Entrevista > Rafael Salinas Tello / Pianista y pedagogo (València, 9-febrero-1971)
La relación del talentoso pianista y pedagogo Rafael Salinas con Utiel va más allá de sus lazos familiares. Y es que desde los veranos de su infancia, hasta sus habituales visitas como profesional, Rafael ha mostrado su apego al municipio durante todo su recorrido por escenarios de todo el mundo.
«Es esencial la figura de un docente que te descubra la música, sus colores y magia»
Su madre es utielana y, aunque su inicio en la música no fue aquí, sí acudía a menudo.
Mi formación musical comenzó en Valencia, específicamente en Torrente, con clases de piano y solfeo. Íbamos regularmente a Utiel los fines de semana y en verano. Allí recibía clases de música, lo cual fue importante en mi desarrollo inicial. Es esencial la figura de un docente que te descubra la música, sus colores y magia. Para un niño con ganas de aprender, es fundamental.
¿Cómo continuó su relación con Utiel tras esas primeras clases?
Principalmente a través de dos instituciones. Aunque los veranos se complicaron, seguí teniendo una relación cordial. Me involucré con la Masa Coral Utielana, tocando el órgano y acompañándolos, una institución con personas maravillosas.
Con la Unión Musical Utielana participaba con la banda en certámenes donde se requería un piano. Incluso empecé a estudiar algún instrumento de viento. Tenía muy buenos amigos, y esa etapa de mi infancia y adolescencia estuvo muy ligada a esos intereses comunes. Un grupo heterogéneo con un amor compartido por la música.
En 2005 interpretó el Concierto número 2 de Rajmáninov con la Unión Musical Utielana, ¿qué significó ese momento?
Fue un momento de muchísima satisfacción y felicidad. Era una obra que no se solía interpretar, primero piano y banda y luego Rajmáninov. Ahí hay un compromiso mutuo, un asumir retos comunes. Fue una experiencia fantástica que viví con mucha alegría.
«Las bandas de música son patrimonio de nuestra tierra»
¿Qué valor les da a las bandas de música en la Comunitat Valenciana?
Son patrimonio de nuestra tierra. Cumplen una función educativa y social, participando en la vida de la comunidad. Aportan canales de socialización, creando amistades y compartiendo momentos importantes. Este tipo de estructura socializadora es muy importante.
Además de Utiel, su formación le llevó por València, San Petersburgo… ¿Alguna etapa especialmente importante?
Todas las experiencias tuvieron elementos positivos, incluso las negativas. Mi etapa en Torrente fue muy bonita. En Valencia, combiné la música con la psicología. Pero la etapa en Rusia fue decisiva.
San Petersburgo, con uno de los conservatorios más antiguos de Europa, influyó mucho en mi formación. Fue la más contrastante, por la diferencia entre la Rusia de los noventa y la España de esa época.
Tuve suerte de encontrar grandes maestros que formaron parte de la escuela rusa, con metodologías claras, políticas educacionales y estrategias para acercar la cultura al pueblo. Un privilegio y una suerte enorme. Mi profesor, Leonid Sintsev, me ayudó mucho a ubicarme.
Aparte de interpretar, también tiene una faceta docente ¿Cómo compagina ambas?
Es difícil. Son actividades interrelacionadas, pero con rutinas diferentes. La docencia precisa de la interpretación, para no perder el contacto con el sonido compartido. No es lo mismo tocar en clase que delante de un público, captando su atención y compartiendo emociones.
La interpretación no es solo tocar bien, sino transmitir y generar emoción. La música es el arte más misterioso y mágico. Cuando te dedicas a la docencia, la interpretación sufre. Cada vez tienes menos tiempo para estudiar y reduces tus apariciones en público.
«San Petersburgo influyó mucho en mi formación»
¿En qué está trabajando actualmente?
He desarrollado proyectos sobre la formación de niños con talento, programas basados en la práctica. Aprendí sobre estos temas de profesores con experiencia en niños con alto potencial. Enseñaban desde metodologías claras hasta pautas de conducta.
¿Qué se busca con estos programas?
Evitar que se malogre el proyecto personal y musical del niño. Que pueda crecer como persona y como músico, desarrollando su potencial. Que puedan alcanzar su máximo rendimiento sin que se les ‘coma’ por dentro, dosificando y sabiendo llevar las cosas.
Otro proyecto importante es sobre psicología e historia de la interpretación musical. Qué ocurre a nivel cognitivo al tocar y qué significa tocar música de otras épocas. Cómo se enfrenta el intérprete moderno a una obra compuesta para otro contexto.
¿Tiene algún proyecto para el futuro relacionado con Utiel?
Me gustaría desarrollar algo en el ámbito de la formación del profesorado. Crear un contexto para la formación, en el que no se cuestione lo que sabe el profesorado, que sabe mucho por estar en la trinchera. Necesitan buenas condiciones y un contexto estimulante.
La posibilidad de volver a colaborar y tocar juntos en Utiel está siempre abierta. Han pasado momentos difíciles y la DANA ha supuesto un golpe, pero en esos procesos la cultura y la música son esenciales. No solo es arreglar paredes, sino también el alma.
Solidaridad desde Barcelona
Rafael Salinas organizó junto Nusos Culturals un concierto solidario con el que se recogieron 4.000 euros para la reconstrucción del conservatorio de Utiel. Una muestra de que, a pesar de la distancia, el pianista lleva Utiel allá donde esté.