Cuando llegue esta editorial al lector es posible que hayan cambiado algunas cosas y esté desactualizada, porque hoy en día uno se levanta y lo primero que mira es a ver qué nuevo ha pasado.
Arenas movedizas
La política nacional está sobre arenas movedizas. Con una gobernabilidad basada en el chantaje de una minoría de ultraderecha y nacionalista como es Junts, casi insignificante (7 diputados de 350, un 2% únicamente), pero decisiva para mantener a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, se le ha aceptado todo lo que ha ido pidiendo, aun habiendo defendido vehementemente antes que eso era inviable e, incluso, inconstitucional (como la ley de autoamnistía).
Lo que nadie se esperaba era todo lo que ha pasado después dentro del propio PSOE, con las dos personas de máxima confianza del presidente, aquellos que le acompañaron para ganar las primarias en su partido, Ábalos y Cerdán, uno investigado y el otro encarcelado, ambos por corrupción.
Ya se han escrito miles de líneas sobre el tema, destacando precisamente que cuando se llega a un gobierno para acabar de forma tajante y para siempre con la corrupción, no se puede ser corrupto. Y fue Ábalos precisamente, como número dos, el que defendió esa postura en la Moción de Censura a Rajoy.
Feminismo
Pasa algo parecido con la defensa del feminismo. Resulta que los que tanto han enarbolado la bandera por la causa son los primeros machistas. Así se deduce de las desagradables conversaciones entre Ábalos y Koldo hablando de las mujeres como si fueran objetos de intercambio.
Incluso Paco Salazar, persona de máxima confianza de Pedro Sánchez, destacado asesor en Moncloa, y que iba a ser nombrado adjunto a la Secretaría de Organización del PSOE en el Comité Federal del 5 de julio, ha tenido que renunciar por acusaciones de acoso sexual realizadas por mujeres de su propio partido.
Presupuestos
El caso es que entre chantajes desde un lado, casos que ya no se pueden decir que son bulos, con alguno de sus implicados incluso en la cárcel, y un sin fin de asignaturas pendientes en España que se van acumulando (véase el estado de mantenimiento de las líneas ferroviarias, las carreteras, etc.), se atisba complicadísimo realmente poder gobernar, y menos sin Presupuestos Generales del Estado, la principal ley de todas y obligada por la Constitución a presentar anualmente.
Precisamente por no sacar adelante esa ley en 2018 Sánchez le pidió elecciones a Rajoy, diciendo que “un Gobierno sin cuentas es tan útil como un coche sin gasolina”. Si uno tiene tan seguro el apoyo del que presume, ¿por qué no se presentan los imprescindibles presupuestos para poder gobernar?
Elecciones
Es evidente que la democracia se trata de que seamos los ciudadanos los que podamos decidir nuestro futuro. Y que antes de que la situación sea aun más insostenible e incluso llegue a las calles, la mejor forma de pararla es dejando que decidamos si nos parece bien o no que se continue así. No hay que tener miedo a las urnas, aunque eso es lo que tratan algunos.
Pasó con la llegada al poder de Podemos, que los catastrofistas vaticinaban que iba a ser el final de la democracia. Ahora ocurre con Vox y el ya famoso ¡cuidado que viene la ultraderecha! La realidad es que somos una democracia más consolidada de los que algunos, que se llenan la boca de ello, creen, y no hay que tener miedo, las urnas siempre vuelven.
A pesar de lo que se dice desde presidencia del Gobierno, lo más probable, o al menos lógico, es que antes de finalizar el año se acuda a las urnas en unas elecciones nacionales. Aunque solo sea por el respeto y apoyo a los socialistas alcaldes, que si coinciden las municipales del 2027 con las nacionales van a ser los verdaderos damnificados, aunque hayan realizado en sus ayuntamientos un grandísimo trabajo.
De nuevo el centro
Por su parte el PP se escora al centro en una estrategia que bien conoce Aznar, y anteriormente Felipe González. Aunque luego esa centralidad no se cumple, ahí es donde han dicho estar los que han ganado, y es que se demuestra que una gran parte de los ciudadanos no somos extremistas de ninguno de los dos lados.
Ganó Adolfo Suárez con un partido de centro (UCD), le quitó el poder Felipe González abogando por un PSOE ocupando la franja central, y luego José María Aznar (PP) con la misma estrategia. Incluso estuvo a punto de ello Ciudadanos, que también se vendía como partido de centro, hasta que fue a la deriva por ambición desmedida y mala gestión.
El jefe de los chantajes
Pero como no tengo mucho más espacio no quiero dejar de hacer ese ‘homenaje’ al chantajista jefe: Donald Trump. Los que quieren disfrazarlo de otra cosa lo llaman negociar, pero el presidente norteamericano no negocia, amenaza.
Si los aranceles son un constante chantaje, lo ocurrido en la OTAN supera cualquier expectativa. Tal capo de la mafia ha dicho: o me pagáis un 5% o ateneros a las consecuencias. Así actuaba la mafia en EEUU en la década de los 40 y 50.
Lo cierto es que ese porcentaje del 5% podría haber sido el 4,5 o el 6, porque nadie ha explicado las cuentas. Hablamos de muchísimos cientos de miles de millones de euros (solo España 80.000 millones de euros al año), que debería estar basado en un análisis exhaustivo de para que se necesita concretamente cada uno de esos euros.
En este caso no hace falta porque está claro: lo ha dicho Trump y todos a callar, no sea que el señor se enfade y nos abandone o nos amenace como, por cierto, y a pesar de todo, sigue haciendo, insultando y menospreciando a Europa constantemente. Eso sí, nos ha dejado su perro faldero como guardián del botín que espera utilizar en sus empresas armamentísticas.