Entrevista > Pilar Almería / Actriz (Alcoy, 29-abril-1958)
Pilar Almería es una de las pioneras del teatro valenciano contemporáneo, al fundar hace treinta años el Grupo de Teatro Micalet junto a Joan Peris y Ximo Solano. “El 13 de mayo de 1995 pronunciamos la primera frase de nuestra obra debut, ‘Nàpols Milionària’, de Eduardo de Filippo”, asevera.
“No tuvimos referentes valencianos, debíamos fijarnos en lo que hacían actores catalanes, principalmente”, lamenta, “cuando aquí había mucho talento, pero debían irse para trabajar”. Entre las funciones que más le han marcado, ‘Nadal a casa els Cupiello’, ‘El jardí dels cirerers’ y ‘Ai Carmela’.
También ha sido una habitual del doblaje, “ahora menos”, y del audiovisual, en numerosas series y películas. Hace un año estrenó el thriller psicológico ‘Tú no eres yo’ y ahora disfrutamos de ella en la obra ‘L’Oreneta’, que está de gira.
¿Cómo recuerdas los inicios de la compañía teatral?
Teníamos muy claro que lo fundamental era contar con una compañía de teatro que pudiera tener una sala (Teatro Micalet) donde hacer producciones y exhibiciones largas con muchos actores.
Los tres (Joan, Ximo y yo) somos actores, creíamos mucho en el proyecto e intentamos ilusionar a toda la profesión valenciana.
¿Hasta qué punto ha evolucionado el teatro valenciano?
Hace tres décadas en València no existía la profesión teatral, carecíamos de referentes y los pocos que se dedicaban profesionalmente tenían que desplazarse a Madrid o Barcelona. Todo cambió con la creación del gobierno autonómico: se dedicó dinero a la cultura y se creó una estructura.
La apertura de Canal 9, en 1989, fue clave. Fui de las primeras en aprender a doblar, y he puesto voz a grandes como Deborah Kerr, Gina Lollobrigida o Silvana Mangano.
«Peris, Solano y yo creíamos mucho en el proyecto y tratamos de ilusionar a la profesión valenciana»
¿Qué sensaciones tienes al conectar con el público?
Muy especiales, porque sobre el escenario notas ‘si pasamos batería’, como decimos en el argot del teatro. Se produce o no una comunicación, un flujo recíproco, y el día que sucede -que no es tan a menudo-, es tan gratificante… Simplemente engancha.
Hablamos de una profesión durísima, en la que normalmente no hay continuación de trabajo, complicada de conciliar con cualquier tipo de familia y no siempre es reconocida. Entonces ¿por qué la hacemos?, es muy vocacional, una manera de vivir.
¿Disfrutas igualmente como directora?
¡Para nada! Cuando empezamos con la Compañía Teatre Micalet acordamos que cada uno dirigiría una función y no ha sido así, porque yo he dirigido muy poco y fuera de la compañía.
No me gusta, ni va con mi carácter, porque donde disfruto de verdad es actuando, creando el personaje, junto a mis compañeros, formando parte de una familia.
«Sobre el escenario a veces se produce una comunicación, un flujo recíproco con el público, muy gratificante»
¿Cuáles han sido tus películas o series más relevantes?
Por un lado, las primeras, pues tienen algo de iniciático, como ‘Herència de sang’, la serie dramática decana de Canal 9. Le siguió ‘A flor de pell’, ‘Bon dia, bonica’ y tantas otras, porque ya no he parado, en València (‘La Vall’, la primera de À Punt) o Barcelona, con un papel en ‘Nissaga, la herència’, continuación de la popularísima ‘Nissaga de poder’.
Destaca tu papel en ‘Tú no eres yo’.
Film que afortunadamente realizamos de noche, porque ese agosto (2022) fue horrible de calor. El rodaje fue una especie de vacaciones, como unas convivencias familiares, en una alquería preciosa de L’Horta.
Cuando leí el guion en ningún momento pensé que era la mala de la película. Es más, encaré el personaje, quise desarrollarlo, como una madre que por su hijo estaba dispuesta a todo.
«Los personajes no son ni buenos ni malos, sino fruto de sus circunstancias y el resultado de muchas cosas»
¿Pero hacías de mala?
Los personajes no son ni buenos ni malos, sino que son fruto de sus circunstancias y el resultado de muchos aspectos. Todo lo hacía por mi hijo (ríe).
En las series diarias es mejor hacer de mala, es divertidísimo -al personaje le pasan cosas-, porque los papeles de buena se convierten en aburridos. En ‘Bon dia, bonica’, por ejemplo, mataba a mi amante ¡en el primer capítulo!
Esto es fantástico, porque el público acaba teniendo una gran familiaridad y empatía con los personajes. Le llegaron a decir a una tía mía si podía hacer algo por mí, ya que estaba en prisión (en la ficción).
¿Dónde te podemos ver ahora?
Ahora estamos de gira con ‘L’Oroneta’, del catalán Guillem Clua, una obra muy bien construida en la que tengo un papel difícil, pero a la vez sumamente gratificante.
Estoy disfrutando al lado de Bruno Tamarit, actor con el que he compartido muchas otras funciones, haciendo de tía o madre. No desarrollarla con él habría sido complicado, por la confianza que tenemos.