Entrevista > Virginia Lozano / Guardia civil (Alicante, 1-octubre-1982)
En un momento que ciertos adultos optan por mirar hacia otro lado, la mayoría nos preocupamos por el futuro de nuestros jóvenes, en ocasión tan vulnerables e influenciados por cientos de estímulos. El alcohol y las drogas son dos de sus grandes enemigos, remarca Virginia Lozano, guardia civil destinada en San Vicente.
Formada en la academia de Baeza (Jaén), está especializada en todo tipo de adicciones e imparte talleres a los diferentes centros educativos de la localidad, para exponerles, “que tengan claro”, los peligros que pueden acarrear.
Al principio los chicos se sienten intimidados ante su presencia, uniformada, con un arma, pero con el paso de los minutos se relajan, toman atención y preguntan “mucho”, porque sienten curiosidad, “es un tema que les toca muy de cerca y les va a afectar, tarde o temprano”.
Presente en la sociedad
Las drogas y el alcohol -una de las más duras- están en la sociedad, en nuestro día a día, aunque lo neguemos, y siempre habrá una persona que nos acabe ofreciendo. Llega entonces la decisión de aceptar o no: si eres valiente dirás que no, pese a que te lo proporcione un amigo.
De hecho, si es un íntimo el que te brinda la oportunidad de ‘introducirte’ en el peligroso mundo de las drogas, no es un verdadero amigo, simplemente quiere que le acompañen en su proceso adictivo, en su caída hacia los infiernos.
Se trata de un tema muy relevante, candente, que nos disponemos a tratar con una experta, cuya experiencia nos servirá para poner algo de luz en un futuro que intuimos altamente difícil, cada vez más.
Los talleres que das, ¿en qué consisten?
Están destinados desde Cuarto de Primaria hasta Bachiller, y consisten en la problemática que existe entre los adolescentes y las consecuencias que pueden desarrollar en la vida adulta. Uno que tratamos bastante es el bullying, además de las diferentes adicciones.
«Les explicamos qué nos pasa a nosotros al tomar ciertas sustancias y qué puede abarcar tener una adicción»
¿Cómo tratáis estas adicciones?
Primero les explicamos qué nos pasa a nosotros, dentro de nuestro cuerpo, al tomar ciertas sustancias y qué puede abarcar tener una adicción, ahora y dentro de unos años.
Seguidamente se les informa que es un delito y que conlleva una sanción administrativa cuando les vemos consumiendo en la calle. El tráfico de drogas, por supuesto, es un delito mayor.
¿Acuden a tus talleres de una forma voluntaria?
Es una sesión de una hora que organiza el centro educativo. Suelen ir toda la clase, pero previamente tengo una reunión con el director o tutores responsables y les informo sobre los temas de las charlas del Plan Director.
Ellos planifican y analizan los cursos mejores para recibirlas. Por ejemplo, si en un aula ya saben que hay ciertos problemas con las drogas.
¿Los ves receptivos o más pasotas?
Al principio se quedan un poco impactados, como diciendo ¿qué hace aquí la Guardia Civil? Están intimidados, ven mi arma reglamentaria, mi uniforme…
Muchos están acostumbrados ya a que les paremos en la calle, les cacheemos, porque piensan que si son menores de edad no podemos hacerlo y se equivocan. Seguidamente están más atentos y quieren saber, preguntar, muchísimo.
«Están acostumbrados a que no se les pueda hacer nada, y no es verdad, hay una normativa para los menores»
¿Qué tipos de preguntas te hacen?
En algunas ocasiones quieren saber cuántas plantas de maría pueden tener en casa y si el consumo propio es legal. No es delito, pero cuando es en la calle o un sitio público provoca una sanción. Si ya se lo pasan a otro a cambio de dinero se convierte en delito, en concreto contra la Salud Pública.
¿Incluso si lo comparten, sin dinero a cambio?
Sí, porque haces que otra persona consuma y es igualmente un delito contra la Salud Pública. Muchas veces, si se lo pasan entre ellos, no los podemos sancionar como delito, al no haberlo visto. Simplemente le retiramos la sustancia.
¿Te cuestionan sobre qué otros temas?
Sobre si se les puede cachear siendo menores de edad, como indicaba. Están acostumbrados a que no se les pueda hacer nada, y no es verdad, hay una normativa para los menores, pero podemos hacer lo mismo que a un adulto.
Si son muy pequeños, con diez años, por ejemplo, realmente no se les cachea en la calle, sino que se le trae al cuartel, llamamos a sus padres y con su presencia miramos si llevan algo.
«Muchos toman marihuana para estar relajados, pero si tienen una alerta ¿tu cuerpo va a reaccionar?»
¿Aprenden durante las charlas?
Sin duda, a que si quieren probar una droga puede haber consecuencias, pues piensan que controlan la situación siempre y están muy equivocados, son las sustancias las que les controlan a ellos.
Muchos toman marihuana para estar más contentos o relajados, pero si en ese momento tienen una alerta y salir corriendo, ¿tu cuerpo va a reaccionar a tiempo? Obviamente no, porque tienen ya una sustancia metida.
Les vamos desmontando esa teoría que poseen y lo aprecian. Acaban diciendo “¡es verdad, claro que no controlo!” Lo ven principalmente los fines de semana.
¿A qué adicciones están enganchados?
Con unos catorce años se inician con el tabaco o el alcohol, siguiendo por la marihuana. Ellos saben que los chupitos pronto reaccionan en su cuerpo, que es lo que quieren. Se fijan mucho en las redes sociales, en los influencers y los youtubers, copiando muchas actitudes o comportamientos.
Dinos cómo les afecta cada una de estas adicciones.
El alcohol, sobre todo, lo consumen los fines de semana, bebiendo en dos horas ¡lo mismo que en una semana! Llega un momento que no controlan y su cuerpo deja de funcionar: es el llamado coma etílico, que no deja de ser una sobredosis.
Se producen bastante las noches de viernes y sábado, y les remarco que cuando vean en la calle a alguien tirado (o durmiendo), no le ignoren, porque quizás están fallando sus órganos. Si no llamamos a una ambulancia se nos puede ir; eso no lo tienen muy claro todavía.
«El alcohol lo consumen los fines de semana, bebiendo en dos horas ¡lo mismo que en una semana!»
¿Puede dañarles neurológicamente?
Por supuesto. Están en una edad de crecimiento, no se han acabado de formar, y si beben de un modo convulsivo, las funciones neuronales les afecta. Borrachos no hablan bien, no coordinan su cuerpo y al cerebro, como les insto, lo están rascando.
A la edad adulta continúa, no pueden coordinar bien, tienen problemas en el habla, la memoria la pierden…
¿Has vivido momentos críticos?
De ver morir a un chico, no, por fortuna, pero sí que sufra un coma etílico y hasta que ha llegado la ambulancia han sido minutos complicados.
¿Dónde consiguen el dinero?
Podría ser, al inicio, por medio de las pagas de los padres -sabiendo que cada caso es distinto-, sin nosotros poder verificar de dónde lo sacan. Pero pronto este dinero no es suficiente y pueden empezar a robar.
Luego, cuando precisan de más, no es que quieran hurtar, sino es una necesidad, para seguir consumiendo. Cogen teléfonos de compañeros del instituto, carteras o zapatillas -o del supermercado-, para seguidamente venderlo y obtener algo de liquidez. Eso se produce cuando ya están enganchados, son adictos.
«Como sociedad debemos ir poco a poco, porque si no, no ayudamos en nada a nuestros jóvenes, nuestro futuro»
¿La sociedad en la que vivimos, tan egoísta, ayuda?
Todo cambió al salir de la pandemia, es una evidencia. Ahora muchos estamos más irritables, nos chillamos más -especialmente al conducir- y se producen más conflictos. Éramos maravillosos dentro de las casas, pero al salir varió, no sé si por estar encerrados unos meses, todo lo que provocó a nivel psicológico…
Como sociedad debemos ir poco a poco, porque si no, no ayudamos en nada a nuestros jóvenes, que son el futuro.
¿Qué consecuencias puede haber para estos adolescentes?
En el momento que tienen una adicción dejan, además, de estudiar, de aprender, todo les importa poco. Es tan fácil como ver dónde están, siempre en el parque, sin hacer nada, mientras el mundo sigue funcionando. Muchos ni trabajan ni estudian y el siguiente paso es delinquir (robos, atracos…), porque tienen que subsistir.
¿Pueden salir de las adicciones?
Es difícil, son muy pocos los que, teniendo una adicción fuerte, pueden salir del pozo. Otros lo prueban, ven que sus amigos tienen una buena vida e intentan imitarlos, después se dan cuenta que están solos, que han acabado sin nadie.
Por eso es básico no dejarles solos, porque en un momento u otro van a necesitar ayuda. Recalcar que en la Administración hay una serie de excelentes herramientas para poder desengancharse.
«Tenemos un concepto muy negativo de nuestros jóvenes, pero los hay muy bien preparados, con muchas inquietudes»
¿Algo más que quieras añadir?
Quisiera acabar con un mensaje positivo, porque, aunque tengamos un concepto muy negativo de nuestros jóvenes, los hay muy bien preparados, con muchas inquietudes.
Muchos saben hacía dónde van, lo que quieren ser y asumen la responsabilidad. Un porcentaje incluso se frustran de no alcanzar lo que desean y no dejan de intentarlo. ¡Debemos confiar un poco más en ellos!
Objetivos del Plan Director
El Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad Escolar tiene como principal objetivo responder coordinada y eficazmente las cuestiones relacionadas con la seguridad de menores y jóvenes en la escuela y su entorno.
Busca, de igual modo, fortalecer la cooperación policial con las autoridades educativas en sus actuaciones, para optimizar la convivencia y la seguridad en el ámbito escolar, reforzando el conocimiento y confianza en los cuerpos policiales.
Entre otros aspectos se incrementa la vigilancia policial en las inmediaciones de los centros educativos para intentar acabar con el consumo y tráfico minorista de drogas en los mismos y sus entornos. Se intenta, asimismo, tener un acercamiento entre los centros escolares y los cuerpos de seguridad del estado, para solventar la problemática que existe en los adolescentes.
¿Cómo funciona?
Los centros educativos envían a la Consellería de Educación el formulario de los talleres que quieren realizar, ya sean charlas de consumo de drogas, adicciones, acoso escolar y ciberacoso, violencia sobre la mujer, igualdad y no discriminación sexual, prevención de delitos sexuales, grupos violentos juveniles…
Una vez estas solicitudes han sido enviadas a la comandancia se entregan al encargado del Plan Director de cada puesto de la Guardia Civil, que seguidamente lleva a cabo una entrevista con el centro para planificar las charlas que necesitan.