Entrevista > Encarna Muñoz Pons / Concejala de Economía y Hacienda (Alfafar, 15-septiembre-1968)
Encarna Muñoz, concejala de Economía y Hacienda de Alfafar, analiza los presupuestos municipales de 2025, unas cuentas que rozan los 23 millones de euros y que han sido inevitablemente marcadas por la DANA.
Muñoz detalla los desafíos de la reconstrucción, la carga burocrática de las ayudas estatales y la clara apuesta del consistorio por reforzar los servicios sociales como principal escudo para proteger a la ciudadanía en un año excepcionalmente difícil.
Los presupuestos de 2025 han llegado en junio, claramente influidos por la DANA.
Por un lado, la DANA lo ha retrasado todo. Por otro, la incertidumbre sobre los presupuestos del Estado también nos ha afectado. Aunque el montante que recibimos de ellos no es muy grande, toda piedra hace pared y se nota. Necesitábamos saber con qué contábamos para poder cerrar nuestras propias cuentas.
El de este año ha alcanzado casi los 23 millones de euros lo que supone un aumento de más de un millón respecto al anterior. ¿Podría ofrecernos un resumen global de estas cuentas y su enfoque?
Estos presupuestos han sido diseñados después de la DANA, por lo que son austeros a pesar del aumento. Nuestro enfoque, como siempre, ha estado centrado en las personas, que es nuestra máxima prioridad. Hemos tenido que hacer ajustes, como una reducción en la partida de fiestas, para poder atender otras necesidades urgentes que han surgido.
También hemos tenido que aumentar la dotación de contratos importantes que debían licitarse, como el de limpieza viaria o el de parques y jardines, que conllevan una actualización de costes. Además, aunque el dinero de la reconstrucción no está incluido aquí, sí hemos tenido en cuenta necesidades básicas derivadas de la catástrofe.
«Hemos tenido que hacer ajustes para poder atender otras necesidades urgentes que han surgido»
Entonces, ¿ha sido un ejercicio de cautela?
Procuramos ser muy cautos. Se trata de un presupuesto trabajado pero vivo, que está abierto a las modificaciones que tengamos que hacer. Estas adaptaciones estarán ligadas tanto a la reconstrucción como al refuerzo de áreas clave como Servicios Sociales, para seguir desarrollando nuestras políticas centradas en el bienestar de los vecinos y vecinas de Alfafar.
Con la reconstrucción en la recámara habrán sido unos presupuestos singulares, pero ¿venían también marcados por años y previsiones anteriores?
Sí, en todo momento hemos tenido que adaptar nuestras partidas. Hay contratos vigentes que hay que cubrir y muchos otros que se deben licitar, como el de limpieza viaria. El problema es que al actualizar estos contratos, nos encontramos con que los costes se duplican por la necesidad de ajustarse a los salarios actuales y mejorar los servicios.
¿Qué tipo de mejoras se han introducido en estos nuevos contratos?
Por ejemplo, en limpieza viaria, aunque se licitó el año pasado, ahora entran en vigor las mejoras. Hemos incorporado maquinaria eléctrica que no hace ruido y vehículos específicos para limpiar las aceras y los orines de los perros, abarcando más superficie. Una de las novedades más importantes es que la cuba de baldeo estará en la calle los 365 días del año, porque es necesario.
Este refuerzo del servicio supone casi el doble del presupuesto que había asignado anteriormente a ese contrato. Además, tenemos pendiente de licitar el contrato de parques y jardines, que hemos paralizado este año pero que, cuando se licite, previsiblemente también verá aumentado su coste de una forma similar.
«La burocracia retrasa la ejecución de las obras de una forma desesperante»
¿La gran apuesta del presupuesto ha sido el fortalecimiento del gasto social?
La reconstrucción de infraestructuras se financia por otra vía, pero el impacto social de la DANA lo tenemos que cubrir desde el Ayuntamiento con nuestros propios gastos. Este esfuerzo se ve claramente reflejado en las cuentas municipales de este año.
Desde el Estado se ha destinado 35 millones de euros para la reconstrucción, pero usted ha sido crítica con estas ayudas, calificándolas de caramelo envenenado. ¿Por qué? ¿Qué problemas se están encontrando?
A pesar de que hemos recibido subvenciones, por ejemplo un millón de euros para infancia y juventud afectada por la DANA, los 35 millones del Estado cubren exclusivamente infraestructura. Y cuando dicen infraestructura, se refieren a ladrillo. Ni siquiera cubren las papeleras, los bancos o las farolas. No le llamaría reconstrucción, sino otra cosa.
Para mí, reconstruir es rehacer algo que he perdido. Sin embargo, nos encontramos con pegas absurdas. Por ejemplo, presentamos la memoria para reponer la cocina de una escuela infantil, que es un mueble hecho a medida para ese espacio, y el Ministerio nos dice que no lo cubre porque lo considera mobiliario, no obra. Tendremos que presentar una alegación.
Entiendo que esa limitación también afecta, por ejemplo, a la modernización del alumbrado público.
En la letra pequeña de la ayuda del ministerio se habla de la posibilidad de introducir una «mejora», pero esta debe ser aprobada por el propio ministerio. Esto choca frontalmente con la burocracia administrativa de España y los plazos tan ajustados que nos han dado para ejecutar las obras. Los tiempos del ministerio no son los nuestros.
«Aunque el dinero de la reconstrucción no está incluido aquí, sí hemos tenido en cuenta necesidades básicas derivadas de la catástrofe»
¿Cree que los plazos de ejecución son realistas con tanta burocracia?
El proceso se dilata enormemente. Hay que hacer memorias, esperar la aprobación del Ministerio, realizar licitaciones públicas que pueden tener alegaciones… Veremos si los ayuntamientos somos capaces de ejecutar las obras en el tiempo que nos exigen. Es un caramelo envenenado y todos los ayuntamientos afectados nos quejamos de lo mismo.
Ante tal volumen de trabajo, la solución podría parecer aumentar el personal o contratar externamente. ¿Es esto posible?
No, la subvención no permite ni siquiera contratar una empresa externa para que gestione la coordinación de los proyectos. Hubiera sido más fácil recibir algo menos de dinero para infraestructura y, a cambio, poder dotarnos del personal necesario. Deberíamos duplicar el departamento de Urbanismo para atender lo diario y lo extraordinario, que es la DANA.
¿Por qué no pueden contratar más personal técnico?
La Delegación del Gobierno no nos permite crear nuevos puestos de trabajo. Tampoco podemos contratar a las empresas que necesitamos, como un arquitecto o un ingeniero más, porque ese gasto no lo cubre la ayuda y debe salir de nuestro presupuesto. El Ayuntamiento no es el Ministerio, no tenemos esa capacidad financiera.
Además, hemos tenido que adelantar de nuestro bolsillo cuatro millones de euros para pagar las facturas de emergencia. El Estado nos devolverá ese dinero cuando revise las facturas, pero a fecha de hoy no lo tenemos. Esto nos obliga a apretarnos el cinturón y renunciar a proyectos nuevos. Tenemos que hacer de todo: de conselleria, de ministerio y de ayuntamiento.
«Para pagar las facturas de emergencia hemos tenido que adelantar de nuestro bolsillo cuatro millones de euros»
Dentro de las limitaciones, sí que han podido incorporar un refuerzo.
Sí, hemos podido formalizar un contrato programa, que es una figura que permite la normativa, para incorporar a un arquitecto o arquitecta que ayude en la reconstrucción y en el departamento de Urbanismo. Pero es insuficiente. Como digo, necesitaríamos un ingeniero, un auxiliar administrativo, un técnico de visitas… Necesitamos duplicar la oficina técnica.
Volviendo a los servicios, la partida de limpieza viaria ha aumentado un 7,2%. Mencionaba que la cuba de baldeo estará todos los días en la calle.
Es una novedad y una mejora importante para la ciudadanía. También se ha modificado el servicio de recogida de basuras. Tuvimos la mala suerte de que la DANA se llevó todos los contenedores y destruyó las isletas soterradas, que ya generaban muchas quejas. Por ello, se ha decidido cambiar el sistema y optar por contenedores en superficie.
El presupuesto también refleja un esfuerzo para aliviar la carga económica de los vecinos. ¿Qué medidas se han tomado?
Hemos bonificado el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y la tasa de ocupación de vía pública a los vecinos afectados. Además, durante el último trimestre de 2024 y el primer trimestre de 2025, el Ayuntamiento ha asumido el coste del recibo del agua de los vecinos, que les ha llegado a cero euros.
También se está gestionando la devolución del IBI de 2024.
Correcto. La devolución del IBI de 2024 viene por un decreto del Estado. Ya se ha devuelto a prácticamente todas las viviendas afectadas, es decir, a los bajos que son vivienda. Hace unos días se firmó la devolución para unos 3.000 recibos correspondientes a locales comerciales en planta baja que también resultaron afectados. El siguiente paso serán los comercios y las plazas de garaje.
«También nos ha afectado la incertidumbre sobre los presupuestos del Estado»
Este alivio para los ciudadanos supone un impacto importante en los ingresos del Ayuntamiento.
Por supuesto. Las principales fuentes de ingresos directas de un ayuntamiento, más allá de las transferencias de otras administraciones, son el ICIO, el IBI y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) de las grandes empresas. Esos tres impuestos son los que nutren nuestro presupuesto. El resto son subvenciones que nunca cubren el 100% del coste.
¿Ha sido un quebradero de cabeza cuadrar las cuentas con esta caída de ingresos?
La verdad ha sido una tarea muy técnica. Para poder elaborar un presupuesto realista, hemos tenido que hacer una media del gasto real ejecutado en años anteriores. Hemos sacado unas cuentas principales basadas en esa previsión de gasto, sabiendo que es un presupuesto vivo. Haremos las modificaciones de crédito que sean necesarias para atender todos los servicios, que por supuesto están cubiertos.
«Tenemos que cubrir el impacto social de la DANA desde el Ayuntamiento con nuestros propios gastos»
Dentro de la priorización social se ha aumentado, por ejemplo, la ayuda a domicilio. Un servicio vital que se habrá visto más demandado por problemas como el de los ascensores estropeados.
Desde Servicios Sociales se ha puesto sobre la mesa el problema de los ascensores, que afecta a muchísimas personas, sobre todo en el barrio Orba, donde vive mucha gente mayor que lleva meses sin poder salir de casa. Necesitan salir, pasear, tomar el sol. Es una prioridad para la concejalía.
Nos hemos puesto en contacto con la Diputación y la Conselleria para que actúen. Un ayuntamiento no tiene fuerza ante las empresas, pero una administración superior sí puede sentarlas y buscar soluciones al problema de la falta de técnicos o de piezas. También hay empresas que se están aprovechando. Nosotros podemos ayudar, pero hay entes superiores que deberían hacer más fuerza.
El Ayuntamiento no puede presupuestar la reparación de un ascensor privado, pero sí puede reforzar los servicios sociales para ayudar a esas personas.
Exacto, ponemos los medios que están a nuestro alcance. Otro ejemplo de inversión con retorno social es la mejora del alumbrado. Después de una auditoría, pretendíamos poner en marcha un plan de mejora, pero la DANA lo truncó. El agua arrancó puntos de conexión y hemos tenido que reponerlos a coste municipal. Ahora estamos actuando en zonas como Alfalares, para instalar un alumbrado más eficiente.
Pensando ya en el futuro, ¿qué ideas generales o proyectos tiene en mente para 2026?
La formación es importante, estamos terminando un edificio para ello. La educación, las fiestas y la cultura también lo son. A partir de septiembre nos sentaremos a valorar las prioridades, combinando nuestra visión como equipo de gobierno con las aportaciones de la ciudadanía.