La completa recuperación de la normalidad festera en l’Alfàs del Pi deberá seguir esperando, al menos, un año más. El municipio recuperará, tras el parón pandémico de 2020, la celebración de sus Fiestas Mayores en Honor al Santísimo Cristo del Buen Acierto; pero lo hará con un programa de actos en el que seguirán estando ausentes algunas de las convocatorias con mayor ‘tirón’ popular.
El concejal de Fiestas, Óscar Pérez, explica que “hemos intentado evitar la organización de eventos que puedan llevar parejos una gran afluencia de personas”, motivo por el cual se caerán del programa actos como el desfile del humor, el concurso de playbacks, las paellas o el pregón.
Los más pequeños, protagonistas
En esta edición de las fiestas mayores alfasinas, eso sí, tendrán un gran protagonismo las actividades dirigidas a los más pequeños. Así, se celebrarán los ya tradicionales ‘mundos infantiles’ y se han programado diferentes obras de teatro infantil que tendrán lugar a las 16:30 horas en el Espai Cultural de las Escoles Velles.
Se ha previsto que estas veladas teatrales se celebren al aire libre, aunque los responsables municipales han escogido el recinto de las Escuelas Viejas para, en caso de que las condiciones climáticas lo impidan, las mismas puedan trasladarse al interior del edificio.
Así mismo, también se ha confirmado el retorno de la feria de atracciones, que volverá a instalarse en su ubicación habitual, el parking anexo al polideportivo municipal.
La Penya Inducció ya ha manifestado recuperar la mayoralía de cara a las fiestas de 2022
Apertura de peñas
Una de las noticias más esperadas por parte de la comunidad festera la representa, sin duda, la decisión de permitir la apertura de las peñas, los locales en los que las distintas agrupaciones pueden organizar sus actividades.
En este sentido, desde el consistorio se subraya la importancia de “respetar en todo momento durante los días de nuestras fiestas mayores las medidas preventivas que se encuentren en vigor”. Por ello, “hemos optado por apelar a la responsabilidad individual de cada festero con la confianza de que, como ha demostrado hasta ahora, la sociedad alfasina va a saber estar a la altura”.
Actos religiosos
Entre los actos que sí se mantienen en pie para las Fiestas Mayores en Honor al Santísimo Cristo del Buen Acierto, que tendrán lugar del 7 al 10 de noviembre, se cuenta la ofrenda, los distintos oficios religiosos y la procesión del Santísimo, que tendrá lugar el día 9 de noviembre.
Así mismo, ya se ha confirmado que se disparará una mascletà nocturna y que, aunque en menor cantidad que en otros años, el municipio iluminará sus calles para conmemorar sus días grandes.
‘Mundo infantil’, feria de atracciones y teatro para los más pequeños son las apuestas familiares de esta edición
Normalidad en 2022
Después de dos años sin poder celebrar sus fiestas, l’Alfàs del Pi retomará la actividad en 2021, pero lo hará con la vista puesta en noviembre de 2022, cuando todo el colectivo confía en poder retomar las celebraciones con absoluta normalidad.
Para ese momento, la Penya Inducció ya ha manifestado al ayuntamiento su intención de recuperar la mayoralía que ostentó de cara a los festejos de 2020 y que abandonó tras la llegada de la pandemia.
En este sentido, cabe recordar que los responsables de esa agrupación siempre mantuvieron que su decisión de renuncia se enmarcaba, exclusivamente, en la coyuntura de la crisis coronavírica y, por lo tanto, retomarían sus obligaciones como mayorales una vez se superara la misma, algo que, salvo sorpresa, parece ser que podrá suceder el próximo año.
Unas fiestas sin patrón
Las fiestas alfasinas tiene una particularidad en su nomenclatura. Contrariamente a lo que sucede en la mayor parte de los días grandes municipales, y aunque también tienen un trasfondo religioso, sus fiestas no son patronales. Es decir, no rinden culto a su patrón. En este caso, estamos ante las Fiestas del Jubileo y el Santísimo Cristo del Buen Acierto.
Tras la concesión de su independencia de la Baronía de Polop el 16 de abril de 1836, l’Alfàs del Pi, cuya iglesia contaba ya con Reservado propio desde 1784 y con una campana dedicada a San Francisco de Asís desde 1822, iniciaba su andadura como pueblo y, por lo tanto, su propia reafirmación identitaria.
Los playbacks, las paellas, el desfile del humor y el pregón tendrán que seguir esperando para hacer su reaparición en el programa
El Jubileo concedido por Pío IX
Poco a poco, los habitantes del nuevo Alfaz del Pino fueron construyendo su propia cultura. Sus costumbres y sus quehaceres. Y para ello, para terminar de vestir su parroquia, necesitaban la figura de un Cristo que presidiera su altar. Finalmente, el Santísimo Cristo del Buen Acierto llegó por mar y fue tal el fervor que generó entre aquellos primeros alfasinos que las noticias de su llegada no tardaron en ser oídas en el Vaticano.
Allí, el Papa Pío IX, conmovido por esas muestras de amor hacia Dios, decidió conceder a l’Alfàs del Pi una indulgentiae Plenariae lucrandae acl Decennium o, lo que es lo mismo, la indulgencia plenaria y perpetua para los días 7, 8 y 9 de noviembre de cada año, es decir, el Jubileo.
Esta decisión, que es poco conocida, convierte a l’Alfàs del Pi en una de las seis ciudades del mundo (junto a Roma, Jerusalén, Santo Toribio de Liébana, Caravaca de la Cruz y Santiago de Compostela) con la concesión de ese tipo de indulgencia papal.
Un perdón en tres pasos
El jubileo, que para los cristianos es una indulgencia plenaria -a todos sus pecados-, de l’Alfàs del Pi se gana en tres pasos. Se debe recibir el Sacramento de la Confesión, participar en la exposición del Santísimo Sacramento y rezar ante el Santísimo Cristo del Buen Acierto.
Las fiestas de l’Alfàs del Pi han evolucionado con los años y hoy en día, junto al sentimiento religioso, son las distintas penyas las que ostentan el protagonismo de los principales actos lúdicos de su programa.
Música, gastronomía y tradición se mezclan en las calles alfasinas en las que, fiel reflejo de su realidad social, vecinos de todas las nacionalidades celebran los días grandes de un municipio que, aunque no los vio nacer, sienten tan propio como aquellos alfasinos cuyas raíces se hunden ya varias generaciones en aquella tierra fértil por la que dejaron de ser parte de la Baronía de Polop.