Entrevista > David Mas / Diseñador gráfico (Crevillent, 20-diciembre-1980)
David Mas posee desde niño alma de diseñador gráfico: “me gustaba más la caja que el propio juguete”, confiesa. Nos contará cómo es su estilo, especializado en marcas, y alguno de los trabajos más relevantes que ha realizado, aunque igualmente nos interesa su vida nómada.
A consecuencia de la crisis inmobiliaria decidió junto a su esposa -docente- mudarse a Estados Unidos, concretamente a Dallas, donde pasaron cinco años. Fueron muchas las diferencias laborales que descubrió, primero en Texas y después en Calgary (Canadá).
El frío canadiense les condicionó -pese a estar en la provincia de Alberta otro lustro- y en 2022 regresaron a España, a València, donde trabaja como freelance para firmas de medio mundo, sobre todo nacionales o norteamericanas.
¿Por qué te hiciste diseñador gráfico?
Después de un periodo de incertidumbre, empecé a trabajar, dándome cuenta de que me agradaba muchísimo todo lo relacionado con el diseño gráfico, crear cosas, en definitiva.
Me formé en Elche y Alicante y seguidamente, junto a otros dos compañeros, fundamos nuestra propia compañía, siendo conscientes que su recorrido sería corto. Queríamos sobre todo experimentar, aumentar el currículo.
¿Cuál fue tu siguiente destino?
Fue incorporarme a Sprinter, la marca deportiva, como diseñador gráfico júnior de la sede ilicitana. Llegó la crisis de 2007-2008 y, aunque ambos teníamos empleo, mi mujer aplicó para conseguir uno mejor en Estados Unidos.
«Aprendí que, si eres talentoso, en USA trabajarás, mucho o muchísimo, y serás reconocido»
¿Hubo suerte?
Sí, y fruto también de nuestro deseo aventurero marchamos, a Dallas. La adaptación fue muy buena, son gente muy abierta, y la ciudad nos gustó mucho, pese al calor horrible de los veranos. Tanto nos encantó que nuestra perrita se llama ‘Dallas’.
¿Qué diferencias laborales notaste respecto a España?
Son muchísimas. Aquí el problema es que no se valora el talento, cuesta apreciarlo. En Estados Unidos, por su forma de ser, me sentía mucho más valorado, a todos los niveles. Aprendí que, si eres talentoso, en USA trabajarás, mucho o muchísimo, pero trabajarás y serás reconocido.
A Dallas, de hecho, llegué sin nada y no tardé en establecer contactos, con la suerte de caer en una urbe con una enorme comunidad latina. Casi de inmediato entré en un estudio de diseño, especializado en hostelería y restauración. Les creábamos conceptos nuevos, el nombre, por ejemplo, para luego buscar inversiones.
¿En el mejor momento finalizó el visado?
Teníamos dos opciones, regresar a España o buscar una alternativa similar, en otro país. La decisión fue Calgary, en Canadá, con una mudanza complicada, ¡no quiero ni acordarme!
«Pasé un momento horrible en Calgary (Canadá) por culpa del frío, llegué a temer por mi vida»
¿Fue sencillo adaptarse a Canadá?
Nos gustó el primer año, por la novedad de la nieve. Los de Calgary se autodenominan cowboys, pero mi percepción fue distinta, no eran tan abiertos como los tejanos. Lo que realmente nos ‘mató’ fue el invierno, con noches terribles de -40ºC.
Una noche, recuerdo, perdí el autobús, esperé un rato en la calle y literalmente entré en hipotermia. Los pelos de la barba estaban formando escarchas, literal, me puse muy nervioso, y tuve que hallar un lugar para refugiarme, pues mi vida podía correr peligro.
¿Tuviste que buscar de nuevo empleo?
En Dallas pude preparar entrevistas previas y llegué a la nueva ciudad con una oferta de trabajo. Principalmente estuve en una agencia de publicidad, de las más relevantes de Alberta.
Después de muchas décadas basando su economía en el petróleo, ahora Calgary es una sede tecnológica, similar al Silicon Valley californiano.
¿El frío fue la razón principal para regresar?
También el visado se nos acababa. Durante los inviernos no puedes estar por la calle, se hace vida en las casas, quedando con amigos, sí, pero yendo de un punto a otro, directamente.
Pensamos que después de más de una década era el momento de volver a España. Continué trabajando para un estudio ubicado en Phoenix (Arizona), realizando mis funciones desde la distancia. Ya en València he intentado moverme como freelance, porque ya sabemos el panorama…
«Me apasiona crear marcas desde cero, es mi especialidad, basándome en una estrategia»
¿Eso no te frustra?
Muchísimo, aunque tampoco puedes estar pensándolo en exceso, porque no lo vamos a cambiar. Siempre vas a encontrar a alguien que valora el talento, pero debes buscar mucho más.
Háblanos de tu estilo, ¿cómo es?
Soy un diseñador gráfico especializado en marcas; me apasiona crearlas desde cero, basadas obviamente en una estrategia. Formo a partir de ahí un universo visual que presentamos al cliente, siempre empatizando con sus gustos o deseos.
No podría decir que tengo un estilo definido, porque suele ser una colaboración, un encargo. Debo entender las necesidades que tiene tanto el cliente como la marca. En definitiva, solucionar problemas.
¿Cuáles han sido tus trabajos más importantes?
Para Calgary Coop., una labor muy reconocida, porque se podía ver mi logotipo en infinidad de supermercados, y la nueva identidad visual de la ciudad de Tempe, sede de la Universidad Estatal de Arizona.




















