Familia por familia. Hogar a hogar. Así hubo que proceder para que Alfafar se electrificara. El alumbrado público eléctrico, antesala de que la entonces ‘nueva energía’ se derramara por nuestras vidas, nuestro día a día, había arribado, según las crónicas, en 1915 a la población. Un registro, de todas formas, con sus sombras entre luces galvánicas. No existe realmente una información precisa al respecto, aunque es una fecha plausible.
Realmente, la electrificación de la huerta valenciana se desarrolló entre 1910 y 1920, incluso hasta 1930, ante la presión de una naciente industria que, junto a la necesidad de brazos para trabajar directamente el campo o sus productos, provocaría, con los cables bombeando electrones, un incremento poblacional bastante evidente en muchos casos. Seguía una reata electrificadora que se había iniciado en València capital en 1882.
Expansión lumínica
Según Antonio Hidalgo Mateos, profesor de historia económica en la Universidad de Extremadura, para 1920 toda l’Horta, Camp de Túria y Utiel-Requena habían llegado a la plena energización eléctrica, al menos, añadamos, de modo general, comprendiendo todo el municipio y en su núcleo poblacional principal. En el lapso que llegaba hasta 1950 (tras la guerra civil, 1936-1939), los cables iban a alcanzar buena parte de la provincia.
Llegaría entonces “la luz” hasta las costeras La Safor y Ribera Baixa, o las interiores Canal de Navarrés, Vall d’Albaida y Ribera Alta. Un proceso que había sido largo y que había comenzado allá con las primeras pruebas de alumbrado público de modo experimental en Madrid y Barcelona, ambas en 1852, aunque sería en esta última ciudad donde se cree la primera empresa eléctrica española.
València fue la tercera capital galvanizada, tras Madrid y Barcelona
Electrones pioneros
Así, el 30 de abril de 1881 comenzaba a papelear en la ciudad condal la Sociedad Española de Electricidad, la primera pensada para producir y distribuir electrones por un territorio nacional aún virgen en cualquier tipo de infraestructura y con rincones incluso de difícil acceso. Así que no habrá de resultar paradójico que la firma quebrase en tan temprana fecha como 1894.
Pero los electrones ya estaban sembrados. Arribarían siempre como alumbrado público primero. Como había ocurrido en el ‘cap i casal’, que en realidad ya gozaba de este desde 1844, eso sí, de gas. En todo caso, España se había enganchado a la electrificación enseguida. En 1881 está fechada también la primera ciudad en usar la energía eléctrica: Godalming, en el condado de Surrey (en el área metropolitana londinense).
La Compañía Española de Electricidad y Gas Lebón operaba en el municipio
Gigantes extranjeros
Si repasamos las fechas, veremos que esto ocurría más tarde, el 1 de octubre, pero tengamos en cuenta que el 30 de abril es el aspa en el calendario para el arranque societal de la sociedad española. Entre unas cosas y otras, daría tiempo incluso para que la primera corporación eléctrica, como tal, o sea un conglomerado de los grandes, naciera, con estación productora, en la calle Pearl de Nueva York.
Obra del industrial, y asiduo al registro de la propiedad industrial, Thomas Alva Edison (1847-1931): la Edison Electric Illuminating Company, de 1882, integrada en el ya gigantesco grupo industrial del estadounidense, llamémosle Grupo Edison, desde el que también creció, en 1892, el ‘holding’ General Electric. En todo caso, aquello había prendido, como decíamos, muy pronto por estos pagos. Por ejemplo, en Alfafar.
Fue relativamente suave, aunque evidente, el incremento poblacional
Gases transformados
Un proceso, el de la electrificación, que no paraba ya por estos pagos. En la hoy Comunitat Valenciana se extendía año tras año por el mapa local. En Alicante capital arribaba en 1896 gracias a la Sociedad Eléctrica de Alicante, fundada un año antes. Castellón de la Plana llegaba el año posterior, con la creación de su sociedad correspondiente. ¿Y a Alfafar?
Sirvámonos de ese 1915 antes anotado como más que posible arranque del alumbrado eléctrico, ¿bajo qué sociedad? Desde 1896 a 1921, lo de la iluminación, en principio pública, viene asociado a la empresa Eugenio Lebón y Cía, creada por el industrial francés afincado en Barcelona, y con el nombre posteriormente españolizado, Eugène Lebon (1828-1907). Uno de los nombres de la popular Gas Lebón nos da la clave.
Demografía creciente
Compañía Española de Electricidad y Gas Lebón (en 1965 se transformó-integró en la Compañía Española de Gas) nos aclara más el asunto. La empresa comienza más o menos a mediados del siglo XIX (el Edificio Lebón, aún existente, fue su sede entre 1843 y 1923). En la huerta, sin embargo, la concesión quedó a cargo de Electra Valenciana, fundada en 1910. ¿Afectó mucho demográficamente?
Quizá sea otro tema a estudiar, pero el incremento, en el caso alfafarense, fue relativamente suave aunque evidente. De 1900 a 1910 había sido mínimo, de 2.552 habitantes a 2.934, que ya se anotaban en 1920 como 3.241 tras el comienzo de la electrificación (y con una pandemia, la gripe española, en medio: desde 1918 a 1920). Serían ya 3.983 en 1940. Después de todo, ya teníamos luz.




















