Entrevista > Nina Busquet / Ganadora del Premi Altea de Literatura Infantil y Juvenil
Desde ahora, la literatura infantil y juvenil cuenta con una nueva voz que llega para quedarse. Y lo hace con una historia que rezuma imaginación, compromiso y ternura desde sus primeras líneas.
‘La cuinera de notícies’, la obra galardonada con el Premi Altea de Literatura Infantil y Juvenil, es la ópera prima de una autora que ha conseguido, a la primera, lo que muchos sueñan durante años: ver publicado su libro, ilustrado y premiado, dentro de uno de los certámenes más importantes de las letras valencianas.
En esta entrevista, la autora nos desvela los secretos de una novela con tintes mágicos y una protagonista entrañable: Loreta Primicia, una niña con un sueño muy particular, abrir una tienda de noticias para no tener que seguir el camino familiar en la camisería, y con un aliado muy peculiar, su loro Enric.
Juntos se enfrentan a una divertida y, al mismo tiempo, profunda aventura que les llevará desde una radio estropeada hasta un horno mágico en un peculiar mercado de Barcelona. Todo, para seguir ofreciendo lo que más les gusta: noticias frescas, pero cocinadas con alma.
Un lenguaje actual
Pero ‘La cuinera de notícies’ no es solo una fábula amable y creativa. Es también un relato que entronca con temas muy actuales: el valor de la información, la forma en la que los más jóvenes acceden a las noticias, y cuestiones sociales que afectan a nuestra cotidianidad y que, a menudo, también están presentes en la vida de los más pequeños, aunque no siempre se reflejen en la literatura que consumen.
La autora introduce con naturalidad personajes como un sintecho, un migrante o un millonario, y plantea, desde una óptica esperanzadora y sin paternalismos, valores como el altruismo, la solidaridad, el intercambio justo o el respeto a las diferencias. Todo ello sin caer en estereotipos de clase o de género, en un esfuerzo consciente por transmitir un mensaje inclusivo y realista.
El empujón para seguir
Premiada con uno de los galardones más prestigiosos de las letras en valenciano, la autora reivindica también la importancia de escribir en la lengua que ama, con la que sueña y con la que, según explica, no solo se comunica, sino que también crea, imagina y siente.
‘La cuinera de notícies’, escrita originalmente en catalán, no solo busca fomentar el hábito lector entre los niños, sino también poner en valor un idioma que considera “en situación crítica” y que, gracias a premios como el Altea, encuentra nuevos caminos para seguir vivo y presente en la cultura contemporánea.
Nina Busquet, la escritora que empezó a imaginar esta historia con apenas once años y la terminó una década después, celebra ahora este reconocimiento como un impulso para continuar creando. Y aunque tiene claro que no necesita premios para seguir escribiendo, también admite que este empujón supone una dosis extra de motivación. Porque en el fondo, como ella misma dice, escribir es algo que no podría no hacer.
Has conseguido el Premi Altea de Literatura Infantil y Juvenil con ‘La cuinera de noticies’. Empecemos por lo que, supongo, muchos se estarán preguntando: ¿cuál es la historia que cuentas en este libro?
La protagonista de esta historia es Loreta Primicia y es una niña que tiene un sueño: abrir una tienda de noticias, porque si no lo consigue tendrá que trabajar en el negocio familiar, que es una camisería.
Ella, además, tiene a su mejor amigo, que es un loro y se llama Enric. Consigue tener esa tienda de noticias, pero poco después ocurre un incidente que provoca que la radio que utilizan para enterarse de todo lo que pasa en el mundo se estropee. Por ello, tienen que inventarse un sistema alternativo para poder seguir vendiéndoles las noticias a los periodistas.
En ese proceso, encuentran un puesto en un mercado de Barcelona. Allí nada se compra ni se vende, sino que todo acaba en las manos de las personas que lo necesitan. Loreta y Enric conocen a Domenic de Calpesa, que es el propietario de esa tienda. Él no tiene radios, pero tiene otro objeto con el que cree que les puede ayudar: un horno mágico.
Para conseguirlo, Loreta tendrá que ayudar a Domenic en esa tienda. Es entonces cuando comenzará la aventura por conseguir el horno.
Por el resumen que acabas de hacer, ‘La cuinera de noticies’ trata los aspectos más fundamentales de la literatura infantil y juvenil de siempre, que son valores universales, pero además da la sensación de que lo entroncas con cuestiones muy actuales, también de los chavales. Por ejemplo, todo esto de las noticias de la radio, de cómo reciben la información, ¿va por ahí la cosa?
Sí, porque soy consciente de que aquí también hay un punto de responsabilidad grande ya que escribir una novela infantil también implica contar historias con las que los lectores decidirán si continúan con el hábito de la lectura o no.
Por ello, además de contar una historia entretenida, están presentes valores como el altruismo, el intercambio o ayudar a los demás. Además, se muestran elementos de realidad, ya que hay personajes como, por ejemplo, un sintecho, un millonario, un migrante…
Esa responsabilidad de conseguir que los jóvenes se enganchen o no a la lectura es muy grande. ¿Es algo en lo que piensas mientras escribes?
Es algo que siempre tengo muy en cuenta, pero no es algo que me haga supeditar una trama respecto a lo que tengo en la cabeza para ir a sitios donde no quiero ir. Además, lo que transmito son casi siempre valores que yo misma comparto también.
Por ejemplo, en esta obra he tenido muy presente no reproducir estereotipos de género o clase social.
¿En qué momento decides que ‘La cuinera de noticies’ tiene que viajar a los Premis Altea?
Es una decisión que tomas al terminar de escribir el libro. Me he formado dentro del mundo editorial, ya que hice un máster en edición, y sé que para los escritores noveles, sin ser conocidos, entrar en este mundillo y que te publiquen en una editorial, cuesta mucho más.
Por ello, estuve un tiempo mirando qué premios había con categoría infantil y juvenil, y, específicamente, para el rango de edad al que me dirijo. Sobre todo, premios que fueran en valenciano.
Así las cosas, uno de los que me llamó la atención fue el de Altea porque, además, podías presentar el manuscrito con ilustraciones, las cuales había trabajado mucho con Miriam Bofill, que es la que ha ilustrado el libro. Esas es otra de las cosas importantes que me motivaron a presentarme al Premi Altea.
¿Ya los conocías?
Sí, porque tengo una compañera de la universidad, Àngels Castelló, que el año pasado ganó en la categoría de novela adulta. Con ese premio, consiguió que se publicara su novela. Siempre los he tenido en mente.
Hablábamos antes de la importancia de ‘enganchar’ a los niños y jóvenes a la lectura. En tu caso, además, lo haces usando el valenciano… eso hace que, además, busques proteger los idiomas minoritarios.
Efectivamente. Creo que es algo muy importante porque es un idioma que se encuentra en una situación crítica. Para mí, sólo tiene sentido escribir en catalán porque es mi lengua. Es el idioma en el que sueño y en el que amo. No se me pasa por la cabeza escribir en otro idioma.
Los Premis Altea también son una manera de poner en valor que el catalán no sólo sirve para comunicarnos, sino que también sirve para aprender, para divertirnos. Es una lengua viva. Creo que es muy importante contar con unos premios literarios que reivindiquen, y den visibilidad y difusión a un idioma que tiene toda una cultura detrás. Los Premis Altea contribuyen a crear cultura.
¿Ha sido esta tu primera novela?
Sí.
Primera novela y primer premio. Esto ha sido llegar y besar al santo.
Estoy sorprendida porque no me lo esperaba. Me presenté, como se suele decir, por probar, por ver cómo me iba. Estoy muy contenta porque, como dices, es el primer proyecto que he acabado y estoy muy satisfecha, no sólo por el premio, sino de que mi trabajo haya tenido esta acogida.
Todo el que escribe para el público o hace algo de cara al público, creo que lo hace también para responder a su necesidad, mayor o menor, del propio ego. ¿Cómo tienes tu ego ahora mismo, después de este subidón tras haber recibido el premio?
(Ríe) Bien. No creo que sea una persona que tenga mucho ego. Es verdad que cuando llevas años escribiendo y recibes un reconocimiento como puede ser un premio, te anima a seguir haciéndolo. De no haber sido premiada, no dejaría de escribir, porque tengo otros proyectos y no abandono tan fácilmente. Es, eso sí, un estímulo muy positivo.
Escribo porque es una cosa que me llena y porque cuando tengo una idea me gusta escribirla, no podría no hacerlo. Todo eso lo suelo compartir con familiares, amistades y otras personas que son entusiastas de la literatura. Lo voy a seguir haciendo, aunque no tenga un premio como respuesta.
Y a partir de ahora, ¿qué?
Ahora toca hacer un proceso de edición. Por lo tanto, se viene trabajo. Luego, seguiré escribiendo. Además, tengo otro proyecto, pero este está más enfocado al mundo de la poesía, aunque está en una fase muy embrionaria todavía, así que, por el momento, seguiré centrada en esto.
¿Por qué has elegido dirigirte al público infantil y juvenil?
Para mí no ha sido una decisión difícil porque la idea para esta novela la tuve cuando yo tenía once años. De hecho, fue en un momento en el que estaba haciendo deberes con una compañera y su madre le dijo: ¿te imaginas que las noticias salieran de una cocina?
Ella se rio, pero yo me quedé pensando en ello y se me ocurrió que quizás podría escribir un cuento sobre eso y me lancé. Fue una idea que tuve a una edad en la que lo normal es dirigirte hacia el mismo grupo de edad que tú tienes, así que acabó siendo una novela infantil.
Lógicamente, el libro ha ido pasando por distintos procesos de reescritura y su versión casi definitiva estaba escrita cuando tenía veintidós años. En todo este tiempo, ha habido que ir adaptando el vocabulario porque, al fin y al cabo, no te puedes dirigir de la misma manera a un adulto que a un lector novel que todavía está aprendiendo palabras.
Ese ha sido el mayor reto: ponerme en la mente de un joven y comunicarme con el mismo canal, con el mismo universo lingüístico.