Entrevista > Fernando Olivencia y Mirko Argento / Artistas y estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Altea
Acaban de cerrar una exposición que, en origen, iba a durar unas horas. Una muestra ‘pop-up’ en el Centro de Investigación de Arte de Altea que, sin embargo, se alargó durante semanas gracias al interés que despertaron las piezas presentadas.
Detrás de esta propuesta están los alumnos del máster en Bellas Artes, entre ellos Mirko Argento y Fernando Olivencia, dos jóvenes artistas que ahora se enfrentan al reto de iniciar su carrera profesional con ilusión, creatividad y muchas preguntas abiertas.
Para ambos, la experiencia ha sido mucho más que académica. “Nos gustó que nuestras obras fueran bien recibidas, pero lo mejor fue abrir las puertas del centro al público”, explica Argento, quien destaca el valor de un espacio compartido por alumnos y profesores en el que, además de investigar, se crea, se expone y se aprende de forma continua.
Una formación muy práctica
La diferencia con el sistema que conocía en Italia ha sido clave para Mirko. “Allí es más teórico, más enfocado a la historia. Aquí me he manchado las manos cada día y he podido explorar muchas técnicas diferentes”, asegura. Su paso por Altea le ha llevado a alejarse del diseño gráfico para adentrarse en un arte plástico más libre, más abstracto, que le permite expresarse sin los condicionantes del trabajo para terceros.
Fernando, por su parte, se ha especializado en técnicas más tradicionales. Su última obra, una escultura en hierro y cerámica, fue una de las piezas centrales de la exposición. “Lo artesanal me atrae. Me interesa lograr una poética propia desde lo manual”, señala entre risas, confesando que si le dan un taladro, lo mismo monta un armario que una instalación artística.
«La exposición nació como algo efímero, pero acabó durando semanas» M. Argento
Acabáis de cerrar una exitosa exposición que, aunque nació con la intención de ser una ‘pop-up’, es decir, de durar apenas unas horas; acabó prolongándose varios días y, además, tenía también un componente de concurso.
Mirko Argento (MA) – Sí, teníamos una convocatoria en la que teníamos que presentar nuestras piezas y les han gustado todos. Eso hizo que naciera esa idea de realizar una expo ‘pop-up’. Esa exposición volvió a gustar mucho y eso hizo que las obras permanecieran varias semanas expuestas en el Centro de Investigación de Arte.
¿Qué es el Centro de Investigación de Arte?
MA – Es un centro que se ha inaugurado recientemente. Un lugar donde los profesores y los alumnos del máster podemos investigar. Además, aprovechando iniciativas como esta de la que estamos hablando, una exposición con las obras que hemos creado los alumnos, hemos podido abrir sus puertas para que la gente nos pueda visitar.
Un centro de investigación compartido por profesores y alumnos en el que, además, se expone. Supongo que eso llevará también a la generación de cierta competencia entre unos y otros para ver quién gusta más al público.
Fernando Olivencia (FO) – No se trata de eso, pero siempre hay una competencia sana. Al final, se trata de sumar, pero es verdad que siempre estamos con el ojo puesto en ver qué han hecho los profesores.
«En Italia todo es más teórico; en Altea he aprendido haciendo» M. Argento
Desde fuera del mundo de las bellas artes siempre me ha sorprendido que existan unos estudios sobre algo que, al menos en apariencia, es puramente creativo. Estudiar Historia del Arte es una cosa, pero ¿cómo se estudia para crear si de lo que se trata, imagino, es de sacar lo que uno lleva dentro?
MA – Te puedo hablar sólo de mi experiencia. Vengo de fuera, soy italiano, y nosotros no tenemos una facultad, una universidad, de Bellas Artes. Allí es una academia y, por lo tanto, la organización es muy diferente. Aquí, en España, es todo mucho más práctico, menos teórico, y se tocan muchas formas diferentes de arte. Muchas técnicas distintas.
En Italia, como te digo, es mucho más teórico. Como tú has dicho, se trata de estudiar mucho la parte de historia. Sobre todo, se estudia y se practica menos. Aquí, en Altea, tenemos mucha ayuda y mentorización por parte de los profesores dentro del aula.
Lo que he visto en España ha sido, se puede decir, una locura. No imaginaba que iba a ser así. Que iba a estar tanto tiempo en esos talleres y que cada día iba a poder producir algo diferente. Esto a mí me está molado un montón.
En cualquier caso, conocer la historia, aunque sea para encontrar referencias, debe de ser importante. Luego, cada cual busca su camino y su tipo de obra. En tu caso, ¿qué es lo que creas? ¿En qué te estás especializando?
MA – He ‘nacido’ como diseñador gráfico. Es así como empecé en Italia. Ahora, tras mi paso por Altea y por España, he podido tocar varias ramas de artes diferentes y estoy mucho más centrado con el arte plástico, con el manual.
Me gusta un montón mancharme y lo que ahora me está molando más es la pintura más abstracta. Me está dando mucha más libertad que, por ejemplo, el diseño gráfico porque en ese campo la mayoría de los trabajos son para tus clientes. Tienes que hacer una publicidad, una promoción… Es algo más dirigido a la venta.
Ahora, que estoy haciendo obras mucho más personales, me doy cuenta de que se trata de expresar todo lo que sientes. De expresarte, además, a tu manera.
«Me gusta mancharme, crear con libertad y sin límites comerciales» F. Olivencia
Supongo que eso es algo que te hace sentirte más realizado.
MA – Sí, me llena más.
Fernando, en tu caso, ¿en qué te centras?
FO – A mí me encantan todos los procesos artesanales y lo que utilizo son técnicas más ancestrales. Lo último que he hecho, por ejemplo, (y ha formado parte de esta exposición) es una pieza en hierro, una escultura. La he ido modelando a martillo y luego, soldando la pieza, va combinada con fragmentos cerámicos.
Se trata al final de conseguir una poética personal utilizando el hierro o la cerámica, pero la pintura también me gusta mucho.
Al final, sois casi herreros también.
FO – (Ríe) ¡Somos de todo!
«Queremos que el arte una a las personas, no que las separe» F. Olivencia
Si te doy un taladro para que me cuelgues un cuadro en casa, lo mismo acabas convirtiéndome el salón en una obra de arte.
FO – Vamos, lo mismo, te monto el armario. Lo que haga falta.
¿Vais al mismo curso?
MA – Sí, estamos ya acabando nuestra formación.
Y a partir de ahora, ¿qué?
MA – Nos toca salir afuera. Al mundo real.
«Todo se vende por imagen; hay que tener una propuesta potente» M. Argento
¿Qué perspectivas tenéis? No sé si en este caso la palabra empleabilidad es la correcta, pero ¿creéis que se puede vivir del arte?
MA – (Piensa) Te hablo a nivel personal. Estoy en un momento, en un periodo, en el que tengo muchas ganas de promocionarme a través de eventos como este concurso y esta exposición. Creo que ahora mismo todo se vende por imágenes. Por lo tanto, si tienes una buena imagen, una propuesta innovadora, estoy seguro de que la gente se anima mucho para que tú estés con ellos.
Veo que el arte es algo que junta mucho las personas y entiendo eso como una muy buena motivación.
Eso que acabas de decir me ha parecido muy interesante. Siguiendo la actualidad del día a día, y no sólo la política, da la sensación de que estamos empeñados en encontrar lo que nos separa, lo que nos diferencia. ¿Realmente pensáis que tenemos ganas de, ya sea a través del arte o de cualquier otra cosa, estar más juntos?
FO – Creo que en el fondo hay un gran deseo de juntarnos y de recuperar humanidad. De hecho, cuando suceden cosas como las que estamos viviendo con las guerras, cosas muy traumáticas en la sociedad, se ve claramente que hay un espíritu como de comunidad, de querer ayudarnos.
Otra cosa es que estemos un poco atontados o lerdos con tanta tecnología y tanta distracción.
¿Y cómo puede ayudar el arte en todo esto? Lo digo porque una cosa es encontrar un momento de comunión mientras compartimos una exposición, un concierto o una película… pero, ¿cómo tratáis de conseguir que no se nos olvide eso una vez que salimos a la calle de nuevo?
MA – Justo es algo que hemos hablado los dos hace un rato y ha surgido un pensamiento que hemos hecho juntos y que va sobre la capacidad del arte de permitirte el error. Eso es algo que yo, que vengo del diseño gráfico, no me podía permitir. Es algo que siempre he sentido dentro, querer equivocarme y aprender de ello, pero la gente de fuera, los clientes, no me lo permitían.
En este campo, en el arte expositivo, entramos en un ámbito creativo más personal, donde sí se nos permite ser nosotros mismos al 100%. Eso, como te decía, te permite fallar y, a la vez, ver en qué puedes mejorar. La próxima vez que te enfrentas a una obra, ya sientes esa mejora. Sabes dónde te has equivocado.
«Nuestro sueño: una gran exposición juntos, en Roma» M. Argento
Vais a empezar, si no lo habéis hecho ya, vuestra propia carrera como artistas. ¿Cómo os sentiríais si dentro de unos años os reencontráis con una obra vuestra y la interpretáis de una manera completamente distinta a como la creasteis en su momento? Incluso, si no la reconocierais como algo propio.
FO – Me diría a mí mismo “Fernando, has evolucionado, menos mal, ¿no?”. Si la viera con los mismos ojos, significaría que no he evolucionado nada. Por lo tanto, espero que eso suceda. Verla siempre de manera diferente.
MA – Pienso igual. Creo que siempre es algo bueno, positivo, volver a encontrarte con tu obra un tiempo después y preguntarte “¿la podría haber hecho mucho mejor?” o, mejor dicho, “esto ahora no lo habría hecho igual”. Es bueno, significa que has seguido tu camino de aprendizaje.
¿Cuál sería tu mayor sueño en esto del arte? ¿Tener un cuadro colgado en el Louvre, en el Prado u otro gran museo? ¿O van por otro lado?
MA – Siempre he dicho que, para mí, alcanzar un momento de ‘altura’, de felicidad, siempre ha coincidido con un momento que he podido compartir con mi gente. Por lo tanto, mi sueño más grande sería hacer algo donde la gente llegue a lo máximo posible.
Eso podría ser tener una obra en algún lugar como los que has nombrado y, por supuesto, me gustaría mucho que fuera en Italia. Tras mi paso por España, por todo lo que te comentaba antes sobre el sistema de formación, ahora lo veo más alcanzable. Por lo tanto, mi sueño sería hacer una expo en Roma.
Fernando, ¿en tu caso?
FO – La verdad es que es algo que no me había planteado nunca.
MA – ¡Una exposición conmigo en Roma!
FO – Contigo en Roma, seguramente sí. Como decíamos antes, estaríamos creando comunidad. Podría ser un bonito sueño, claro que sí.