Este noviembre se cumplen 100 años desde que el Mercado Central de Alicante comenzara a funcionar. Un siglo en el que los mercaderes han vivido prácticamente de todo, incluso el bombardeo aéreo más terrible jamás ocurrido en España.
Nosotros queremos celebrar este centenario recordando la historia de este emblemático edificio, y sobre todo homenajeando la labor de esos profesionales que desde tantas generaciones llevan dándonos de comer a los alicantinos.
El viejo mercado del puerto
La existencia de mercadillos improvisados de víveres en las calles de Alicante viene desde los mismos orígenes de la ciudad. Con el paso de los siglos éstos fueron adquiriendo un carácter más oficial, organizándose en determinados sitios y días concretos.
A principios del siglo XIX cada vez eran más las voces que pedían la construcción de un mercado central para que pudieran establecerse en un sitio fijo y con mejores condiciones. El Ayuntamiento por fin aprobó su construcción y se proyectó junto al Puerto para poder transportar fácilmente el pescado recién capturado.
Este primer mercado central se ubicó en el solar donde hoy está la Casa Carbonell y fue inaugurado en 1841, siendo conocido popularmente entre los alicantinos como ‘la plaza’. Estuvo funcionando durante siete décadas.
Proyecto para un nuevo mercado
Ya a finales del XIX este antiguo edificio comenzó a presentar serias deficiencias, sobre todo por el escaso mantenimiento que le daba el Ayuntamiento. Además el crecimiento de Alicante (entre 1850 y 1900 dobló su población de 25.000 a 50.000 habitantes) hizo que el mercado del puerto se quedara demasiado pequeño, pues ya no había espacio para nuevos mercaderes.
Varios alcaldes de aquella época retrasaron adrede la construcción para que fuera otro quien asumiera esa gran inversión. Hasta que en 1911 Federico Soto (el del Paseo de Soto) al fin da un paso enfrente y encarga al arquitecto Próspero Lafarga que diseñe un gran mercado central ubicado en Alfonso X el Sabio. El propio rey Alfonso XIII vino a Alicante en visita oficial para poner la primera piedra.
Sin embargo los problemas no tardaron en aparecer, tanto con las expropiaciones de los terrenos como con la adjudicación de las obras. El proyecto quedó paralizado e incluso los mercaderes tuvieron que abandonar el mercado del puerto dado su estado ruinoso. Así pues regresaron a la calle, como en los viejos tiempos.
El antiguo mercado estaba frente al puerto, donde hoy se ubica la Casa Carbonell
Los mercaderes a la Rambla
Los comerciantes se ubicaron en la Rambla, mientras esperaban al nuevo edificio. Dicen que Soto, en una de sus últimas decisiones como alcalde, les puso en el sitio de la ciudad donde más molestaban al tráfico con la intención de presionar a los futuros alcaldes.
Aquel curioso chantaje surgió efecto, pues su sucesor Ramón Campos por fin aprobó el proyecto del Mercado Central. Consiguió para ello un préstamo de la Caja de Ahorros y Monte Piedad (que años después se llamaría CAM). El arquitecto Juan Vidal fue quien asumió las obras del proyecto de Lafarga (quien no llegó a ver terminado su edificio en vida).
Alfonso XIII puso la primera piedra en 1911, pero el Mercado Central no abrió hasta una década después
Inauguraciones real y oficial
La situación en la Rambla llegó a ser tan caótica que, estando todavía el edificio a medio construir, el Ayuntamiento ya permitió a los mercaderes que se mudaran aquí. Fue exactamente el 21 de noviembre de 1921 cuando el flamante Mercado Central abrió sus puertas al público… aunque de forma extraoficial.
La inauguración como tal no se produjo hasta casi un año después, cuando al fin se culminaron las obras. El evento se programó para el 12 de noviembre de 1922, con la asistencia del ministro José Francos entre otras autoridades políticas.
Por eso, aunque la fecha oficial de la inauguración del Mercado Central de Alicante sea 1922, en la fachada podemos ver un gran mosaico con el número 1921. El año real de su puesta en marcha.
El Mercado Central sufrió el peor bombardeo aéreo de la historia de España
Bombardeo en la Guerra Civil
Sin duda el día más triste marcado en el recuerdo de este centenario edificio es el 25 de mayo de 1938, cuando cayeron sobre su plaza trasera varias bombas arrojadas por aviones italianos en plena Guerra Civil.
Fallecieron sobre 300 personas a consecuencia de este ataque, más que en cualquier otro ataque aéreo de aquella cruel guerra. La estructura del inmueble también sufrió grandes daños, pero aguantó de pie. Eso sí, el reloj de la fachada se paró en el minuto exacto de la explosión. Todavía hoy se puede ver en la entrada.
Manteniendo su esencia
Lo cierto es que, de alguna manera, el Mercado Central de Alicante ha logrado detener el tiempo. Otras ciudades han visto como sus mercados centrales se han convertido en una mera sombra de lo que fueron, convirtiéndose más en una atracción turística con tiendas de souvenirs que en una auténtica plaza donde compran los locales.
Sin embargo, aún en pleno centro de una ciudad con tanto turismo como la nuestra, los mercaderes alicantinos han conseguido mantener la esencia originaria del Mercado Central. Quizás en buena medida sea porque algunos siguen siendo los nietos o bisnietos de aquellos vendedores que abrieron los primeros puestos.
Si eres alicantino, es imposible que nunca hayas comido del Mercado. Porque incluso aunque no suelas comprar aquí, muchísimos restaurantes de la ciudad se surten de su género. Así que muchas gracias a estos centenarios mercaderes por alimentarnos, y les deseamos que sigan haciéndolo al menos por otros cien años más.
Para conocer más información sobre la historia de este emblemático edificio recomendamos el llibret ‘El nostre Mercat centenari’, publicado este año por la Barraca de Los Gorilas. Se puede consultar gratuitamente en la web llibretgorilas.blogspot.com