Mutxamel llora el 30 aniversario del peor atentado que la extinta banda terrorista ETA perpetró en la provincia de Alicante durante todas sus décadas de violenta actividad. Ocurrió el 16 de septiembre de 1991 y se llevó a tres vidas para siempre.
Aquel día ETA realizó una operación en Mutxamel que, aún a pesar de su trágico final, fue bastante desastrosa pues el objetivo real de los terroristas ni siquiera eran las personas que finalmente resultaron asesinadas.
Planificación del atentado
Era un domingo por la noche tras una semana intensa de Moros y Cristianos. Los dos etarras: Gonzalo Rodríguez Cordero y José Gabriel Zabala Erasun, llegaron a Mutxamel dentro de un Ford Fiesta robado en Zarauz (Guipuzcoa) y con una importante carga de 50 kg de explosivos.
En mayo de ese mismo año ETA había atacado la casa cuartel de la Guardia Civil en Vich (Barcelona). Dicho atentado provocó la muerte de dos guardiaciviles, la esposa de uno, la suegra del otro y cinco menores de edad hijos de otros agentes.
El objetivo de la organización terrorista era reproducir una masacre similar en el cuartel que la Guardia Civil tenía en Mutxamel. En aquel momento estaban residiendo allí seis familias. Poco les importó a los etarras que aquí también hubiera niños residiendo. Tampoco que el colegio público El Salvador estuviera justo al lado.
El plan se tuerce
Los terroristas colocaron los explosivos junto al motor del coche para que, al encenderlo, con un control remoto hiciera explosión. Evidentemente esta carga no la realizaron delante del cuartel de la Guardia Civil, sino en un rincón apartado.
Dado que no podían arrancar el vehículo sin que explotara, lo tuvieron que llevar empujándolo hasta el cuartel. Utilizaron una barra antirrobo para manejar el volante.
Sin embargo, el plan se torció. En un momento determinado, antes de llegar a su objetivo, el coche se les fue de las manos. Su torpeza fue tal que acabaron estampando el Ford Fiesta en la pared de una sucursal del Banco de Valencia. Presos del pánico ante una situación totalmente inesperada, los etarras salieron huyendo del lugar.
Viene la grúa
En la mañana de aquel lunes 16 de septiembre los empleados del banco se quedaron atónitos cuando al llegar a la sucursal se encontraron a un Ford Fiesta empotrado en la pared. Lo primero que pensaron es que había sido un accidente provocado por algún conductor borracho. Cabe recordar que Mutxamel en aquel momento estaba en plena resaca de sus Moros y Cristianos.
Al no ver a ninguna persona cerca que pudiera ser el supuesto conductor, los empleados bancarios llamaron a la Policía para que la grúa se llevara el coche. Éste fue remolcado hacia el depósito municipal. De camino los agentes circularon por algunas de las principales calles de la localidad. De haber explotado el vehículo en aquel momento, la desgracia podía haber sido mucho mayor.
La explosión
Finalmente llegaron al depósito, donde los agentes descargaron el Ford Fiesta totalmente ajenos a lo que estaba a punto de ocurrir. A las 9:40 explotó el coche. Los policías Víctor Manuel Puertas Viera y José Luis Jiménez Vargas así como el conductor de la grúa Francisco Cebrián Cabezas fallecieron en el acto.
Alrededor de otras 30 personas resultaron heridas. La explosión fue de tal magnitud que provocó daños en numerosos coches aparcados en el depósito municipal e incluso en edificios cercanos. Su onda expansiva rompió numerosos cristales de las ventanas.
Después del atentado
Todo el pueblo se quedó consternado ante estos hechos. Al día siguiente se celebró una misa multitudinaria en la parroquia de El Salvador a la que acudieron el president autonómico Joan Lerma y el ministro José Luis Corcuera.
“Nunca habíamos pensado que podríamos ser objeto de un atentado terrorista, pero ahora estamos barajando esa hipótesis” admitió el entonces alcalde Fernando Ripoll cuando aún no se había confirmado la autoría de ETA.
Aquel fue el atentado más sangriento de los 35 que ETA realizó en la provincia de Alicante. De hecho en ese momento fue el primero con víctimas mortales. Luego en 2002 la banda terrorista mataría a dos personas más en Santa Pola. En 2001 también falleció una presunta etarra al intentar colocar una bomba en Torrevieja.
Los terroristas Rodríguez y Zabala fueron detenidos tiempo después. En 1995 se les juzgó culpables de este asesinato y recibieron una condena de 136 años de prisión. También fueron capturados los miembros del comando etarra de Levante, al cual se le consideraba autor intelectual de este atentado. Sus miembros Fernando Díez Torre, José Luis Urrusolo Sistiaga e Idoia López Riaño fueron condenados a 38 años. Hoy en día ya están todos fuera de la cárcel.
Una marca para siempre
El pasado 16 de septiembre se inauguró un monumento realizado por el artista local Carles Ripoll al final del Passeig de la Constitució, cruce con la Gran Vía de Valencia. El alcalde Sebastián Cañadas recordó como “aquel atentado cobarde y cruel dejó lamentablemente marcado al pueblo de Mutxamel para siempre”.
También estuvieron presentes en dicho homenaje algunos familiares de las tres víctimas, al igual que otras autoridades tales como Fernando Ripoll (el alcalde en 1991), Carlos Mazón (presidente de la Diputación), Paloma Pérez Cortijo (subdirectora general de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior) y Luis Barcala (alcalde de Alicante).