El final de la Guerra Civil no supuso la paz para miles de españoles, sino el inicio de una brutal represión por parte del régimen franquista. En Villena, al igual que en muchas otras ciudades, la justicia militar impuso condenas masivas bajo acusaciones de «auxilio a la rebelión», castigando a aquellos que habían apoyado o simpatizado con la República en una purga revanchista que siguió separando y destruyendo familias tras el cese del conflicto.
Con motivo del 86 aniversario del anuncio del final de la contienda, es bueno recordar un artículo rescatado por el investigador local José Sánchez Ferrándiz titulado ‘142 condenados (1939)’. Un repaso con nombres y apellidos de ciudadanos que fueron condenados a largas penas de prisión, o incluso la muerte, en esos años oscuros que sucedieron a la Guerra Civil Española en nuestra ciudad.
Hambre, miedo y control absoluto
Cuando las tropas franquistas entraron en Villena en abril de 1939, la ciudad se encontraba exhausta después de tres años de guerra. El conflicto había dejado a su paso una economía devastada, racionamiento de alimentos y un profundo miedo entre la población republicana.
La llegada del nuevo régimen no trajo estabilidad, sino una oleada de detenciones y juicios sumarísimos contra aquellos que habían desempeñado algún papel en la administración republicana, en sindicatos o en la defensa del gobierno legítimo. El Ayuntamiento, en manos ya de las nuevas autoridades franquistas, trabajó en la depuración de empleados públicos mediante la destitución o persecución de maestros, funcionarios y trabajadores del ferrocarril.
La llegada del franquismo trajo una oleada de detenciones contra los que habían desempeñado algún papel en la administración republicana
Juicios militares: condenas sin garantías
La Falange y otras organizaciones afines al franquismo se encargaron de vigilar a la población y señalar a sospechosos de haber colaborado con la República, lo que alimentó un clima de acusaciones y miedo. Los tribunales militares franquistas se encargaron de juzgar a cientos de personas en Villena bajo la acusación de «auxilio a la rebelión», una paradoja histórica, ya que quienes habían defendido al gobierno legítimo fueron acusados de rebelarse contra el nuevo poder impuesto por la fuerza.
Estos juicios carecían de las mínimas garantías procesales. Las defensas eran simbólicas y los fallos estaban dictados de antemano. Las sentencias iban desde penas de prisión hasta condenas a muerte, pasando por trabajos forzados y el destierro. El objetivo no era solo castigar, sino dar una lección ejemplarizante a la población, asegurando que el miedo mantuviera el control sobre la sociedad.
Bajo la acusación de «auxilio a la rebelión» se alimentó un clima de acusaciones y miedo entre la población civil
La persecución a intelectuales
Entre los condenados se encontraba José María Soler, arqueólogo e investigador villenense, conocido por sus estudios sobre la historia de nuestra ciudad. A pesar de su notable contribución a la cultura local, fue represaliado por sus supuestas vinculaciones con la República y despedido de su empleo como funcionario de Correos, cuerpo al que pertenecía laboralmente desde el año 1922.
Ferroviarios, obreros y campesinos que habían participado en sindicatos o en organizaciones republicanas fueron también condenados en Villena tras la guerra. La represión no distinguió entre quienes habían tomado las armas y quienes simplemente habían expresado simpatía por el gobierno anterior. Muchos de ellos sufrieron largos años de prisión o fueron ejecutados en fusilamientos colectivos.
Asociaciones de memoria histórica y familiares siguen exigiendo reconocimiento y justicia para las víctimas del franquismo
El desafío de recuperar la memoria
Décadas después, la historia de estos 142 condenados sigue siendo un capítulo doloroso en la memoria de Villena. Asociaciones de memoria histórica y familiares de los represaliados trabajan para recuperar los nombres y las historias de quienes sufrieron la represión, exigiendo reconocimiento y justicia para las víctimas del franquismo.
A pesar del paso del tiempo, la represión de 1939 sigue marcando la identidad de la ciudad, recordando que la historia no debe olvidarse para que no se repita. Agricultores, obreros, funcionarios, amas de casa o fotógrafos sufrieron condenas de hasta veinte años de prisión, o la muerte, por defender sus ideales o formar parte de un gobierno que fue erradicado mediante las armas y el miedo.
Historia rescatada del olvido
El investigador local José Sánchez Ferrándiz rescató las fichas de estos hombres y mujeres hace aproximadamente veinticinco años, de un final en el vertedero que parecía inevitable tras un expurgo en los Juzgados de Villena. Gracias a su trabajo como funcionario en el Palacio de Justicia recopiló las fichas que guardan historias reales de personas en nuestra ciudad a los que les tocó sufrir las consecuencias revanchistas de la Guerra Civil.
Sánchez rescató y guardó las fichas durante años hasta comenzar una ardua investigación a fondo que culminó con un trabajo publicado en la Revista Villena del año 2017, que actualmente también puede consultarse en Villena Cuéntame. Gracias a su curiosidad y aprecio por la historia, el investigador evitó que las fichas originales fueran destruidas, las cuales donó hace seis años al Archivo Municipal de Villena.