Entrevista > Nerea Pérez / Futbolista del Villarreal (Benidorm, 11-enero-1994)
Ahora que todo el mundo ha descubierto el fútbol femenino gracias, en gran medida, al éxito del Mundial de Australia, la ciudad de Benidorm ha dado un nuevo paso en ese mismo camino bautizando los nuevos campos de la ciudad con el nombre de la que, hasta la fecha, es su mejor jugadora: Nerea Pérez.
Si te doy a elegir: plaza, estatua, avenida o instalaciones deportivas. ¿A qué le hubieses preferido poner nombre?
(Ríe) Instalaciones deportivas, sin duda.
Además, en tu ciudad, en Benidorm, unes ese honor a otros ilustres como Liliana Fernández-Steiner, Raúl Mesa, Antonio López, Guillermo Amor… Igual no tenemos mucha cantidad, pero sí calidad.
Sí, la verdad que es todo un orgullo para mí. Además, con los deportistas que has nombrado, que son todo un orgullo para Benidorm y para España.
Tu continua evolución te ha llevado a defender en la actualidad la elástica del Villarreal, pero empezaste en el extinto Benidorm Club Deportivo. Allí y hasta la categoría de Infantil, jugaste en equipos mixtos porque en aquel momento todavía no había tantos equipos femeninos.
Así es. Empecé en la categoría de Benjamín de primer año hasta Infantil de segundo. Fue en ese momento cuando la normativa de la Federación ya no me permitía jugar con chicos.
«Cuando empecé, no tenía ninguna referente femenina porque el fútbol femenino no tenía visibilidad»
Hoy en día, por fortuna y gracias a ejemplos como el tuyo, cada vez es más habitual que cuando pregunto a las deportistas sobre sus referentes, muchas ya mencionan nombres femeninos. Pero si te hubiese preguntado cuando eras niña, seguramente hubieras dicho algún jugador masculino, ¿no?
Cuando empecé, no tenía ninguna referente femenina porque el fútbol femenino no tenía la visibilidad que tiene hoy. Ahora ya puedes conocer a las jugadoras, pero en mi época no existía esa repercusión, por lo que mis referentes eran masculinos.
Eso hacía quizás más complicado decir en casa: ‘me han llamado del Levante, me voy a Valencia’. Hoy parece más normal, pero en tu época no era tan evidente que se pudiera vivir del fútbol femenino y eso me lleva a pensar que, además de mucha comprensión, dejarte dar ese salto también requería de una buena dosis de valentía por parte de tus padres.
Tuve la suerte de que mi familia siempre me ha apoyado en todas mis decisiones. Cuando me llamaron del Levante y se lo comuniqué, sí que existía ese miedo a dejarme marchar porque, no lo olvidemos, yo sólo tenía diecisiete años y me iba a jugar a fútbol. Para las familias con hijos futbolistas varones era algo más común, pero en mi caso era distinto. Aun así, siempre conté con su apoyo.
Es normal que, a lo largo de una carrera deportiva, sobre todo cuando se llega a la élite, aparezcan las dudas. Cuando una atraviesa una mala racha, seguro que se plantea si realmente sirve para esto. Pero, por vuestra condición de pioneras, ¿las jugadoras de tu generación han tenido más dudas que los hombres? ¿Crees que os planteabais más interrogantes que ellos?
Es verdad que, como dices, el deporte de élite tiene altibajos y no siempre estás a tu mejor nivel. Es clave trabajar la salud mental y mantenerse fuerte. Pero nunca he pensado en tirar la toalla. Siempre he tenido claro mi sueño y cuando he pasado momentos complicados, he intentado reinventarme para sacar mi mejor versión.
Ahora estamos viviendo un gran ‘boom’ del fútbol femenino tras el Mundial, pero tu generación ya venía pisando fuerte. Tú misma te colgaste el bronce en el Mundial Sub-17 de Trinidad y Tobago. ¿Ese fue el punto de partida o ya se había empezado a gestar el cambio antes?
Considero que eso ya sucedió antes. Hubo jugadoras que empezaron mucho antes que yo, abriendo camino y trabajando duro. Nosotras seguimos en esa línea para que las generaciones que vinieron detrás y la actual tengan mejores condiciones y sigan haciendo crecer el fútbol femenino.
«Tuve la suerte de que mi familia siempre me ha apoyado en todas mis decisiones»
Bronce en el Mundial Sub-17, plata en el Europeo Sub-19… ¿Qué ha faltado para tener más continuidad en ‘La Roja’?
Al final, cuando subes de categoría y llegas a la Selección absoluta, el nivel que te encuentras en ese vestuario es muy alto. En realidad, la explicación es muy sencilla: las jugadoras que están son mejores que yo (ríe).
Respuesta simple, directa y sincera. ¿Has perdido la esperanza o crees que con la experiencia podrías hacerte un hueco?
No, eso es prácticamente imposible.
¿Cómo viviste el Mundial que ganó España?
Con mucha emoción y casi como una aficionada más, pero con el plus de tener amigas en la Selección. Además, a eso se une saber que su victoria daría un gran impulso al fútbol femenino en España.
En este momento todo el mundo se sube al carro del fútbol femenino, ¿te da rabia que la gente se una ahora, al calor de la victoria?
En absoluto. Lo vivo con mucho orgullo. Al final, todas las jugadoras lo que queremos es que nuestro deporte tenga más visibilidad y que crezca. Si ganar el Mundial hizo que más gente se enganchara, nosotras encantadas.
«No he tenido continuidad en ‘La Roja’ porque las jugadoras que están son mejores que yo»
Sobre el gran tema extradeportivo del Mundial y al que no quiero dar más publicidad que la justa, ¿crees que, al menos, ha servido para normalizar la imagen de la mujer en el fútbol y erradicar ciertos comportamientos?
Creo que esa es la consecuencia positiva de todo lo que ha sucedido. Estoy de acuerdo contigo.
¿Y ahora qué? Como ya una de las veteranas del Villarreal, ¿cuáles son tus objetivos?
Me siento en mi mejor momento físico y sigo disfrutando de jugar. Pero también estoy sacándome los títulos de entrenadora y colaboro como segunda entrenadora en las Cadetes del Villarreal femenino. Me interesa aprender la metodología y la gestión fuera del campo.
¿Sigues la actualidad deportiva de Benidorm?
Sí, siempre intento estar informada.
El nuevo Club de Fútbol Benidorm tiene como prioridad potenciar el fútbol femenino. En un futuro, ¿te plantearías volver y ayudar a su crecimiento?
Claro. Cuando deje de jugar, ayudar a crecer el fútbol femenino en Benidorm sería un sueño para mí.