Entrevista > Jordi Grau / Director de proyectos (Alcoy, 23-septiembre-1966)
El polifacético Jordi Grau alberga un gran conocimiento de nuestras fiestas de Moros y Cristianos, con la ventaja de haberlas observado desde dentro -pertenece a la filà Montañesos desde 1976- y también desde fuera, como redactor de un periódico local.
Sin embargo, sus inicios académicos fueron bien dispares, al completar varios cursos de Derecho, carrera que abandonó ante la posibilidad de dedicarse al periodismo. “Desarrollé un sinfín de funciones, porque comunicar posee muchísimas vertientes”, reflexiona.
Apasionado de la música, le instó al músico Vicent Sanoguera, “de indiscutible talento”, la composición del Requiem Fester. “Trabajar juntos ha sido un placer, entendiéndonos en todo momento, mejor de lo imaginable”, asevera Grau, quien no duda en otorgarle los mayores méritos.
¿Hasta qué punto conoces nuestra fiesta?
Ampliamente, pues la viví por dentro e informando, siendo el redactor de fiestas de ‘El Ciutat’. Tuve entonces la posibilidad de contactar con mucha gente y vivir en primera línea infinitas situaciones.
Fue para mí un antes y un después la grabación de la Misa a Sant Jordi, de Armando Blanquer, a mediados de los noventa.
¿Por qué fue tan relevante?
Tuvo lugar en el Teatro Salesianos, desmontando incluso las primeras filas de las butacas para que cupiera la Orquesta Sinfónica de Alcoy y el coro. Me pidieron que cubriera el acto, la grabación, y junto a Blanquer me encontré a Gregorio Casasempere, entonces director de la orquesta.
Me di cuenta, allí sentado, solo, que se trataba de un espectáculo brutal, por la suma de las voces y la capacidad que proporcionaba el sonido de la orquesta sinfónica aplicada al lenguaje de la música festera. ¡Sencillamente me fascinó!
«Un acto que fue para mí un antes y un después, es la grabación de la Misa a Sant Jordi, de Armando Blanquer»
¿Ahí surgió la idea de hacer una marcha cantada?
Exacto, que tendría sentido porque, si recuperamos la música de la época medieval, el 100% era cantada, la instrumental todavía no existía. La pude poner en práctica mediante ‘Tempora Belli’ en una Escuadra de Negros, la primera marcha cristiana cantada de la historia, en este caso por la Coral Crevillentina.
Fue un proyecto realizado por Àngel Lluís Ferrando en 2005 y desde entonces se abrió una puerta en el mundillo de la música festera con la aparición de determinadas marchas cantadas.
¿La fiesta se adaptaba a los tiempos?
¡Cómo ha sucedido siempre! En diseño, por ejemplo, todos recordamos lo que supuso la irrupción de Alejandro Soler, o cuando Rafael Mullor Grau ganó el concurso de composición de música festera durante el Embajador Cristiano.
Son muchos los cambios que se producen, porque la Fiesta, en constante evolución, es conforme la construye la gente con el paso de tiempo. Solo hace falta visionar cómo eran las Entradas y cómo desfilaban en los años 30, o la música que se tocaba.
«‘Tempora Belli’ representó la primera marcha cristiana cantada de la historia, en este caso por la Coral Crevillentina»
¿Cuándo se te ocurre poner la letra al Requiem Fester?
Anhelaba hacer una obra sinfónica que, siendo festera, al mismo tiempo no lo fuera. Mi filà, Montañesos, es de 1921 y no pudimos conmemorar nuestro primer centenario cuando tocaba, por la pandemia.
En 2022 celebramos un ensayo multitudinario, una representación, en el que se invitó a miembros anteriores, entre ellos el Socio de Honor, Vicent Sanoguera, compositor. Siempre había pensado que tenía un gran talento musical, a lo largo del acto le abordé y le propuse hacer un Requiem Fester.
¿Cuál fue entonces vuestro objetivo?
El Requiem venía a darle forma artística y musical a un sentimiento muy profundo que tenemos todos los festeros, similar al que apreciamos en Navidades cuando ha faltado un miembro de la familia.
Yo necesitaba un compositor, porque música no sé componer, y estaba convencido que Vicent era la persona adecuada. La muestra es cómo lo ha hecho, con una nota altísima.
«El concierto fue todo un éxito en muchos sentidos, con un director (invitado) que entendió muy bien la pieza»
¿Has tenido dificultades a la hora de escribirla?
Iba a golpes de inspiración. Desde el punto de vista técnico, me fijé en la letra del latín medieval, tradicional, habitual en prácticamente todos los réquiems clásicos que se han realizado.
Esa letra, del siglo XIII, tiene una determinada métrica y rima y, como íbamos a hacer un experimento, al menos que desde el punto de vista técnico nadie nos pudiera decir nada. La única diferencia es que algunos pasajes están escritos en valenciano.
¿Hablamos de un trabajo de cuánto tiempo?
Desde la primera conversación hasta el estreno pasaron cerca de dos años. El propio concierto (15 de diciembre) fue un éxito, en numerosos sentidos: la orquesta defendió muy bien la pieza y el director (invitado), Carlos Montesinos, la entendió también muy bien en el corto tiempo que pudo trabajarla.