Los alcoyanos, tan orgullosos de nuestro patrimonio, podemos ahora sentirnos un poco más después que cuatro jóvenes arqueólogos (Alex Mayor, Laura Tomé, Santi Sossa y Javier Davara) hayan iniciado un nuevo proyecto paleontológico en la Sierra de Mariola.
Dentro del Plan General de Investigación ‘Barrancos Habitados’ -y bajo el apoyo de la Dirección General de Cultura y Patrimonio- comenzaron a trabajar en este ambicioso reto el pasado 15 de septiembre. “Finalizamos el 26 de ese mes la primera campaña”, apunta Sossa.
No obstante, la idea es actuar como máximo dos veces al año, con la colaboración de Jaime Mir, voluntario. Recordemos que el Abric del Cint es un enclave determinante para entender la evolución del poblamiento humano en la Sierra de Mariola.
Hay que señalar que las excavaciones se incluyen dentro del Plan General de Investigación ‘Barrancos Habitados’
Desde el Pleistoceno
Aunque las evidencias más antiguas están en el Abric del Pastor, aseveran los cuatro, con una antigüedad de hace 62.000 años -remontándonos a la época Neandertal, el Pleistoceno-, trabajan con la hipótesis que el Abric del Cint “pueda ser incluso más antiguo”. Intuyen como razones la configuración geológica del sistema kárstico.
Antecedentes
Mayor, alicantino, aclara que en el Barranco del Cint existe otro yacimiento, el Abric del Pastor, que lleva excavándose desde 2005. “Durante nuestra etapa formativa conocimos el terreno, trabajando sobre él, por su alto nivel arqueológico”, indica.
Fue entonces cuando otros abrigos de la zona les llamaron la atención, especialmente el del Cint, de grandes dimensiones. Había sido el arqueólogo aficionado Mario Brotons el que hizo las primeras exploraciones, en el lejano 1953.
“Encontramos la información epistolar de Brotons, quien como buen alcoyano estaba preocupado por el patrimonio local”, asegura Alejandro. De inmediato quisieron iniciar el proyecto, hace dos años, “porque estamos en una etapa en la que queremos y debemos llevarlos a cabo”.
Los arqueólogos creen que el Abric del Cint podría albergar uno de los depósitos más antiguos de la sierra
¿Qué descubrieron?
Debido a que la correspondencia del llamado Abric número 2 de Brotons se había perdido, “nadie nos podía decir si estábamos en el yacimiento correcto”, continúa, pues pese a ser aficionado, el antiguo arqueólogo contaba con una buena metodología para la época.
Apreciaron entonces que los planos del abrigo correspondían con el real y quisieron comenzar su labor, inicialmente en una primera fase de limpieza. El objetivo del proyecto, sin duda, es la investigación y conservación patrimonial.
A su llegada, la zona estaba en unas condiciones “lamentables, llenas de restos de basura (recientes) que pueden alterar el lugar”. Tras obtener los permisos adecuados realizaron unas excavaciones, para registrar todo y poder exponerle a la Administración que el área “debe ser protegida”.
Los permisos
La tinerfeña Tomé apunta que, pese a conocerse de otros trabajos, “ésta es la primera vez que nos conformamos como equipo los cuatro”. Primero, rememora, notificamos a la Administración la intención de intervenir en el yacimiento.
Decidieron elaborar un proyecto que especificase el modelo de intervención, “en nuestro caso un interés científico y de protección del lugar”, pues, aunque es complicado acceder, se puede. “Hemos comprobado, de hecho, restos de actividades recientes, que limpiamos”, añade.
El permiso pasó a continuación a la Generalitat Valenciana, institución que otorga o no la autorización final. Tuvieron asimismo el apoyo del Ayuntamiento de Alcoy, mediante el Museo Arqueológico de la ciudad.
Una vez finalizada la primera fase, en 2026 dará comienzo la excavación en sí, «la parte más apasionante»
Primeras dificultades
“Para nosotros resultó clave contar con el soporte de diferentes instituciones”, argumenta Sossa, de origen colombiano. Prosigue que los materiales de Brotons que se habían extraído del yacimiento no se habían depositado en el museo, “haciendo que fuera un gran desconocido”.
Sin duda, excavar un yacimiento inédito es altamente difícil, “porque nadie ve el interés”. Por eso determinante fue el apoyo del Parque Natural Sierra de Mariola y del Instituto Arqueológico de Alicante.
Pese a que el proyecto no cuenta ahora con ningún soporte económico, “a medida que vayamos trabajando será más sencillo acceder a una financiación”. Otras complicaciones, comenta Tomé, han sido acondicionar el espacio.
“Primero limpiamos y después preparamos la zona de trabajo, la que tenemos permiso para intervenir”, expone. Cuadricularon todo el perímetro, para tener puntos de referencia y empezaron a excavar.
El proyecto en 2026
También ardua fue reinterpretar las excavaciones anteriores, “tras tantos años sin intervenirse”, explica Laura, planteándose acto seguido los objetivos de trabajo, que serán los que aborden el próximo año.
En palabras de Sossa, “una vez comprendido el trabajo de excavaciones previas, seguiremos con el nuevo depósito, tanto la iniciada este año como nuevos frentes”. Ahora llega lo bueno, con dos aspectos fundamentales, excavar la zona como tal y comenzar una labor de difusión.
Para esta fase anhelan no solo transmitir toda la información que disponen, sino la opción de posibles visitas, “hacer accesible el yacimiento a los vecinos de Alcoy”. En definitiva, hacerlo llevar a nosotros, los lugareños, “quizás mediante vídeos generados con drones o reconstrucciones en 3D del yacimiento”.





















