la Santa Sede cediera los derechos históricos de la Universidad de Orihuela a la de Alicante.
Fernando de Loazes, natural de Orihuela, dio en este sentido gran parte de su fortuna para que su localidad tuviera la oportunidad de ser universitaria.
Por tanto, es determinante reactivar la universidad en la localidad.
Llevamos muchos años de proyección universitaria, no únicamente para Orihuela, sino para toda la comarca y otros municipios. Ahora ya se ha firmado el convenio previo para llevar a cabo actividades en la propia ciudad.
Queda el convenio específico, en el que constará qué tipo de actividad, curso o formación brindará la universidad. Seguidamente se debe aprobar en el Pleno del Ayuntamiento y por parte del Consejo de la UA.