Entrevista > Alex Saint / Actriz, modelo y maquilladora (Orihuela, 28-agosto-1990)
Alex Saint es una persona que ha luchado mucho en su vida, lo sigue haciendo, de hecho, ahora con muchas más satisfacciones. Esconde para lograrlo un as bajo la manga, su capacidad para trabajar en un sinfín de aspectos, principalmente maquilladora, pero también como actriz, modelo o fotógrafa.
De pequeña en Orihuela sufrió acoso escolar, “por mi identidad y condición sexual”. Sin embargo, plenamente instalada en Madrid, viene a nuestro municipio siempre que puede, “porque aquí está mi familia y mi mejor amiga (Laura) que acaba de ser mamá… Orihuela es mi casa, me da paz”, asegura, orgullosa.
Además de maquillar a personalidades como Aitana, Dulceida, Jessica Goicoechea o Ester Expósito, debutó en la interpretación en ‘Veneno’, de los Javis (Calvo y Ambrossi), aunque su papel más estelar llegó con su secuela, ‘Vestidas de azul’. Recientemente ha aparecido en ‘SuperSara’, documental sobre Sara Montiel, y ‘Superestar’.
¿Realmente cómo te defines?
En algún momento de mi vida he sido fotógrafa, maquilladora, actriz o modelo. Me definiría como artista, una persona con muchísimas inquietudes. Actualmente me dedico sobre todo al maquillaje y la actuación.
«Me definiría como artista, siendo el maquillaje y la actuación mis principales trabajos»
¿Esas inquietudes de dónde surgieron?
De tener que refugiarme en algún sitio que me hiciese feliz y me proporcionase tanto confort como esperanza. Sufrí acoso escolar de niña y cuando llegaba a casa me cobijaba en las películas, fotos, modelos y cantantes… Era mi modo de escapar, llenándolo con cosas que me parecieran bonitas.
Te has convertido en una mujer diferente e influyente.
No me considero distinta. Soy bastante normal, aunque mi vida no lo haya sido en cuanto a mi desarrollo laboral. He tenido que trabajármelo muchísimo, con ciertos golpes de suerte que me han permitido realizar hitos increíbles.
¿Cuáles fueron tus inicios?
Tras finalizar el instituto me sentía perdida, anhelando ser actriz, pero a mis padres no les parecía bien, les daba miedo, querían protegerme. Me matriculé entonces en Publicidad y Relaciones Públicas, en Alicante, pero duré apenas seis meses, incorporándome al siguiente curso a la Escuela de Arte de Orihuela.
Aquí pude hacer fotografía, que me fascinaba, quedándome con ganas de más. Por eso en 2011 marché a Barcelona, para hacer un Grado Superior en Fotografía de Moda y Edición Digital.
«En Barcelona disfruté de unos años que fueron bastante locos y de autodescubrimiento»
Un cambio enorme.
Al principio fue bastante duro adaptarse a la gran ciudad. Experimenté todo lo bueno y lo malo de vivir algo así, sola, disfrutando unos años (seis) que fueron bastante locos y de autodescubrimiento.
Hice seguidamente otro curso, que me llevó a colaborar con la revista inglesa ‘10 Magazine’ y me comisionaron para hacer una editorial en la Semana de la Moda, en Londres. Pasé de repente a fotografiar a celebridades como Anna Wintour o Bella Hadid: ¡fue increíble!
¿Literalmente te cambió la vida?
Me di cuenta, por primera vez, que mi trabajo tenía una alta calidad. Por fin encajaban todas las piezas, se confirmaba que valía para esto.
Durante esa época descubrí a una jovencísima Jessica Goicoechea. Era amiga de su hermano y, tras ver fotos de ella por sus redes sociales, le dije ¡necesito conocerla, es increíblemente guapa! Tenía en aquel momento dieciséis años y todavía no había comenzado en el modelaje.
¿El siguiente paso fue irte a Madrid?
También por cuestiones laborales. Había empezado a maquillar, me solicitaban mucho más en la capital y a raíz de ‘empolvar’ a Jessica me vio Dulceida (Aida Domènech), bloguera y celebridad de Internet.
«Trabajar con los Javis es algo mágico: tienen una forma de hacer las cosas que es única»
Hablemos de tu faceta como actriz.
Fui a maquillar a Jedet Sánchez para su casting de ‘Veneno’ (2020), los Javis me vieron y empecé a hacer audiciones para un pequeño papel. Terminé interpretando a Sacha, con pequeño protagonismo, pero con mucho más en su continuación, ‘Vestidas de azul’ (2023).
¿Cómo es trabajar con Javier Calvo y Javier Ambrossi?
Tenemos un fuerte vínculo desde que hicimos ‘Veneno’, los considero mis amigos y trabajar con ellos es mágico. Tienen una forma de hacer las cosas única, como vemos en las declaraciones de cualquier actor que haya estado a sus órdenes.
Son un regalo, disfrutan muchísimo de lo que hacen, dirigen muy bien a los actores, le ponen todo el alma y corazón. Siempre estaré dispuesta para ellos, todo lo que hacen me interesa…
Por último, ¿el cambio cultural que tanto deseamos se está logrando?
Mi forma de hacer activismo es simplemente viviendo mi vida, normalizando que podemos ocupar todo tipo de espacios. El cambio por una parte se está consiguiendo, evidenciado tras el estreno de ‘Veneno’ -toda una revolución para las personas trans-, pero siento que estamos volviendo un poco atrás.
Parece que nos utilicen, cuando hay miles de aspectos que son mucho más importantes, como la vivienda o los salarios.