Si algo hemos aprendido todos en los últimos quince meses es que las cosas pueden cambiar drásticamente casi de un día para otro. Pero estas lecciones, si bien han sido ampliamente extendidas en este algo más de año pandémico, ya nos las daba la vida antes.
Véase el hotel de Arenales del Sol como ejemplo, pasando de ser la estrella de la costa ilicitana y mediterránea, a ser una ruina frente al mar que a todos dañaba la vista.
En 1979 la falta de financiación para realizar unas reformas necesarias obligó a cerrar el complejo al público
Antecedentes
En 1960 comenzaron las obras de este distinguido hotel, el cual deslumbró durante casi dos décadas a todos los visitantes y vecinos. Los lujos de la época pusieron a Arenales del Sol en el mapa, dando origen a lo que hoy en día es una de las zonas urbanas más apreciadas por los veraneantes de sol y playa.
En 1979 la falta de financiación para realizar unas reformas necesarias obligó a cerrar el complejo al público, llevándose consigo parte del corazón y el alma de Arenales del Sol. Adiós a los espectáculos, a la piscina de cristal, a la bolera… El fin de una era, si es que menos de veinte años pueden catalogarse así. Sin embargo, este ahora monstruo en liquidación, estará en la historia como la mecha que prendió el auge de un lugar cuyo encanto idílico no pasa desapercibido para nadie.
Muerte y resurrección
Como si del Mesías se tratara, en el verano de 2017 estaba previsto el regreso del hotel de Arenales del Sol, algo que, como todos sabemos a estas alturas, no se produjo debido a las irregularidades denunciadas por un particular entorno a las obras de rehabilitación que se estaban realizando.
Este incidente fue el golpe definitivo a la estructura que, en pocos meses, pasó de preparar su enlucimiento de cara a recuperar todo su esplendor, para pasar a ser una estructura en ruinas y convertirse en un edificio semiderruido del cual apenas quedaban cuatro pilares manchando la postal de la costa ilicitana.
Después de casi un lustro de disputas y litigios, este verano es el elegido para ‘limpiar’ ese trozo de costa, derribando al fin un fantasma de cemento que ha venido asustando a vecinos y visitantes durante cuarenta años.
Incredulidad vecinal
Por su parte, los vecinos de Arenales del Sol, tanto los que disfrutan de la tranquilidad de la pedanía durante todo el año, como aquellos que todavía acaban de llegar por el periodo estival, se muestran cautos ante el derribo. Demasiados vaivenes de un edificio que lleva tapando la primera línea de mar tantos años han hecho que no terminen de verlo claro.
En la memoria de algunos de ellos queda la promesa de rehabilitación formulada hace un lustro, y que apenas duró unos meses “para dejarlo en peor estado de como ya estaba”, comenta un vecino que vive cerca del hotel. Pero esta vez sí, la maquinaria ‘operará’ el corazón de la costa de Arenales del Sol para extirpar una mancha que ya ha ensuciado la postal durante demasiados años.
«Es una necesidad social, económica y ambiental para poner punto y final al conflicto jurídico más complejo de las últimas décadas» C. González
Satisfacción por el inicio del derribo
El inicio de los trabajos de los operarios en el terreno ha sido recibido con satisfacción por parte del consistorio ilicitano, que ve como, de este modo, llega el ansiado final de un conflicto que ha durado demasiados años y que ha generado mucha insatisfacción en los vecinos, además de haber formado parte de las tertulias y debates políticos de forma habitual.
“Es una necesidad social, económica y ambiental para poner punto y final al conflicto jurídico más complejo de las últimas décadas”, alegaba Carlos González tras el anuncio del inicio del derribo de la estructura. Y es que este problema ha venido persiguiendo al alcalde de Elche desde prácticamente el inicio de su mandato en la legislatura anterior, por lo que el alivio es notable en el primer edil ilicitano.
El Ayuntamiento confía en que las obras de derribo no afectarán al desarrollo estival
Obras durante el verano
Si bien no ha trascendido todavía la duración exacta de las obras para el derribo de lo que en su día fuera el hotel de Arenales del Sol (una prudencia comprensible tras los tira y afloja constantes respecto a este tema), lo que sí se apresuraron a asegurar desde el Consistorio es que estas operaciones no se detendrán por estar en periodo estival. Algo que, según afirman, no afectará a vecinos y veraneantes ya que tendrán “un desarrollo progresivo”.
Lo que todavía es un misterio es qué sucederá con el futuro de Arenales del Sol como destino, ya que la construcción de un hotel (o varios) es una reivindicación histórica de muchos vecinos y comerciantes de la zona. A lo largo de los últimos años se han producido reivindicaciones para que, desde el Ayuntamiento, se inicien los estudios y trámites para que este tipo de infraestructuras formen parte de la pedanía costera.
Y es que la carencia de infraestructuras es un mal endémico ampliamente denunciado por los vecinos, que alegan una falta de atención histórica para un núcleo urbano que ve multiplicada su población durante el periodo estival, y que se siente abandonado, especialmente cuando los veraneantes abandonan la zona.
El mejor hotel de la costa de Europa
Aunque cueste creerlo al ver su triste final, el hotel de Arenales del Sol llegó a ser considerado el mejor hotel de la costa de Europa, según relataban crónicas de la época.
La obra de Tomás Durá Bañuls constaba de cuatro plantas que albergaban 146 habitaciones, además de dos apartamentos pertenecientes a su creador y su esposa, Maruja Sabater Carbonell. El recinto contaba con todo lujo de detalles como una piscina de cristal en el sótano, bolera e incluso una discoteca.