Con motivo del Día de Todos los Santos, el Archivo Municipal “Clara Campoamor” da a conocer la normativa para la despedida de los duelos, aprobada por el Ayuntamiento en 1964.
En Crevillent, los entierros se realizaban en coche de caballos tirados por conductores vestidos de época que, una vez finalizado el oficio religioso, despedían al fallecido a modo de procesión, con acompañamiento de niños portando estandartes o velas, familiares y amigos en comitiva desde la parroquia, hasta la salida de la población, al final de la calle Santísima Trinidad, desde donde el coche continuaba en dirección al Cementerio municipal.
A partir de la década de los años 60 del pasado siglo XX, con el desarrollo urbano e industrial de la población, este tipo de despedidas eran incompatible con la actividad y dinamismo que exige la vida moderna, especialmente en esta población eminentemente industrial, ya que entonces las fábricas estaban situadas dentro del casco urbano.
Esto unido al aumento del tráfico rodado provocaba graves problemas, por lo que la Comisión Permanente, en fecha 15 de octubre de 1964, haciéndose eco de las quejas vecinales y tras llegar a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas, decidieron establecer la siguiente normativa:
- A partir del 1 de noviembre, los duelos se despedirán en la correspondiente parroquia.
- Una vez rezado el último responso y se retiren los sacerdotes, frente a la puerta principal del templo se despedirá el duelo, disolviéndose inmediatamente la comitiva y dando por terminado el entierro.
- El traslado al Cementerio se hará directamente desde la iglesia, permitiendo sólo la comitiva de coches que sigan el traslado del féretro por el camino más corto y sin interrupciones, salvo las que obligue la marcha del tráfico.
Para dar publicidad a esta normativa para la despedida de duelos, el entonces alcalde, Antonio Manuel Mas Pérez, hijo de Manuel Mas Mas, propietario de la Fàbrica Gran, publicó el correspondiente edicto, expuesto en varios lugares para su conocimiento por parte de la población y enviado a las empresas de pompas fúnebres.
De esta manera los entierros con acompañamiento multitudinario hasta la salida de Crevillent, terminaron por orden municipal hace ahora 61 años.
 
								



















