La mejor forma de reconectar con el aire libre consiste en dejarse caer por los miradores más impresionantes de la Costa Blanca.
En un momento como el actual necesitamos de amplitud y convertir una panorámica en la mejor recompensa tras una ruta de senderismo. La provincia de Alicante se abre al mar y las montañas, castillos y playas, ofreciendo las mejores vistas. Una nueva definición de «libertad» que puedes descubrir en los miradores que el Patronato de Turismo de la Costa Blanca que ha seleccionado para ti.
Mirador del Cap de Sant Antoni (Jávea/Xàbia)
El Cabo de San Antonio es uno de los rincones más espectaculares de la Costa Blanca, con sus 150 metros de altura elevados en las montañas de El Montgó. Un paraíso de pinos y mar, de historia y salitre, donde la mejor ruta consiste en finalizar en el Faro de San Antonio, perfecto mirador donde deleitarse con las vistas del Mediterráneo y una bahía de Jávea eterna.
Puig de la Llorença (El Poble Nou de Benitatxel)
A 445 metros de altura, el Puig de la Llorença se revela como uno de los grandes miradores de la Costa Blanca. Aunque la opción de una ruta a pie puede resultar tentativa desde el Poble Nou de Benitatxell, nosotros recomendamos realizarla en coche y aparcar en el parking de la urbanización situada en la cumbre. Un ascenso único que permite obtener una panorámica única de la Serra de Bèrnia y la Marina Alta, además de El Montgó y la Serra Gelada.
Forat de Bèrnia
La famosa ruta circular de la Serra de Bèrnia, en el límite entre las dos marinas, descubre un recorrido único que parte desde Casas de Bèrnia hasta alcanzar la famosa Font de Bèrnia. Sin embargo, el plato fuerte supone el famoso «Forat», un túnel excavado en la roca que descubre una de las vistas más increíbles de la Costa Blanca, con las localidades de Altea, Benissa, Benidorm, La Nucía y Callosa fundidas con el Mediterráneo.
Mirador de la Plaza San Gregorio (El Castell de Guadalest)
En la Costa Blanca se pueden tomar fotos de infarto, pero pocas de ellas se comparan a una instantánea desde la Plaza San Gregorio de El Castell de Guadalest. Un lugar estratégico junto a las ruinas del Castell de Guadalest desde el que deslumbrarse con la panorámica del embalse de Guadalest, cuyo azul superlativo contrasta con el tapiz de pinos y palmeras de este valle único. La Plaza San Gregorio es a su vez el centro neurálgico de Guadalest, ideal para disfrutar de una de sus terrazas, visitar las antiguas mazmorras y disfrutar del encanto típico del pueblecito.
La Cruz de Benidorm
En los años 50, utilizar el bikini de dos piezas en las playas era considerado como un acto provocador en nuestro país. Sin embargo, Pedro Zaragoza Orts, alcalde de Benidorm, no estaba dispuesto a dejar morir la floreciente actividad turística del Nueva York del Mediterráneo y tras un viaje de ocho horas en Vespa llegó a Madrid para reunirse con Franco y pedirle que autorizase el uso de este traje de baño. Franco aceptó, bajo la condición de construir una cruz en lo alto de la Sierra Helada para espiar las playas a modo de bizarra metáfora. Esta historia es hoy uno de los motivos para iniciar una ruta desde el Rincón de Loix, en Benidorm, hasta alcanzar este icono que ofrece una de las mejores panorámicas no sólo de la ciudad de los rascacielos, sino de toda la Costa Blanca.
Castillo Santa Bárbara (Alicante)
El gran símbolo de la ciudad de Alicante es la fortificación del castillo Santa Bárbara, cuyos secretos invitan a realizar un ascenso a través de diferentes tramos hasta sucumbir a la panorámica que vinimos a buscar. Ubicado a 167 metros de altura sobre el Monte Benacantil, el mirador del castillo Santa Bárbara permite obtener unas vistas increíbles de gran parte de la costa, incluyendo el Puerto Deportivo de Alicante, el Faro de Santa Pola e incluso un Peñón de Ifach avistable en los días claros. En las propias inmediaciones del castillo, también puedes disfrutar de los miradores de la Ermita de Santa Cruz y el Parque de la Ereta, ambos con sus hermosas vistas del casco antiguo de Alicante.
Balcón de Alicante (Tibi)
No todos los miradores de esta lista se asoman al gran azul. En una provincia donde podemos encontrar hasta 43 cimas de más de 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar, existen opciones como el Balcón de Alicante, enclavado dentro del Parque de la Serra del Maigmó y la Serra del Sit. Aunque se puede ascender hasta la cima en poco más de una hora a través de una ruta de senderismo, recomendamos llegar en coche o en bicicleta, ya que la cuesta es bastante empinada. Como recompensa, una panorámica única del pantano de Tibi, la Font Roja, el Ponoig, el Puig Campana, o la costa que envuelve la Ciudad de Alicante.
Faro de Santa Pola
Alicante es una provincia que puede definirse a través de sus faros, estructuras que evocan la memoria del pasado a través de miradores únicos. Un buen ejemplo es el faro de Santa Pola, construido en el siglo XIX sobre los restos de la antigua torre de la Atalayola y cuyo mirador pasó a incluir una pasarela en 2015 que permite obtener vistas inmejorables: las mejores playas de la zona, además de las ciudades de Alicante y Benidorm, pero, especialmente, una isla de Tabarca que reluce a tan solo 8 kilómetros de la localidad de Santa Pola.