ENTREVISTA > Juan Antonio Roche / Sociólogo (Alicante, 23-junio-1959)
Su nombre importa para la sociología nacional e internacional, publica en varios idiomas, consta como catedrático de Sociología de la Cultura y de las Artes en la Universidad de Alicante, vicepresidente de la red internacional de investigadores sobre sensibilidades, cuerpos y emociones (REDISS) o director de la colección de libros La Lechuza Sociológica de las Artes.
Pero su trato siempre es sinceramente afable, motivador, cercano, de preguntarte primero, realmente interesado, por cómo estás, cómo tu familia. No ha cambiado, con esa ilusión con lo conseguido y lo por conseguir, como en épocas cinéfilas, cuando creó y dirigió el exitoso cine-club Mediterráneo.
«Trato de devolver a la sociedad lo que me dio»
Procedes del mundo de la programación cultural, y hoy, en la Universidad de Alicante, sigues estudiando, y potenciando, el mundo del arte, de la cultura.
En estos momentos estoy publicando tanto en España como fuera, porque pienso que cuando la sociedad te da, hay que devolver. Y me he quedado una parte de mi trabajo para el desarrollo de lo local. Aunque ahora soy sociólogo, siempre me he desenvuelto en el mundo de la cultura, el arte, la música.
Como al embarcarte (2019) en el proyecto editor, desde la Universidad, de analizar críticamente el arte contemporáneo autóctono.
Sí, efectivamente, he sacado dos libros, como editor, sobre la modernidad (‘Los caminos de modernización de los artistas de Alicante desde 1950’), y otro sobre las mujeres artistas de 1950 a 2020 (‘La construcción del sujeto robado’). Y ahora estoy con otro de nuevo sobre la modernidad, desde finales del siglo XIX a 1973. He participado en dos cuadernos del Mubag, sobre escultura contemporánea, abstracción.
Y he dirigido doce catálogos, sobre Elena Aguilera, Pepe Calvo… También he hablado de los treinta años de Jácara, sobre la guitarra clásica… Trato de devolver a la sociedad lo que ella me dio. Por ejemplo, conseguí que la colección de Daniel Escolano pasara a la Universidad, para que no se perdiera. Recuerda que hicimos una exposición antológica de su obra.
«Podemos ver el cine como un reflejo de la sociedad»
Uno de tus últimos libros propios, ‘Un grito silencioso’, es en realidad una reedición en castellano que ya publicaste en inglés, y va de cine, de sociología y de celuloide fantástico. ¿Cuán importante ha sido y es para ti el séptimo arte?
Salía por primera vez en Suiza en 2023, y ahora lo edita en español Comares. Trata de cómo el terror, trasladado al cine, influye en el imaginario de la sociedad estadounidense. Y viceversa. Con episodios como la crisis del petróleo del 73. Para ello me basé en la figura de ‘King Kong’, donde incluso vemos cómo la protagonista aparece robando una manzana para poder comer.
Esto era también un guiño claro a la Biblia a la figura de Eva. Así, el cine puede ser visto como un reflejo de la sociedad. Con los temas de la mujer, la naturaleza, creciendo en la sociedad estadounidense, juntos, los miedos y los recelos.
En realidad, si repasamos tus escritos, no hay tema al que no le hayas aportado una visión sociológica, incluso el medio ambiente. Pero siempre en su relación con el ser humano.
Mi concepción de la sociología gira en torno a la sociología de la cultura y de las artes, y a la de las emociones. He trabajado con la sociología de la religión, sobre fotografía, sobre ‘homeless’ y el desarraigo, el populismo. Me paso la vida trabajando, es un placer. Eso no quita para que tenga mi vida familiar, con mis amigos, viajando, que me encanta.
La verdad es que muchas publicaciones se dieron para la cátedra, y nos pedían que la internacionalizáramos. Así que publico en español, italiano, inglés, francés, portugués. Alemán no me atrevo, aunque me encantaría, la lengua de Goethe.
«El arte nos deja menos solos, nos hace compañía»
Sin embargo, el mundo del arte en general copa tu bibliografía, al que otorgas una importancia capital en nuestro desarrollo vivencial.
Qué sería la vida sin las artes, sin amor. La vida es dura, así que necesitamos de las artes. El arte es un compañero fundamental de la existencia. Que sí, que la felicidad plena no existe, pero sí retazos de ella. ¿El arte salvará al mundo? No, pero nos deja menos solos. El arte nos hace compañía.
¿La creatividad se dejó la originalidad en la cuneta, dejando así de cumplir con una finalidad transformadora, como proponías en el libro ‘La creatividad rota’?
No creo que no exista la creatividad ahora, pero sí se ha roto la vieja idea de conectar con el pasado para construir el futuro. Picasso, por ejemplo, miraba a las antiguas figuras africanas y al arte ibérico, y de ahí construía un arte nuevo, transformando lo antiguo.
Ahora esa narrativa ya no existe. En esta sociedad estamos concentrados en los instantes. Se favorece la innovación social, que busca beneficios rápidos, en vez de la creatividad que revisita el pasado, lo cuestiona y lo transforma mirando al futuro.
Esperanzas sociales
Después de tantos libros, ensayos, artículos, y tu continua labor, ¿aún viene la persona graciosa de turno a preguntarte para qué sirve la sociología?
Siempre les respondo que hay que estudiar la sociedad, la cual establece los elementos comunes que permiten superar, por ejemplo, los desastres. Que sirve para estudiar las luces y las sombras de la sociedad, ya que somos por naturaleza seres sociales. Donde los individuos deben devolver a la sociedad lo que reciben. Sobre todo, los que trabajamos, y a los más desfavorecidos. Ahora somos muy individualistas, pero tengo esperanzas, porque hay ciclos.