Entrevista> Marina Marroquí / Escritora y educadora social (Elche, 8-junio-1988)
El primer álbum ilustrado de Marina Marroquí es un cuento con un claro mensaje a la mujer, inspirado en su hija y en su madre. Esta fábula, con la que aspira a acercarse tanto a niñas como a madres, es ideal para ser leída en familia, para hacer entender a las hijas cuál es el legado de las mujeres: una lucha diaria con el fin de alzar el vuelo y llegar a lo más alto.
Marina nació en la Partida de Daimés, pero por su trabajo vive en Madrid desde hace siete años. Ha sido reconocida por las Cortes Valencianas como una de las veinticinco mujeres más importantes en la historia de la Comunitat Valenciana, galardonada con el premio Ana Tutor, y el premio Menina Contra la Violencia de Género entre otros. Además ha recibido la medalla del Bimilenari y fue distinguida con la medalla al mérito policial en la ciudad de Barcelona.
Formación y prevención
Es educadora social, especialista en violencia de género y autora de ‘Eso no es amor’ y ‘Eso no es sexo’. Ha impartido talleres de prevención y detección precoz de violencia de género en adolescentes a más de 300.000 jóvenes en 700 ciudades, y ha formado a profesionales del ámbito policial, jurídico, sanitario y educativo en la detección e intervención con víctimas de violencia de género.
Divulgadora y activista, cree firmemente que la prevención, formación y sensibilización son el camino para erradicar la violencia de género. Ella lo vivió en sus propias carnes, y cree en la necesidad urgente de reparar el daño de las víctimas para que vuelvan a construirse tras el maltrato, desterrar el miedo y que vuelvan a ser felices y, sobre todo, libres.
¿Las protagonistas de ‘Vuela alto’ son tu madre y tu hija?
Se lo debía a mi hija que tiene seis años, y que debe asumir el hecho de tener una madre como tantas otras madres que trabaja mucho y que no pueden pasar juntas todo el tiempo que quisieran. Doy conferencias por toda España y mi agenda está completa todos los días a un año vista.
No es fácil explicar a un niño esas ausencias, y ahora con esa excusa de que es un cuento, me llevo a mi hija y a mi madre a todas las presentaciones como protagonistas de la historia, y está siendo una experiencia maravillosa.
«Uno de cada cinco niños ve el feminismo como algo malo»
¿Cómo crees que ha evolucionado el concepto de madre perfecta en la sociedad actual?
Es lo que intento explicarle a mi hija en el cuento, que tengo que cumplir mis sueños y que sobre todo ella tiene también que cumplir los suyos y volar alto. Ha habido una brecha generacional muy grande, porque yo de adolescente le reprochaba a mi madre que tenía que luchar como lo hicieron nuestras abuelas, y que se estaba conformando con un trabajo precario de aparadora.
Un día me dijo “tú que sabrás de lo que es luchar, si ni te das cuenta de lo que yo lucho para que tu puedas volar y que tengas carrera universitaria”. Además, añadió “y tampoco te enteras de que durante muchos años no he podido ni firmar un papel si no era con el consentimiento primero de mi padre y luego de mi marido”.
«No hay una educación sexual real en las aulas»
Marina, ¿qué piensas qué está pasando con las nuevas generaciones de adolescentes donde el machismo y la violencia de género es palpable y preocupante?
No solo no se avanza, sino que hay un retroceso peligroso. Según datos oficiales, uno de cada cinco niños ve el feminismo como algo malo, y una de cada cinco niñas ve una bofetada como algo normal.
En los múltiples talleres y conferencias que hago por institutos de toda España la respuesta a la pregunta de ¿Qué motivos te hacen romper una relación?, la respuesta siempre era los cuernos o una bofetada. Pues últimamente ya han pasado de la bofetada a la paliza, y estamos hablando de niñas de trece años que ven normal que el noviete les pegue una bofetada, y esto es realmente muy preocupante.
«Lejos de avanzar, hay un retroceso peligroso»
¿En qué se está fallando?
Falta por ejemplo una asignatura de igualdad en las aulas, falta formación en el profesorado, no se da herramientas a las familias, no hay una educación sexual real en las aulas, que manejan el porno a su antojo, siguen a personajes tóxicos en las redes sociales, las letras de algunas canciones etc. No somos conscientes de la gravedad y se debe actuar de inmediato.
¿Has vivido personalmente la violencia de género?
Lo viví siendo muy joven, tenía solo diecinueve años y lo sufrí de una manera muy extrema, estuve a punto de perder la vida en dos ocasiones. Afortunadamente pude salir de ahí y a partir de entonces construí mi profesión. Es importante que las nuevas generaciones conozcan nuestras cicatrices para poder enfrentarse al dolor, no avergonzarse y saber pedir ayuda.