Entrevista > Francisco Parres Sánchez / Rei Jaume I en los Moros y Cristianos (Crevillent, 30-septiembre-1944)
Después de una larga trayectoria festera que se remonta a finales de los sesenta, Francisco Parres Sánchez, Paco para todos, será el Rei Jaume I 2025. “Era el único cargo que me faltaba por hacer”, señala. Primero formó parte de la comparsa Beduinos, pero desde 1974 pertenece a los Maseros, de los que ha sido cabo de escuadra muchísimos años.
Sin duda encarna la esencia de nuestros Moros y Cristianos, como demostró siendo Capitán Cristiano en 2008, compartiendo eso sí protagonismo con su hija Laura, que ejerció entonces el papel de Masera de Honor. Está considera un festero de vocación y compromiso.
Su vida profesional estuvo vinculada al sector de la mecánica de automoción, fundando hasta cuatro empresas. “Fui de los mejores especialistas en la transformación de vehículos industriales de toda España”, se enorgullece. Son sus hijos los que ahora gestionan la compañía.
¿El sentimiento festero desde cuándo lo tienes?
Soy festero a partir del momento que mi mujer, Mª Nieves Serna Asensio, fue nombrada Sultana, allá por 1969. Participo en la fiesta desde un año antes. En un inicio fuimos de los recién creados Beduinos, pero eran tantos los reclamos familiares, todos en la comparsa Maseros, que acabamos cambiándonos.
¿Cómo se lo tomaron los Beduinos?
En aquella época era muy normal pasarse de una comparsa a otra y los Beduinos se caracterizaban por su fuerte mentalidad, al ser fundado por personas mayores.
«Hoy las fiestas tienen un protocolo, está todo mucho más estipulado y establecido en el calendario»
¿Tanto han cambiado las fiestas?
Por supuesto. Recuerdo que antes éramos unos pocos amigos los que hacíamos la fiesta, mediante corrillos. Ahora existe un protocolo, está todo mucho más estipulado y establecido en el calendario, que todos debemos seguir.
¿Disfrutas más que antes?
La edad no perdona, y en septiembre cumpliré ochenta y uno. En los Maseros fui cabo de escuadra durante décadas, antes de ser capitán, en 2008. Seguidamente volví a ejercer de cabo, aunque ya no disponía de la misma vitalidad. Ahora vivo las fiestas desde un segundo plano.
¿Qué significan para ti los Moros y Cristianos?
Es tanto… Siempre que se debe nombrar a un capitán hay dudas, y yo estoy el primero. ¡Me he postulado para las de 2034! Lo he hecho en broma, porque ese año cumpliré noventa (ríe).
«Ejercí durante muchos años como cabo de escuadra de mi comparsa, Maseros, que capitaneé en 2008»
¿Guardas buen recuerdo de tu Capitanía Cristiana?
El mejor, fue inolvidable, emotivo, con mi hija Laura, a punto de cumplir veinte. Al principio hubo muchos obstáculos, normal, pero después me sentí muy respaldado por familia y amigos. Es de los más gratos recuerdos de mi vida.
Soy una persona muy abierta, con multitud de amigos, y todos ellos se volcaron conmigo, rápidamente.
¿Laura es tu ojito derecho?
A mis cinco hijos los quiero por igual, pero Laura al ser la más pequeña y por mucha diferencia, once años con la anterior…
Hablemos del cargo de Rei Jaume I, ¿cómo te lo ofrecieron?
Debido a que siempre he querido participar en todo lo relacionado a las fiestas, lo comenté, porque era lo único que me faltaba. Unas semanas más tarde, a finales de mayo, me llamó el presidente de la asociación, Luis Manchón, para decirme si quería ser Rei Jaume I, contestando al instante que “¡por supuesto!”
«He disfrutado las fiestas intensamente, pero ahora, con ochenta años, las vivo desde un segundo plano»
¿Has sentido apoyo por parte de tu comparsa, Maseros?
Para todos es una alegría muy grande, porque como decía antes, es el único cargo que me faltaba por cumplir en los Moros y Cristianos de mi pueblo, de Crevillent. En los Maseros ya ha habido dos Ra’is y otros dos Reis Jaume I.
¿Estarás emocionado el día de la Entrada?
Posiblemente, en ambas, la Cristiana y la Mora. Hay un punto crítico durante el desfile, la llamada Puerta del Iris, donde se ubican las tribunas. Ese lugar es impresionante, el gentío que se acumula.
En mi Capitanía presentamos toda la comparsa un boato magnífico, denominado ‘El Bien y el Mal’, representado por un caballo blanco y otro negro. Este año será emocionante, por supuesto, aunque no tanto como lo fue en 2008, insuperable.
¿Vas a ser festero hasta el final?
Exactamente, es mi objetivo. Jamás rechazaré ser festero, mientras posea las facultades que tengo ahora. Siempre he sido alto, ahora rondaré el 1.85 m, y un lince en mi sector, la automoción, de los mejores del país, sin exagerar.
Me jubilé, o me obligaron, a los setenta años, pero sigo yendo a la empresa todos los días, para supervisar. Son mis hijos los que llevan las riendas. Otras de mis pasiones ha sido viajar, recorriendo gran parte del planeta.