Entrevista > Sebastián Cañadas Gallardo / Alcalde de Mutxamel (Benamaurel, Granada, 18-octubre-1959)
Iniciamos nuestra andadura en Mutxamiel, y como siempre que empezamos en una nueva localidad lo hacemos entrevistando a su máxima autoridad. Una entrevista en la que tratamos más de conocer a la persona que la actualidad política, de la que ye tendemos mucho tiempo para hablar.
Sebastián Cañadas nació en un pueblo de la provincia de Granada, pero es mutxameler de toda la vida ya que llegó aquí cuando solo tenía seis años.
¿Qué recuerdos tienes del Mutxamel que viste cuando llegaste con seis añitos?
Mi familia se trasladó aquí, como la mayoría de la gente, por mejorar. A pesar de que mis padres tenían en aquel pueblo granadino un bar, o una venta como se llamaba antiguamente, que era un negocio que marchaba bien.
En principio íbamos para Barcelona, de hecho ya teníamos un local mirado con unos familiares para montar un negocio allí. Sin embargo, por aquel entonces la carretera pasaba por Mutxamel y a la entrada del pueblo vimos los almacenes de tomate como Casa Quijana y un cartel que ponía ‘Se vende piso y local por 200.000 pesetas’.
Entonces mi padre paró el camión y decidió dar media vuelta a Granada para avisar a los familiares. “Que ya no nos vamos a Barcelona, nos quedamos en Alicante”. Él era así.
Vivíamos en la parte baja del pueblo, cerca del campo de fútbol de Los Olmos. A mis padres y a mi tío les funcionó de maravilla el negocio, y nosotros desde niños les ayudábamos a limpiar las mesas y demás tareas.
«He jugado en todas las categorías del Mutxamel»
De pequeño querías ser futbolista…
Yo he jugado en todas las categorías del Mutxamel. Desde infantil al primer equipo, y luego también en el Muchamiel Atlético que se llamaba entonces.
¿La afición por el Barça te viene de la familia que tienes allí?
Yo te prometo que a mí me gustaría no ser del Barça, pero lo soy (risas). Recuerdo que de pequeñito me llevaron una vez al Camp Nou para ver un partido.
A mí lo que no me gusta es que me digan que soy catalán, eso no. De hecho, desde que el club se ha vinculado tanto con el independentismo, le han venido todos los males.
¿Qué tal eras de estudiante en el colegio?
En aquel entonces el único que había en Mutxamel era el colegio El Salvador, pero también había academias con maestros particulares. Yo fui a la escuela que regentaba don Ramón, y luego me examinaba por libre en Elche.
Empecé la carrera de Magisterio con unos 14 o 15 años. Coincidió que en mi plan de estudios de repente quitaron la reválida y desde primaria pasé directamente a bachiller en el Instituto de San Vicente. Así que tenía la carrera acabada con 20 años.
«Un accidente de coche, cuando estaba en la mili, marcó mi vida»
¿Entonces hiciste la mili después de la universidad?
Sí, me dieron una prórroga aunque podía haberla hecho en mi tiempo. Sin ser un gran estudiante, acabé la carrera en cuatro años. Yo no era de los que estudiaba mucho en casa, sino más bien en el autobús antes del examen, que tampoco leía mucho porque llegaba siempre mareado.
La mili la hice por Instrucción Militar Escala Complemento (IMEC). Estuve en la academia de Fuencarral de artillería, donde salí como sargento y saqué la suficiente nota para pedir Rabasa de destino.
Esta época me marcó durante toda mi vida, porque un día tuve un accidente de coche nada más empezar la fase de campamento entrando de suboficial de retén. Yo quería acabar el servicio militar con mi promoción, pero mi teniente coronel no me lo permitió. Pasé tres años de tribunales médicos en Valencia y Madrid para que me dieran el alta y poder terminar los cuatro meses que me faltaban. Eso fue muy duro para mí.
Curiosamente todavía me faltan diez grados de flexión en la rodilla, pero eso no me ha impedido jugar al fútbol ni hacer vida normal. Sin embargo, para el ejército era un ‘mutilado útil’.
«Con 13 añitos vi una suelta de palomos y me aficioné»
¿De dónde te viene esa afición por el palomo deportivo y la colombicultura?
Con 13 añitos vi una suelta de palomos y me aficioné; es algo que te entra el veneno y ya estás enganchado.
¿Cómo ves las críticas hacia este deporte?
La verdad es que es un deporte que puede ser un poco ‘machista’ ya que en la competición se sueltan 60 o 70 machos para perseguir una hembra. A ellos lo que les mueve es el celo y se pelean entre ellos. Por eso se inventó ponerle un casco a la paloma para que no la hicieran daño.
Hoy en día se pone todo el esfuerzo para que la que esté mejor preparada sea la paloma. De hecho, muchos palomos no llegan ni a verla.
La colombicultura es autóctona de la Comunidad Valenciana y Murcia, son las únicas comunidades que tienen una ley que la protege y además obliga a los ayuntamientos a favorecer la instalación de campos de vuelo para palomos deportivos. Te diría que probablemente sea el deporte que más licencias registra en la Comunidad Valenciana después del fútbol. Y en Murcia incluso más.
«Empecé a desfilar en los Moros y Cristianos a los 15 años»
Tú entras en política en 2003. ¿Qué te motivó para hacerlo? Porque antecedentes familiares no tenías.
Me propusieron entrar en política por primera vez cuando acabé la carrera, haciendo las prácticas de maestro. Don Joaquín, el director del colegio, era el presidente de Alianza Popular en Mutxamel y me propuso apuntarme en las juventudes.
Yo por aquel entonces le dije que no, pero luego la vida me ha llevado a relacionarme con mucha gente ya sea a través del fútbol o de los Moros y Cristianos, porque yo empecé a desfilar con unos 15 años. Luego me apoyaron como vocal de escuadra, más tarde me hicieron presidente de la comparsa y acabé presidiendo la Comisión de Fiestas por un percance.
También formé parte de la directiva de la asociación de colombicultura. Yo mismo llevé los papeles al Ayuntamiento para darnos de alta. Que por cierto, fue la primera asociación que se constituyó en el municipio, hoy ya hay más de 300.
Luego se fundó un club ciclista y me buscaron para redactar los estatutos. Cada vez me daba más cuenta que estaba metido en gestionar.
¿Y te volvieron a proponer entrar en política?
Conforme me fui haciendo mayor me lo volvieron a proponer y volví a decir que no. Pero luego en 2002 dos amigos quisieron formar una agrupación independiente para las municipales y querían que yo fuera el cabeza de lista ya que me conocía mucha gente en el pueblo. Y como ya me lo habían propuesto tantas veces, les dije que adelante. En aquel momento no tenía intención de llegar a alcalde, solo de concejal.
En las primeras reuniones contacté con gente diversa para formar la lista. Sin embargo luego se pelearon y no querían seguir, pero yo ya tenía el gusanillo y no quise parar. Contactamos entonces un compañero y yo con el PP a través de Luis Concepción y Macarena Montesinos.
Me metí en las listas como independiente y me pusieron de número 2. A mí me impresionó bastante que dieran ese puesto, la verdad. Poco después de las elecciones me afilié al partido y descubrí que no hay cosa mejor que trabajar por mejorar tu pueblo. La verdad que fue todo muy bien.
«La primera legislatura fue totalmente fallida ya que nos encontramos una deuda tremenda»
¿Qué recuerdas de esas primeras elecciones?
Me gusta recordar una anécdota, en las primeras elecciones el PP y PSOE empataron a ocho concejales e IU uno. Ya éramos un pueblo importante, con unos 15.000 habitantes. Yo llegué a la sede con bastante cabreo aquel día y me encuentro que todos están saltando de alegría. Cuando les pregunté que por qué estaban tan contentos, me respondieron que solo preveían sacar cinco, pero yo quería ganar.
¿Y cuándo te conviertes en el líder del partido en Mutxamel?
Un año y pico después el que había sido candidato renunció a la portavocía y me pusieron a mí. Yo no tenía todas conmigo porque acababa de entrar en política. Pero lo cierto es que a base de palos se aprende rápido (risas). Luego me propusieron para presidente del partido. Todo fue muy rápido.
Dos elecciones después, en 2011, consigues llegar a la alcaldía. Desde entonces has tenido mayoría absoluta, mayoría simple y equipo de gobierno compartido. ¿Te ha defraudado la política en algún momento?
No lo ha hecho. Yo nunca he querido estar en política toda la vida, mi primer objetivo era estar ocho años. Lo que pasa es que la primera legislatura fue totalmente fallida pues la situación económica era nefasta con una deuda tremenda, así que nos dedicamos básicamente a ordenar y sanear el Ayuntamiento. Los otros ocho años sí que los he podido destinar a hacer cosas por el pueblo.
«Mi principio básico siempre ha sido no gastar lo que no se tiene»
¿Podrías haber aprovechado más esos cuatro años de mayoría absoluta?
Si hubiéramos tenido posibilidad de fondos, pero no los había. Yo no podía endeudarme más, nunca he actuado así en mi vida. Siempre cuando estuve en la comparsa y en la Comisión mi principio básico era no gastar lo que no se tiene, y así me ha ido bien en la vida.
La política no te defrauda. A veces si te cabrea o te resigna por los problemas, pero la oportunidad de trabajar por mi pueblo y saber que las carencias se han subsanado durante mi mandato es una gran satisfacción. Ahora es un pueblo más dinámico y abierto, y no una ciudad-dormitorio como antes en la cual los únicos ingresos venían de las licencias de obras de las urbanizaciones que tenemos.
Teniendo dos hijos, ¿cómo se puede compaginar la política en un cargo de tantísima responsabilidad como éste y siendo además diputado provincial?
Mis chiquillos ya eran grandes. Actualmente uno tiene 33 años y el otro 25. Nosotros trabajábamos en la empresa familiar que montó mi suegro. Cuando entré en política yo tuve que dejar la gerencia de esta empresa y mi mujer cerró su negocio para sustituirme. Afortunadamente por aquel entonces ella disponía de tiempo para los niños y no hemos tenido ningún problema.
Estudiaste realmente Magisterio. ¿Has ejercido alguna vez? ¿Es algo que te llama para el futuro?
Durante mi época de la mili sí que di algunas clases particulares. Llegué a tener unos 15 chicos en casa, que venían en diferentes turnos.
¿Por qué te metiste en Magisterio?
Pues no lo sé. Yo ya estaba dando clases a niños también cuando estaba estudiando. Supongo que eso influyó. No fue una pasión, pero era una decisión que debía de tomar. Además entonces no había que hacer Selectividad para estudiar Magisterio.
«Ahora somos un pueblo más dinámico y abierto, y no una ciudad-dormitorio como antes»
Hablemos de Mutxamel. ¿Cómo va la recuperación después de la pandemia, sobre todo en el comercio y la hostelería?
La situación que han sufrido los comerciantes y los hosteleros ha sido tremenda. Ahora están en esa fase de recuperación, ya hay casi normalidad. Para paliar esto ha habido que ayudarles y la verdad es que para eso las administraciones han funcionado. Tanto la Generalitat, la Diputación como el Ayuntamiento, que también hemos hecho nuestras propias convocatorias para poder ayudarles con esta merma de ingresos.
De la manera que se ha impuesto la tan famosa digitalización, ¿cómo crees que va a ser el regreso al comercio físico? ¿Podremos recuperar el comercio tradicional?
La verdad es que la digitalización ha venido bien, porque a nosotros igual que a muchos ayuntamientos nos ha pillado esta pandemia en plena implantación de la administración electrónica. Esto nos ha supuesto ir un poco más rápido con el trabajo telemático. De hecho muchas de las inversiones hechas durante las pandemias fueron en este camino.
Mutxamel es un pueblo tradicional y sus comercios seguirán existiendo, aunque hayan tenido que mejorar mucho en temas de venta online. Aquí nos gusta ir a la carnicería de Dani y la de Ximo, a las panaderías de Julián y del Olivero, etc.
Tenemos el mercadillo eventual que hacemos los miércoles y que tiene muchísimas visitas, no solo de mutxamelers sino también de gente de la provincia. Lo hemos cambiado de ubicación por la pandemia para que todos los mercaderes pudieran conservar sus puestos, y con casi toda seguridad la vamos a mantener ahí. Es un motivo de atracción turística.
«Nos hemos empeñado en recuperar nuestros tomates y productos típicos»
Con la posibilidad de turismo 365 días al año, 18 grados de media y el golf como elemento diferenciador… ¿qué le falta a Mutxamel para atraer más al visitante?
Mutxamel está en la zona metropolitana de Alicante y hemos mejorado mucho en atractivo turístico. Es un pueblo, como la mayoría en la provincia de Alicante, maravilloso en todo. En el clima, en tener la montaña y la playa a escasos minutos, en turismo deportivo, etc. Aquí me sale un poco la vena de diputado provincial (risas). Creo que la frase ‘La millor terreta del mon’ lo define perfectamente.
Tenemos el campo de golf que está enfocado al extranjero, sobre todo al tener el Aeródromo cerca; muchos vienen para jugar e incluso en el mismo día se vuelven a su país de origen. Además tenemos mucho patrimonio cultural e hidráulico.
Recordemos que todo el sistema de riego de la Huerta de Alicante está ubicado en nuestro término municipal. El conjunto de azudes, el Pantanet y todo el sistema de riesgo ya tiene concedido el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC) y en breve vendrá la certificación oficial. Éste será ya el quinto BIC de Mutxamel tras la Torre de las Paulinas; la Casa, Torre y Jardines de Ferraz, el conjunto del Palacio y jardín de Peñacerrada, y la Torre de la Iglesia.
¿Crees que todo esto lo conoce el potencial turista?
Esa es nuestra finalidad. Desgraciadamente en este municipio durante un tiempo tuvimos un poco de retraso. Es una reflexión que he hecho siempre desde que entré de alcalde. No se ha aprovechado lo bueno que tenemos o se está aprovechando solo de un tiempo a esta parte.
En nuestros alrededores todos los municipios han sabido explotar sus recursos. Sin embargo aquí durante mucho tiempo se han dedicado a levantar urbanizaciones a ocho kilómetros de distancia.
Por eso hacemos todo este tipo de actuaciones como el Día Mundial de Turismo, el Mutxatapa… así como mejoramos Halloween, nuestra cabalgata de Reyes, que ya tiene la declaración de Interés Turístico Provincial, y nuestras fiestas de Moros y Cristianos que son nuestro principal reclamo y que han sido declaradas de Interés Turístico Autonómico.
También hemos mejorado los accesos al municipio. Cuando yo llegué a la alcaldía no había ni pabellón cubierto y por tanto los equipos federados no podían jugar. También hemos mejorado toda la zona del matadero. Se han hecho infinidad de inversiones… y con la situación que heredamos.
¿Crees que ahora Mutxamel es menos ciudad dormitorio y la gente está más comprometida con venir a su casco urbano?
Lo estamos consiguiendo. Recuerdo que al principio algunos comerciantes se quejaban de que cerráramos la Rambla por los eventos, pero cuando han visto toda la gente que viene y el movimiento que genera se han dado cuenta de que es lo que debemos hacer para dinamizar el municipio.
Nos hemos empeñado en recuperar nuestros tomates y productos típicos para ponerlos en valor. Hacer un nuevo mercado acorde con el municipio. Eso son reclamos que te llevan a visitar Mutxamel. Y también para que vengan los de las urbanizaciones, que sepan que éste es su municipio y se integren.
¿Qué se debería hacer para acoger más la población?
Tenemos el planeamiento urbanístico aprobado para crecer con lógica hasta más de 80.000 habitantes. Hay mucha crítica porque no tenemos el Plan General aprobado. Yo mismo pensaba que era un tema muy importante, pero al final las cosas son como son y nosotros tenemos un plan general que se llama ‘normas subsidiarias’, al igual que muchos ayuntamientos.
«Actualmente se paga el mismo IBI de hace 10 años e incluso en algunos casos menos»
Lo de no crecer de forma diseminada es muy importante…
Tenemos unas urbanizaciones como Valle del Sol, La Marseta o el Tossal Redó que están a ocho kilómetros del municipio. Aquí se dieron las licencias sin tener las condiciones de solar, es decir sin tener los servicios mínimos. No tenían ni alumbrado, ni alcantarillado, ni aceras. ¿Por qué se daban esos permisos?
Recuerdo que en 2004, cuando yo estaba en la oposición, el concejal de Urbanismo dijo “aquí se dan licencias bajo mi responsabilidad”. Aprobaron planes urbanísticos con informes desfavorables de la jefa del servicio jurídico de Urbanismo. Pues yo eso no lo hago.
¿Qué se puede hacer para fomentar más el Aeródromo?
Del Aeródromo original al actual no tiene nada que ver porque ahora tenemos escuela de pilotos y muchas actividades. En definitiva, es un aeródromo privado donde está ubicado el centro de emergencias de la Comunidad Valenciana, los helicópteros contra incendios, etc.
¿El siguiente paso para los Moros y Cristianos de Mutxamel es conseguir que sean fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional?
Claro. Son unas fiestas muy reconocidas dentro del mundo festero valenciano, no porque lo diga yo que las tengo tanto amor, sino porque son conocidas por su espectacularidad. Tenemos un escenario que ya quisieran otros pueblos, como es la avenida Carlos Soler que permite un desfile en condiciones y meter elementos que en otros sitios no se puede.
Son unas fiestas muy serias donde se protege mucho la música, algo que valoran enormemente los músicos y compositores, y que hemos favorecido con el Passeig de la Festa. Y también son muy hospitalarias y divertidas. Mutxamel es famoso por los aperitivos a mediodía en las barracas donde a cualquier persona, sin conocer a nadie, por lo menos una cerveza fresca con un plato de olivas o altramuces le van a poner.
La política municipal es la más cercana al ciudadano y ha estado muy limitada para llevar a cabo bien su gestión desde hace ya años. ¿Qué reclamarías desde el Ayuntamiento?
Hemos estado mucho tiempo con la famosa ley presupuestaria que nos llevaba constreñidos a gastar nada más que un porcentaje muy pequeño de los gastos del año anterior, con lo que eso supone.
No obstante he conseguido que el IBI no suba ningún año durante mi etapa de alcalde, a pesar de haber heredado 16 millones de deuda. En 2010 había una aprobación de la ponencia catastral para subir el IBI al doble a todos los ciudadanos de Mutxamel. Ahora han visto que están pagando el mismo que hace diez años e incluso en algunos casos menos.
Hemos ido generando presupuestos con superávit hasta tener 16 millones de euros de remanente. Lo que pedimos todos los ayuntamientos es que nos dejen utilizar los remanentes.
¿Cómo se explica a los ciudadanos lo que no se hace porque no te dejan?
Pues se lo tienes que explicar, aunque no lo entiendan. Y es difícil porque si yo estuviera fuera de la política tampoco lo entendería, sino que diría: “Si tienes dinero, gástatelo”.
Sobre el Mercado Central. ¿Hay realmente demanda para ampliar los puestos? ¿Qué proyecto hay para esa plaza trasera polivalente?
De momento es destinar una parte de esa plaza trasera a aparcamiento movible donde no puedas estar más de un tiempo limitado para que haya rotación. Eso y hacer un mercado que pase de siete a dieciséis puestos donde haya más competencia. Alguno piensa que la competencia les supone menos venta, cuando en realidad lo que hace es atraer más clientes.
Respecto a la demanda de los puestos, claro que la hay. Yo creo que incluso los puestos se nos quedarán cortos. El Mercado es un edificio emblemático y va a quedar muy bonito.
En la plaza de atrás pretendemos hacer todo tipo de actos creando un espacio de centralidad, porque justo al lado está el edificio del Centro Social Polivalente. En las calles Ausiàs March y Virgen de Loreto que llega hasta el complex cultural que es donde tenemos el parque El Canyar de les Portelles, la Casa de la Cultura y el casal de la tercera edad, pretendemos crear un eje hasta la plaza de Ruzafa. Aquí es donde tenemos las dos casas donde irán las nuevas bibliotecas, por lo que la Casa de la Cultura se quedará para el Museo de Arcadi Blasco.
¿Cuál es la decisión que más te ha costado tomar como alcalde?
La tuve que tomar en 2011 nada más entrar. Fue sentar aquí a tres interinos de la Policía y decirles que terminaban de trabajar porque no se podían pagar sus nóminas y teníamos que reducir todo lo que fuera reducible de la plantilla del personal, amortizando plazas para sanear las arcas municipales. Fue tremendo verlos llorar. Ésta fue la decisión más difícil que he tomado en mi vida.
Al mismo tiempo les dije que en el momento que se pudiera reequilibrar, volverían a trabajar. Y así fue, dos años más tarde volvieron a trabajar aquí por lo que vinieron a darme las gracias.
Y ya no fue solamente estos tres interinos, también hubo que quitarles la productividad y pluses al resto de funcionarios. Eso lo recuperaron en 2014 porque ya acabamos de pagar la deuda.