Entrevista > Mercedes Albero / Diseñadora de moda (Biar, 18-abril-1992)
“Desde ya muy niña me apasionaba el mundo de la moda y el protocolo”, relata Mercedes Albero, responsable de vestuario de À Punt desde 2020, “era la típica que le cogía los tacones a mi madre”, confiesa ahora. Sin embargo, no sintió en ocasiones el apoyo de los suyos, conscientes de las complicaciones de un sector tan competitivo.
Eso hizo que comenzara otra carrera, antes de poder cursar Diseño de Moda en Alcoy, descubriendo que le encanta “el contacto con la gente”. Le surgieron entonces trabajos, pero Mercedes intuía que su destino estaba en la televisión y no dejó de insistir hasta entrar en Antena 3 (A3).
Los conocimientos que aprendió en San Sebastián de los Reyes (Madrid), inicialmente junto a Inma Fernández en ‘La Voz’, le sirvieron para confeccionar un excelente currículo. “Empecé en sastrería, llevando a cabo todo el proceso”, recuerda, acudiendo a visitar diseñadores y múltiples ‘show rooms’. “Vestir a Eva González nos daba mucho juego” dice, sonriente.
¿Cómo te haces responsable del vestuario de À Punt?
Estando en Madrid hice muy buena amistad con Cristina Rodríguez, una de las estilistas más veteranas de A3. Ella me ayudó y, una vez finalizadas las prácticas, me ofreció seguir, ya con contrato.
Mi periplo en la capital fue muy bueno, lo recuerdo con mucha estima, pero mi pareja estaba en Alcoy, la familia en Biar, echaba de menos la ‘terreta’ y deseaba volver.
«Lo primero que nos preguntan cuando nos ceden un vestido es para quién es, por los seguidores que tenga»
Acababa de reabrir la televisión pública valenciana, además.
Exacto, y gracias de nuevo a Cristina supe que quienes gestionaban el vestuario de À Punt no continuaban. Salió a concurso y ganó mi compañía, ‘Look and feel’. ¡No lo dudé, regresaba a casa!, tuve muchísima suerte.
¿Tú día a día es tan estresante como parece?
Hay jornadas de todo, sin parar nunca. Acudo a la tele tres días a la semana, hago pruebas con los presentadores -ya sea mujer u hombre- y organizo los looks para la siguiente semana, siempre con antelación.
Una vez realizada esta tarea me voy al centro para hacer los cambios, devoluciones y compras. Regreso a À Punt y vuelvo a hacer pruebas. Los otros dos días teletrabajo, al gestionar igualmente maquillaje y peluquería.
¿Cuál es tu presupuesto?
Mucho más apretado que el de A3, obvio. Por eso trabajamos mucho con cesiones, ropa prestada de agencias o diseñadores que, una vez ha aparecido en pantalla, devolvemos.
«En mi trabajo debo tener en cuenta lo que le gusta a cada presentador, las tendencias, lo que se lleva»
¿Implica decir de quién es ese diseño?
Aparece el nombre de la marca en los créditos del programa o los informativos. Lo que sucede es que primero te dicen para quién es, qué presentador, por los seguidores que tiene en las redes sociales, especialmente en Instagram.
Tengo que apuntar, en ese sentido, que las influencer han hecho mucho daño, porque tienen preferencias para elegir vestidos en ‘show rooms’ o ‘fashion weeks’.
¿No te parece muy injusto?
Claro, ha cambiado todo mucho. En primer lugar, somos una empresa independiente de À Punt y los influencers gozan de mucha más visualización.
¡Son los tiempos que nos ha tocado vivir! También entiendo a las marcas, buscan resultados, aunque por dentro sienta impotencia. Ahora las firmas posiblemente se gastan más dinero en influencers que en modelos.
¿Todos los trajes que aparecen en À Punt están supervisados por ti?
Los de los programas propios, es decir, informativos y los especiales de Fallas o por elecciones, donde hay que ser muy precavido con los colores.
Intento saber el estilo del presentador, que me da su ok. Pero los conozco tan bien, sé qué les gusta, si son más atrevidos o convencionales, tengo asimismo en cuenta las tendencias, lo que se lleva.
«Ahora las firmas se gastan mucho más en vestir a influencers que en las propias modelos, ¡todo ha cambiado!»
¿Debes ser muy empática con cada uno de ellos?
Hago casi de psicóloga y relaciones públicas (ríe). Tengo tacto y buen feeling con todos, porque unas de las mejores cosas de À Punt es que somos como una gran familia.
Anécdotas te habrán pasado muchas.
Infinidad, como que el vestido a una presentadora -que ya lo habíamos probado previamente- no le entre bien o se rompa la cremallera, por cualquier circunstancia. En ese caso, como tenemos looks en reserva…
Una vez, durante unas elecciones, coincidió que la moderadora (Marta Ventura) llevaba el mismo vestido que una de las políticas. Lo cambiamos deprisa y corriendo.
¿La importancia de la estética?
Muchas veces no se aprecia el trabajo que hay detrás de las cámaras, que es muchísimo, impresionante, con un equipo muy grande. No sería posible sacar todo el trabajo adelante sin cada uno de ellos, ¡son increíbles!