ENTREVISTA > Joan Andreu / Mestre y secretario Muixeranga d’Elx (Benidorm, 23-junio-1980)
La Muixeranga d’Elx representa la unión entre tradición y cultura popular, y es el nombre que recibe la forma de las torres humanas. Con cerca de cuarenta integrantes, este grupo, que pertenece a la Federación de Muixerangues, rescata su valor histórico, y promueve además el baile, la música y las tradiciones valencianas.
Sus ensayos abiertos en el Raval se han convertido en un punto de encuentro festivo y comunitario.
¿Cuál es la filosofía de las muixerangues y cuál es el significado de las figuras?
Hay una mezcla de varios componentes. Los valores estrictamente muixerangueros son el equilibrio, la hermandad y el respeto a nuestra cultura, unido a la fuerza, la iniciativa y la persistencia por superarse. Es la cercanía basada en el respeto y la cooperación entre personas.
Otro pilar fundamental es la lengua y la cultura valenciana, porque van muy de la mano. También hay una parte interpretativa y física, que combina el equilibrio con la representación histórica.
«Estamos en una fase en la que todavía nos están conociendo»
¿Todas las figuras están estandarizadas o pueden crearse nuevas?
Las dos cosas. Hay un repertorio muixaranguer tradicional, con figuras clásicas de la muxaranga antigua, pero a partir de ahí, cada colla puede idear figuras nuevas, siempre respetando la técnica y la seguridad.
¿Qué papel jugáis dentro de la cultura popular de Elche y de sus fiestas?
Estamos en una fase en la que todavía nos están conociendo. De hecho, las figuras muixerangueras tienen una relación con cuestiones religiosas. Por ejemplo, la Marieta es como el ofrecimiento a la Virgen de un chiquillo muy pequeño.
Es una figura de tres pisos, dos pisos más el chiquillo, y cuando se levanta se considera un piso más. Son estructuras de cuatro bases, y sobre cada una de ellas se coloca otra persona. Van cerrados, lo que significa que los pies se apoyan en los hombros de su base.
«La estructura va de mayor a menor fortaleza física, de abajo hacia arriba»
¿Actuáis más fuera de Elche?
Actuamos tanto fuera como dentro de Elche, aunque en realidad tenemos más actuaciones aquí. Al principio hacíamos muchos talleres en escuelas, pero ahora lo limitamos porque queremos centrarnos en mejorar la técnica.
Aun así, tenemos actuaciones fijas cada año, como la de la Fiesta del Palmeral, el último domingo de noviembre en el Hort de Pontos. También participamos recientemente en el Correllengua, donde hubo muchos participantes.
¿En qué franja de edades os movéis?
Precisamente tenemos ahora una familia con un bebe de unos pocos meses, y el segundo más pequeño tiene alrededor de un año y medio. Han entrado últimamente dos familias con niños muy pequeños que aún no hacen figuras, pero estamos a punto de que uno de ellos participe en la figura de la Marieta que he comentado antes. Se hace como un ‘nido’ con los más pequeños.
«Cada colla puede idear figuras nuevas, respetando técnica y seguridad»
¿A qué altura llegáis con vuestras torres humanas?
Estamos ahora con el repertorio de tres pisos, y trabajando con bastante variedad dentro de esas figuras.
Al principio hacíamos figuras de tres, pero solo con dos pisos, porque no éramos suficiente gente. En el segundo año ya empezamos con las de tres completas, y ahora estamos profundizando en diferentes tipos de figuras y combinándolas con otras de cuatro, quitando un piso por arriba o por abajo según la estructura.
¿Cómo garantizáis la seguridad y qué tipo de coordinación lleváis los que estáis abajo, que soportáis el peso de los que están arriba?
La estructura va de mayor a menor fortaleza física, de abajo hacia arriba. La seguridad se basa en la piña, que son los anillos concéntricos que rodean la figura. Nosotros solemos hacer dos anillos porque aún no tenemos suficiente gente, pero para figuras de cuatro necesitamos cuatro anillos.
En esos casos hacemos ensayos conjuntos con collas de los alrededores, como la Muixeranga del Campello. Con ellos participamos en dos eventos anuales: el Sant Antoni del Porquet en San Joan, a finales de enero, y en julio, donde hacemos figuras en la playa e incluso dentro del agua, y es realmente espectacular.
«Ahora queremos centrarnos en mejorar la técnica»
¿Estáis abiertos a que se una más gente a vuestra muixeranga?
Claro. Las redes sociales nos ayudan a darnos a conocer, pero la mayoría de la gente llega por el boca a boca, y ahora también gracias a esta entrevista. Normalmente entra alguien que conoce a otro miembro o que nos ha visto en alguna actuación. Quien viene una vez suele quedarse, porque ya ha dado el paso más difícil, vencer la timidez.
¿Tienes alguna anécdota o momento especial que hayáis vivido como grupo?
Sí, por ejemplo, en el encuentro de Alacant hace unos meses, donde nos reunimos varias collas. Fue un momento muy emotivo al ver que teníamos músculo y que podíamos interactuar con otras collas de diferentes zonas.
Quiero tener también un recuerdo con uno de sus impulsares Agustín Agulló, que tras su fallecimiento sigue representado por su hijo Alex.






















