Rafelbunyol ha ganado enteros dentro de lo que se conoce como la primera corona del área metropolitana. Y mucho, o casi todo tiene que ver con las infraestructuras. La de Metrovalencia para ser más precisos. La línea 3 conecta el ‘capi i casal’ con los puntos más al norte de su área metropolitana, esto es los términos en dirección a l’Horta Nord y el Camp de Morvedre.
Sin embargo no todos estos municipios cuentan con parada de metro. De hecho, si vives en el Puig te quedas sin parada. Si resides en Puzol, más de lo mismo. Y si tienes la casa en Sagunto, olvídate. La línea 3 de Metrovalencia muere, literalmente, en este municipio. Más allá de Rafelbunyol el servicio público se reduce a la reducida frecuencia de paso del autobús de línea en el mejor de los casos. En el peor, a las contadísimas paradas de taxi.
Las familias lo saben
Dicha línea 3 sale de València para detenerse en Alboraya primero y luego en Almàssera y Meliana. De ahí avanza hasta Foios y Albalat dels Sorells, para transitar a Museros (mala suerte para Massalfassar y Albuixech), Massamagrell, La Pobla de Farnals y terminar en Rafelbunyol.
“Los que hemos decido instalarnos en Rafelbunyol tenemos suerte… bueno, suerte no, porque mi familia y yo quisimos que fuera aquí pues más allá no llega el metro que te conecta con la ciudad”, reconoce a este periódico Gregory Roberts, profesor de inglés que vive en Rafelbunyol pero trabaja en uno de los municipios cercanos.
El término lleva camino de alcanzar los diez mil habitantes y nunca ha dejado de crecer
Polígono de separación
La Pobla de Farnals y Rafelbunyol se dividen por un potente polígono industrial en el que se hayan instaladas conocidas marcas deportivas y de derribos de construcción. No separa mucha distancia la penúltima parada de la última, ciertamente. En el lado Este de la última parada de esta línea apenas hay un puñado de viviendas y enseguida se extiende el polígono con sus fábricas, talleres, bares e incluso restaurantes.
Este municipio lleva camino de alcanzar los diez mil habitantes, siendo, además de los más poblados de esta parte de l’Horta Nord, sin duda de los pocos que ha experimentado un crecimiento continuado desde hace décadas. Tanto es así que, desde principios del siglo XIX cuando contaba con cerca de novecientos habitantes, nunca ha dejado de crecer.
En 1889 se proyectó construir una vía férrea que enlazara el Grao a Bétera y Rafelbunyol
Número de pasajeros
En su tramo entre Valencia y Puzol, el término de Rafelbunyol se encuentra atravesado por la creciente A-7. A través de La Pobla de Farnals se enlaza fácilmente con la CV-300. Cabecera de la línea 3 de Metrovalencia, su parada data de 1893, fecha en la que se inauguró este incipiente andén para conectar la localidad con la ciudad.
El servicio en 1975 mostraba un volumen de pasajeros de 6.114.796. Hay que señalar que en la actualidad la línea 3 supone la que más pasajeros traslada, con unas cifras que ya en 2017 rondaban los trece mil pasajeros.
Construido en 1932 y monumentalizado en 1983, ‘el trenet’ vigila las vías desde su pedestal
Marqués de Colominas
La Sociedad Valenciana de Tranvías (SVT) y ferrocarriles económicos se constituyó el 16 de enero de 1885, presidida por José Colomina Arquer, el marqués de Colominas. En 1889 proyectó esta sociedad construir una vía férrea que enlazara la capital con el puerto del Grao de València a Bétera y Rafelbunyol, considerando su prolongación hasta Aragón en tiempos posteriores.
El tendido férreo de un ferrocarril económico a Rafelbunyol fue planeado para atender el numeroso tráfico de mercancías y viajeros. Dichas mercancías circulaban gracias al comercio exportador desde la huerta al puerto del Grao, y que con el nuevo tendido su comercio adquirirá mayor rapidez y economía, permitiendo a la vez que los trenes faciliten la entrada de pescado de la costa al Interior a precio más económico.
Pero también buscaba atender el numeroso tráfico de viajeros y veraneantes que disfrutaban de una segunda vivienda en Rafelbunyol. Una vez construido el trayecto e inaugurada su estación el 18 de noviembre de 1893, se crearía una nueva localización del espacio industrial alrededor de éste y que ya se ha consolidado en el antes comentado polígono industrial.
El cocodrilo de metal
Sólo unos pasos más allá de donde terminan las vías del metro, al otro lado del vallado, aparece uno de los elementos más conocidos de Rafelbunyol: ‘el trenet’. Construido en 1932 y monumentalizado en 1983, salió de la empresa Devís S.A. y responde al tipo de locomotora ‘boîte à sel’, más conocidas como cocodrilos por el diseño y características de su caja.
Fue utilizado para maniobras y trenes de mantenimiento y mercadería en las líneas de València a Liria, Bétera, Rafelbunyol y el Grao hasta su retirada en 1981. Sus dieciocho toneladas vigilan el remate de la línea férrea, como si de un gran coloso de metal se tratara.