Entrevista > Joaquín Palomares / Presidente de la Sociedad de Música Clásica de l’Alfàs del Pi (Tavernes de la Valldigna, 19-noviembre-1961)
Doce años después de su creación, la Sociedad de Música Clásica de l’Alfàs del Pi arrancará el año 2022 iniciando una nueva andadura tras el adiós del que, desde sus inicios y hasta el pasado mes de octubre, fue su presidente: Philip Spires que, tras más de una década al frente de la entidad, la ha convertido en una de las más activas del panorama cultural local y comarcal.
Para tomar su relevo, la asociación alfasina ha optado por nombrar como presidente a Joaquín Palomares, otro de los impulsores de esta ya consolidada aventura. Músico y melómano, Palomares adelanta que el cambio en la presidencia no supondrá una revolución en la sociedad, pero sí tiene intención de imprimir su sello personal durante su mandato.
La Sociedad de Música Clásica de l’Alfàs nació en 2008 con el apoyo de la concejalía de Cultura del ayuntamiento de l’Alfàs del Pi y desde entonces ha celebrado más de 200 conciertos con artistas de primer nivel internacional, siendo reconocida como una de las más importantes de la Comunitat Valenciana.
Usted lleva en la Sociedad de Música Clásica de l’Alfàs del Pi desde su fundación. ¿Qué es lo que le ha animado ahora a dar el paso de asumir su presidencia?
Ha sido un proceso que, en realidad, ha sido muy sencillo. Philip [Spires], junto a su mujer, tiene unas obligaciones personales que le han llevado a tener que viajar de forma muy constante a Reino Unido. Por ello, decide abandonar el cargo y ya antes de verano informó de su renuncia.
Tras una reunión de la Junta Directiva, cada uno expuso sus obligaciones personales y su disponibilidad y, finalmente, entre todos se decidió que fuera yo quien tomara el relevo de Philip.
«La Sociedad ha funcionado muy bien todo este tiempo, pero vamos a implementar pequeñas modificaciones que consideramos importantes»
Doy por hecho que, como ocurre siempre en estos casos, usted pondrá su sello personal en la Sociedad, pero ¿va a suponer esto un gran cambio de rumbo en la misma?
La Sociedad ha funcionado muy bien a lo largo de todo este tiempo; pero, como bien has dicho, cada uno tiene un sello personal y eso conlleva implementar pequeñas modificaciones que consideramos importantes, porque hay personas que se han adherido a este proyecto, como ha ocurrido con el Forum Mare Nostrum, que se ha sustanciado en la creación de una nueva página web más moderna.
En definitiva, cada uno aporta su granito de arena. Es algo muy importante ya que permite delegar o compartir responsabilidades con otros miembros. Esto es algo que nos ayuda mucho porque se pueden aportar todas esas visiones distintas.
Explíquese.
Quizás, por los conocimientos que he adquirido en mi profesión, puedo aportar más en la parte musical; pero hay una parte de marketing de la que se van a encargar otras personas y eso es algo que favorece la expansión de la propia Sociedad.
«La creación de esa nueva web es un cambio que creemos muy positivo»
¿Van a ser más ambiciosos en cuanto a la difusión de sus actividades?
La creación de esa nueva web es un cambio que consideramos muy positivo, pero no debemos olvidar que hemos sufrido un gran recorte presupuestario debido a la pandemia y que, por lo tanto, tenemos los recursos que tenemos. Eso limita el marco de acción ya que nos vamos a tener que acomodar a esas nuevas posibilidades económicas.
¿Se va a producir una reducción de la programación de conciertos?
Vamos a mantener los tres conciertos mensuales. Es algo que se ha perpetuado en el tiempo y que ha creado un público al que le gusta lo que ofrecemos, y que es muy fiel. Intentamos dar una variedad sin perder de vista que nuestro objetivo es ofertar música clásica. Dicho esto, es cierto que, para hacer atractiva la programación, también introducimos otras músicas y eso la gente lo ha aceptado de buen grado.
«Hemos sufrido un gran recorte presupuestario debido a la pandemia y, por lo tanto, tenemos los recursos que tenemos»
Esa apuesta por reforzar el área del marketing de la Sociedad, ¿tiene como objetivo tratar de ‘rejuvenecer’ la edad media de ese público fiel actual?
Por supuesto. Yo me dedico profesionalmente a la música y he visto el devenir de la música clásica. Es verdad que la media de edad de nuestros conciertos es muy elevada y eso nos hace pensar que tenemos que ser previsores. Eso implica que debemos atraer a un público más joven y, para ello, además de crear esa nueva web, tenemos que conseguir que el programa de conciertos sea atractivo.
Pero, por mucho que ustedes se esfuercen, el primer paso siempre será conseguir que la gente más joven sienta interés por la música clásica.
Como bien dices, estamos en unos momentos en los que predomina lo superficial. Lo vemos en los programas televisivos o en lo que tararean y cantan los chavales, que no tiene gran valor artístico. Pero eso es lo que se ha impuesto hoy en día. Cuando hablamos de música clásica, estamos ante una música mucho más profunda en la que hay una parte intelectual muy importante y debemos ser conscientes que no es para todos los públicos.
Le noto derrotista.
Tenemos que buscar fórmulas que permitan realizar ese pequeño guiño a un público que, en un momento determinado, se diga a sí mismo que le apetece descubrir la Sociedad de Música Clásica y, a raíz de ese concierto, captarlos para que sean socios.
«Cuando hablamos de música clásica, estamos ante una música mucho más profunda en la que hay una parte intelectual muy importante»
En su momento, tuve la ocasión de conversar con Philip Spires sobre la gran experiencia que puso en marcha Fernando Argenta, a través de RTVE, con ‘El Conciertazo’. ¿Cree que, en la medida de sus posibilidades, podría ser un espejo en el que se pueda mirar la Sociedad de Música Clásica de l’Alfàs del Pi para organizar iniciativas parecidas a nivel local?
Es un proyecto que yo propuse porque en la Región de Murcia, donde resido actualmente, se han hecho los conciertos escolares. Esto supone que algunos artistas que visitaban la ciudad llevaban a cabo una experiencia con los niños de los colegios. En este caso, los llevaban al Auditorio y les explicaban la música, los instrumentos y tocaban para ellos. De esa manera, iban cultivando a esos chavales pensando en el futuro.
Y usted lo propuso aquí.
Sí, pero tiene que haber una conexión de la parte educativa con Cultura. Nosotros no podemos entrar ahí, pero sugerimos que podía ser una buena idea para crear ese caldo de cultivo entre los jóvenes.
Por ahora, esa idea no ha salido adelante.
Es que ahora mismo la gente lo tiene todo muy al alcance de la mano y sin moverse de casa, pero me temo que eso es algo que va en detrimento de todos. ¿Hemos pensado alguna vez en qué es un concierto?
«Los chavales no pueden querer asistir a algo que desconocen: hay que dárselo»
Dígamelo usted.
No es sólo lo que se escucha o lo que se siente. Es un acto social. Eso implica que aquel que va a un concierto se desplaza, posiblemente vaya a un restaurante a cenar tras el concierto; amplíe su círculo social… es un ‘pack’. No sólo debemos ver la parte artística. Si eliminamos eso, vamos a perder todos porque, como digo, tiene daños colaterales.
En otras palabras, el melómano debe ir a los conciertos y no sólo consumir música en casa.
Hay que ir porque, de esa manera, implicamos a todo el mundo en esta idea. Y todo ello, como decía, es fundamental trabajarlo con los chavales, pero dependerá mucho de que haya una verdadera voluntad de facilitar que esos artistas que nos visitan, o gente que hace muy bien ese trabajo de difusión, pudieran aportar su granito de arena para que la gente joven tomara el relevo de ese público más mayor que tenemos ahora.
Y, sin embargo, todo esto choca mucho con el gran interés que despiertan las bandas entre los jóvenes. Sé que no estamos hablando del mismo tipo de propuesta, pero ¿no cree que un trabajo conjunto con, por ejemplo, la Societat Musical La Lira, podría suponer una gran puerta de entrada de nuevo público?
Debo decir, en este sentido, que nosotros hemos traído a l’Alfàs a artistas increíblemente buenos, y siempre hemos ofrecido la oportunidad a La Lira de que asista a los ensayos y los conciertos.
Detecto que viene un ‘pero’.
Después de tantos años, hemos llegado a una conclusión y es que la banda es la banda y la música que nosotros ofrecemos no ha despertado el interés en los jóvenes. Creo que hemos hecho nuestra función, pero tenemos el sentimiento de que el concepto de la banda está muy cerrado a la interpretación del reportorio que ellos llevan a cabo.
Creo que dentro de la propia banda no ha habido nunca una gran inquietud por conocer a esos artistas que nos visitan.
«Tenemos que realizar ese guiño a un público que se diga a sí mismo que le apetece descubrir la Sociedad de Música Clásica»
Usted apuntaba antes a la importancia de hibridar música y educación. ¿Cree que es una asignatura que se está impartiendo desde el prisma correcto en los colegios?
Pienso que los chavales no pueden asistir a algo que desconocen: hay que dárselo. Con lo cual, si yo fuera un responsable político, trataría de unir esfuerzos. Voy a poner un ejemplo. Cada año visito el norte de Italia y hacemos conciertos escolares con gente de primerísimo nivel reuniendo en un teatro a más de 1.500 niños.
Eso les ofrece la posibilidad de tener una educación musical exquisita. Escuchan música, ven ballet… cosas que difícilmente podrán ver en sus casas; pero se les ofrece desde el colegio. Si entre 1.500 niños sale, por decir una cifra, un 3% de interesados, ya sería una cantidad muy importante de cara al futuro.
Siempre recuerdo la polémica que suscitó el primero de los conciertos de los Tres Tenores, cuando muchos grandes gurús de la música clásica consideraron que aquello devaluaba el propio concepto de la misma. Eso ha vuelto a ocurrir en muchas experiencias que han tratado de mezclar géneros o modernizar repertorios. No sé si la polémica es absurda o si todo vale para atraer más público. ¿Cuál es su posición?
No es una polémica absurda, pero es real. Tenemos que pensar que en todo existe una evolución y, por lo tanto, es verdad que hay mucha gente reticente a dar ese paso, pero creo que sí es una buena medida. De lo contrario, estamos ante una batalla perdida. A título personal, debo decir que he hecho interpretaciones de The Beatles con músicos magníficos.
Nos hemos adentrado ahí porque hay público que lo pide y, por lo tanto, no nos podemos cerrar a ello. No se puede ser hermético en unos principios y no modificarlos. Respecto al ejemplo que pones, considero que los conciertos de los Tres Tenores ayudaron a que la música llegara a mucha más gente y eso siempre es positivo.