Entrevista > Pilar Piñeiro / Actriz y directora (Pontevedra, 3-junio-1971)
Llegar a Santa Pola representó un punto de inflexión en la vida de Pilar Piñeiro, aunque mucho más fue conocer a Gonzalo Fernández, un hombre que siente el teatro de un modo incondicional. Esa pasión se la traspasó, casi de inmediato, y desde entonces no se han separado.
Licenciada en Filología Inglesa, se desplazó a la provincia de Alicante por diversos avatares a mediados de los noventa, paso previo a su traslado a nuestra localidad. “Hoy me paso las veinticuatro horas del día pensando en teatro”, nos confiesa.
Pieza imprescindible del grupo ‘Rayuela’, es el alma mater de ‘KtarsisTeatro’, una derivación de la primera, “funcionamos bajo su paraguas”. Atrevida como pocas, ya ha dirigido su primera obra, ‘Amigas desgraciadas’, y pronto presentará la segunda, ‘Suegras bárbaras’, además de actuar en ‘Las Dos en Punto’.
¿Cómo te introdujiste en el teatro?
A pesar de ser una niña extremadamente tímida -de las que se ponía roja cuando le hablaban-, siempre me apuntaba a teatro en extraescolares. Me fascinaba, básicamente porque no era yo, sino un personaje, y estaba a salvo.
Muchos años después, ¿qué pasó tras instalarte en Santa Pola?
Estaba en una asociación de baile y supe que ‘Rayuela’ abría una convocatoria -en 2019- para el espectáculo ‘Mujeres como yo’. El grupo buscaba féminas de todo tipo, con o sin experiencia.
Contacté con Gonzalo Fernández, manifestándole que había teatro para niños y para muy adultos, pero no para los de mi edad, y así empecé, porque en esa obra no había rango.
«El teatro es sumamente adictivo, al menos lo es para mí, y se ha convertido en mi forma de vivir»
¿Ahora quién te baja de las tablas?
¡Imposible!, recuerdo que le dije “has creado un monstruo”. Una vez estrenamos la obra, varias mujeres decidimos seguir juntas, creando ‘KtarsisTeatro’.
¿Exactamente qué te dan las tablas?
Primeramente, el teatro es adictivo, al menos para mí. Se han convertido en mi pasión, en mi forma de vivir: la parte más bonita del teatro es lo que viene después, las charlas del público, al salir comentando la obra. Siento entonces que un pedacito de mí se va con ellos, para siempre.
Provocar esa ilusión, cuando ves las caras de los espectadores en platea… Es adictivo, como decía.
Porque Gonzalo Fernández es…
Mi maestro, mi mentor, en el teatro, mi todo. De él lo he aprendido casi todo, tras hacerle miles de preguntas mientras ejercía como ayudante de dirección. Al final, mezclando la vida personal con la profesional, no nos sacamos el teatro de la cabeza. Le debo tanto, se hace querer desde el minuto cero.
«Gonzalo Fernández es mi maestro, mi mentor, en el teatro es mi todo, he aprendido muchísimo de él»
¿Cómo funcionó tu primera dirección, ‘Amigas desgraciadas’?
Escrita por Hugo Marcos, es una comedia que encantó, sobre las desgracias de seis mujeres. Quise llevarla a su máxima expresión, exagerando las características de seis personas tan diferentes entre sí.
Además, en la puesta en escena aposté por una escenografía toda en cartón (tazas, sillones…). Creamos una magia muy bonita durante la función.
Al final te atreves a todo.
Lo intento, pues siempre he pensado que el teatro es mucho más que subirte a un escenario. Engloba tantas cosas que si sientes pasión, como es mi caso, te interesa aprenderlo todo.
Me inicié con cursos de iluminación, lanzándome seguidamente a maquillaje y vestuario, con pelucas y trajes. En ‘Rayuela’ básicamente soy actriz, pero entre todos hacemos lo que se necesite.
¿Rellenando huecos?
Me considero una Mujer del Renacimiento, capaz de hacer infinidad de oficios al mismo tiempo. Por ejemplo, el pasado año contratamos a una actriz para la gala final de ‘Mayores a escena’, pero el día previo se puso enferma y no pudo acudir.
Gonzalo y yo nos pusimos a trabajar y con mucha ilusión -y algo de improvisación- sacamos el acto adelante, a pesar de estar algo temerosos. El resultado fue fantástico, porque si tú disfrutas en el escenario, el público también lo hace.
«Siempre he pensado que el teatro es mucho más que subirse a un escenario: engloba tantas cosas»
Háblanos precisamente de esta última edición.
Salió todo redondo. Al igual que todos los años, el público respondió: saben lo que se van a encontrar. Queremos transmitir en todos los certámenes que ‘Rayuela’ es calidad, nunca defrauda.
¿Qué representa ‘Nuevo resurgir’ en Santa Pola?
Son gente de mucha edad que juega y se divierte como niños, vuelven a tener ese brillo en los ojos. Muestran una ilusión tremenda, trabajan muchísimo y se levantan todas las mañanas con una sonrisa porque ese día van a ensayar o actuar.
¿Tienes más proyectos en marcha?
Con ‘Rayuela’ hemos empezado las primeras lecturas de ‘Las Dos en Punto’, una historia conmovedora de dos mujeres gallegas -las hermanas Fandiño Ricard- que acabaron siendo un daño colateral más de la Guerra Civil.
Asimismo, en ‘Catarsis’ pronto dirigiré la comedia ‘Suegras bárbaras’, nuevamente un texto de Hugo Marcos, y sigo impartiendo para el Ayuntamiento clases de teatro, para infantiles y adultos.