Entrevista > Román Rodríguez / Músico y doctor en Ciencias de la Salud (Neuchatel, Suiza, 11-septiembre-1966)
Román Rodríguez, músico reconocido y doctor en Ciencias de la Salud, da un paso más en la unión entre arte y ciencia con la creación en La Nucía del primer ‘Centro de Música y Salud’ de España.
Su proyecto, basado en años de investigación clínica y avalado por la evidencia científica, aborda la música como herramienta terapéutica y preventiva. Desde sesiones individuales hasta talleres grupales, el centro ofrece un enfoque innovador que combina emoción, movimiento y ciencia para mejorar la calidad de vida y el equilibrio emocional de personas con y sin patologías
Eres un músico muy reconocido que, además, se doctoró en Ciencias de la Salud con una tesis que ya fue pionera en un momento al abordar cómo la música podía servir para tratar enfermedades o, mejor dicho, sobre cómo tratar a los pacientes durante esos procesos. Ahora, das una nueva vuelta de tuerca a esa idea creando en La Nucía el ‘Centro de Música y Salud’, el primero de su tipo en España.
Así es. Lo hemos enfocado desde cuatro áreas. Por un lado, la musicoterapia clínica para atender a las personas con patologías emocionales. Pero también me parecía muy interesante estudiar cómo se podía vincular música y salud para personas sin patologías, para cualquiera que pueda tener problemas de estrés, emocionales, falta de concentración…
En definitiva, atender desde un punto de vista preventivo y de mantenimiento de la salud a través de la música es algo que también me parece importante.
«Trabajaremos tanto con pacientes como con personas sin patologías»
Para empezar, me gustaría saber cómo hay que llamar a lo que vais a hacer. ¿Son consultas? ¿Son sesiones?
Sí, sesiones. Son sesiones de música y salud o sesiones de musicoterapia. Porque pueden ser individuales o en grupos reducidos o más amplios. En principio, la idea es no cerrarse a nada porque hay personas que necesitan una atención individualizada.
Por ejemplo, con una persona con diversidad funcional, con autismo, el trabajo individual es muy importante. Pero si trabajas con un grupo, por ejemplo, de personas de la tercera edad, que lo que necesitan es socializar, moverse al ritmo de la música, expresar emociones… ahí vamos a trabajar de forma grupal.
Al ser un centro pionero, supongo que vuestra actividad tendrá también una importante vertiente de investigación. Al fin y al cabo, estáis abriendo camino.
Queremos que todas aquellas personas, bien usuarios o pacientes, que lo deseen firmen el consentimiento informado. Con ello, vamos a recoger toda la información grabando las sesiones de musicoterapia y también a través de entrevistas.
De esa manera, luego podremos hacer un análisis de datos para poder continuar con la investigación, que es tan interesante para plasmar eso a través de estudios científicos.
«Todo el proyecto está avalado por la ciencia, no por pseudoterapias»
En los últimos tiempos parece que hemos perdido el miedo a hablar de la salud mental y cada vez son más las personas que acuden y, además, reconocen sin ningún problema que van a un psicólogo. ¿Crees que, ahora que todo ello ya no es un tabú, tendréis muchos usuarios de esos que decías antes que no presentan patologías?
Animo a las personas a que lo hagan, porque a veces nos pasa a todos que con el ritmo que llevamos de vida descuidamos cosas tan esenciales como una buena nutrición, dar un paseo, algo de ejercicio, hacer unas respiraciones, escuchar la música que te gusta…
En este punto, que es donde estamos ahora mismo, en el de música y salud, quiero animar a la gente a que se pongan en contacto con nosotros y asistan a sesiones. Al menos, a las personas que realmente lo necesiten o crean que lo necesitan, porque no hay que esperar a tener una patología.
Si tú ves que te encuentras con un nivel de estrés muy alto o con falta de concentración, a través de la música vamos a trabajar cómo puedes relajarte, cómo puedes canalizar emociones. Entiendo que es algo muy novedoso, porque un centro de estas características, que reúna todas estas áreas que hemos abordado, no lo hay en España.
Quiero hacer aquí un alto para subrayar algo que es fundamental: lo que planteas, y vuelvo a tu doctorado en Ciencias de la Salud, es algo perfectamente avalado por la ciencia. Aquí no hablamos de pseudoterapias, meigas o curanderos.
No, claro. Tú ya sabes, porque conoces mi trabajo de investigación, que fueron cinco años investigando los beneficios de la música para la salud. De ahí surgió el libro que publiqué ahora en abril, ‘Música y salud: Descubre los beneficios de la música para tu salud’, y ahí está comprobado con estudios en todo el mundo cómo la música ayuda a reducir el estrés, la expresión emocional.
«Cada sesión parte de la historia musical y los gustos de cada persona»
Ese trabajo empezó con pacientes de oncología pediátrica en el hospital Dr. Balmis de Alicante y que luego has llevado a otros campos. ¿Qué diferencia hay a la hora de tratar a cada persona? Te lo pregunto porque, más allá de cada patología o problemática, entiendo que los gustos musicales de cada cual ya son distintos de entrada.
Por supuesto. Lo primero que nosotros hacemos es una evaluación inicial, como en cualquier otro tratamiento. En esa evaluación, lo que recogemos, si hay patologías, es el informe clínico de la persona, pero también realizamos un informe de la historia musical de esa persona.
¿Cómo se hace eso?
Necesitamos saber cuáles son tus gustos musicales, qué música escuchabas cuando eras niño, cuál es la música que te gusta cuando estás con tus amigos o amigas por ahí. Toda esa información para nosotros es muy importante, porque partimos de esa base, de las preferencias musicales de cada persona.
Teniendo en cuenta eso, ya sabemos si esa persona necesita conectarse con una música más triste o más alegre. Eso ya es un trabajo nuestro.




















