Entrevista > Maruja Ferrández / Jugadora de petanca (Orihuela, 13-mayo-1947)
Una de las grandes protagonistas de la pasada Gala de la Mujer celebrada en el Auditorio Municipal de San Vicente sin duda fue Maruja Ferrández Simón. Ella llegó a nuestro municipio en su niñez, hija de unos ganaderos oriolanos que se trasladaron cerca de Villafranqueza. Un buen día comenzó a jugar a la petanca… y ganó nueve campeonatos de España.
La trayectoria deportiva de Maruja es impresionante, con decenas de trofeos nacionales e incluso internacionales en su haber. Una gloria que ha podido compaginar con la crianza de cinco hijos. El Ayuntamiento de Alicante ya nombró una calle con su nombre en Villafranqueza, pero faltaba que San Vicente le dedicara el homenaje que tanto se merecía esta mujer desde hacía décadas.
¿Cómo comenzaste a jugar a la petanca?
De joven trabajaba en una fábrica de aceitunas, pero cuando me casé y tuve hijos me quedé en casa para criarlos. Teniendo ya a los dos primeros, comencé a jugar a la petanca junto con mis cuñados como una distracción.
Como decían que era buena, en 1975 me federé oficialmente. Dos años más tarde participé en el Campeonato de España que se organizó en Torrejón de Ardoz (Madrid). A pesar de que tenía muy poca experiencia hice tercera posición, así que me animé a continuar.
«Gané el primer campeonato de España solo femenino que se organizó en petanca»
¿Dónde solías entrenar?
En el campo, por la partida de Torregroses que ahora se llama Font de Sala. Solía jugar por las calles y caminos, que por entonces ni siquiera estaban asfaltados, para prepararme los muchos campeonatos en los que participaba. En esa época no había demasiadas escuelas de deporte, casi todo lo he aprendido sola o jugando con mi familia y amigos.
¿No has pertenecido a algún club deportivo?
Sí, a varios. Conforme veían que se me daba bien, me quisieron fichar algunos clubes que me ofrecían entrenar con otras compañeras. En realidad es por eso que nunca dejé la petanca.
Aún así, nada que ver con lo que tienen los jugadores ahora en cuanto a delegados e incluso hasta psicólogos.
Has ganado cinco campeonatos de España a nivel individual y otros cuatro a nivel de club. ¿Has participado en algún Mundial?
En 1988 nos clasificamos para jugar la Copa del Mundo que se disputaba en Palma de Mallorca. Tuvimos mala suerte porque una de mis compañeras enfermó, y acabamos perdiendo en semifinales.
De todas formas, a pesar de que no teníamos demasiada experiencia en torneos internacionales, quedamos en quinta posición de veintidós países. Creo que tampoco está nada mal.
«Aún con menos medios, mi generación dio grandes figuras de petanca en la provincia de Alicante»
¿Hay alguno de tus logros que recuerdes con especial cariño?
Quizás la primera vez que se organizó un campeonato de petanca solo femenino. Aquello fue en 1991 en Valladolid y la primera campeona… fui yo (risas). Recuerdo que mi marido me subió a hombros cuando lo estábamos celebrando.
¿Cómo te daba la vida para compaginar toda esta práctica deportiva con cinco hijos en casa?
Cuando me tocaba viajar trataba de dejarlo todo en casa lo más preparado posible. Como las competiciones solían coincidir en fin de semana, mi marido solía quedarse con los niños. En ocasiones eran mis hijas mayores quienes me ayudaban con los pequeños, y también otros familiares.
Y para entrenar, pues sacaba tiempo hasta de donde no lo había. Algunas veces cogía a mis hijos a primera hora de la mañana, los metía en el coche y me iba con ellos al campo a tirar bolas.
De todas formas, por motivos familiares me ha tocado renunciar también a algunas competiciones, como por ejemplo para jugar un Campeonato de Europa en Múnich al que estaba clasificada.
En general, ¿se juega buena petanca en Alicante?
Siempre hemos sido de las provincias más potentes. Las alicantinas solíamos jugarnos los campeonatos con las barcelonesas y las baleares. Ten en cuenta que aquí vinieron muchos franceses, como los pied-noirs, que nos enseñaron mucho sobre petanca.
Con los años ha evolucionado y ahora siguen saliendo buenos jugadores en la provincia. Aunque es verdad que no se está ganando tantos campeonatos como con mi generación. De hecho mi antigua compañera de competición la sanjuanera Rosario Inés llegó a ser campeona del mundo y mi otra compañera la aspense Ana Belenguer también logró grandes triunfos. Aún con menos medios, sacamos más figuras estelares que en la actualidad.
«Mi hijo también es petanquero y ha sido campeón nacional»
¿Qué tal llevaban los hombres de la época que les ganaras a la petanca?
Mal, había mucho machismo. Todavía hoy quedan clubes que no admiten que las mujeres juguemos con los hombres, pero afortunadamente es algo que en general ha ido cambiando y ya compiten tripletas mixtas.
Desde luego en mi época eso no se concebía, hasta el punto de que los hombres no querían ni enseñarte a jugar para que no les hicieras sombra. Te diré que creo que a mi marido aún le sigue dando rabia que le gane (risas).
¿Cómo viviste la Gala de la Mujer cuando te entregaron tu galardón?
Fue un momento impresionante, algo muy bonito que me hizo una ilusión enorme. Lo que pasa es que me puse muy nerviosa, y me costó hasta sacar voz para dar las gracias.
Aprovecho para volver a agradecer al Ayuntamiento, la concejala Mariela Torregrosa, el alcalde y también a vosotros por esta entrevista.
¿Continúas jugando en la actualidad?
Ahora ya no estoy federada, pero participo en el grupo de petanca de la Asociación de Mayores de Muchamiel con el que competimos contra otros pueblos de la zona.
Además mi hijo Francisco ha seguido mis pasos, y también es campeón petanquero de España, lo cual me llena de mucho orgullo.