Entrevista > Aránzazu Alfaro Sáez / Neuróloga del Hospital Vega Baja de Orihuela
Un equipo de investigadores de la Universidad de Utah de Estados Unidos, del Instituto de Neurociencias de Holanda y de la Universidad Miguel Hernández de Elche, entre los que se encuentra la neuróloga Arantxa Alfaro, han conseguido que por primera vez una mujer ciega desde hace más de quince años sea capaz de percibir información visual mediante un implante cerebral basado en microelectrodos intracorticales.
¿Cómo surge el proyecto?
Quedarse ciego en una etapa tardía de la vida plantea un reto enorme. Hay que traspasar el punto de gravedad de la visión a otros sentidos, pero la experiencia visual va más allá de nuestros ojos, se construye en el cerebro y el cerebro mantiene su capacidad adaptativa. Esto nos animó a iniciar este proyecto, a preguntarnos si sería posible conseguir que una persona ciega adquiera, de nuevo, información visual útil para interactuar con su entorno.
¿Qué avances se han conseguido hasta el momento?
Nuestro trabajo supone la primera experiencia con un implante cerebral basado en microelectrodos intracorticales localizado en la corteza visual de una persona ciega. El dispositivo consiste en una matriz tridimensional de cien microelectrodos que permite tanto la estimulación directa como el registro de señales eléctricas.
El sistema completo de estimulación incluye una retina artificial que emula el funcionamiento del sistema de visión humana, situada dentro de unas gafas convencionales.
«El sistema está pensado para personas que no han nacido ciegas»
¿Y qué es lo que capta exactamente?
Esta retina artificial capta el campo visual situado frente a la persona y lo transforma en trenes de impulsos eléctricos optimizados para estimular las neuronas de la corteza visual a través de la matriz de electrodos. Gracias a la estimulación, Berna, nuestra voluntaria, logró distinguir diminutos destellos de luz en lugares concretos del campo visual.
¿Para quién está pensado?
El sistema está pensado para personas que no han nacido ciegas, es decir, que han adquirido su ceguera a lo largo de la vida y en las que la corteza visual no se encuentra dañada.
¿Permite la visión de forma inmediata?
Tal y como la conocemos no, sino que se necesita un entrenamiento prolongado y continuas configuraciones del sistema hasta lograr codificar esos destellos de luz en información útil y reconocible. Otro aspecto importante es que la persona depende del sistema para percibir, es decir, en el momento en que se apaga vuelve a ser ciego.
«La voluntaria logró distinguir diminutos destellos de luz en lugares concretos del campo visual»
¿Cómo es exactamente el implante cerebral?
El dispositivo consiste en una matriz tridimensional de cien microelectrodos, muy pequeña, de 4 por 1.5 mm, implantada en la corteza occipital -la región del cerebro encargada de procesar información visual- y permite tanto estimular la corteza como registrar su actividad eléctrica.
Esta tecnología ya se usa de forma experimental en pacientes con problemas motores para mover extremidades robóticas. Nosotros queríamos estudiar si podía ser útil para evocar experiencia visual en personas ciegas.
¿Quién diseñó el microelectrodo intracortical?
El microelectrodo fue diseñado hace más de veinte años por el profesor Richard A. Normann, bioingeniero del John A. Moran Eye Center en Utah, Estados Unidos. El resto del sistema ha sido desarrollado en España, en el Grupo de Neuroingeniería Biomédica de la Universidad Miguel Hernández que dirige el Dr. Eduardo Fernández. Los dos han guiado el proyecto desde el inicio y han participado de forma directa en la experimentación.
¿Cuánto tiempo estuvo la persona con el implante?
Berna es ciega desde hace más de quince años, pero también es una persona con una enorme curiosidad que, a pesar de su ceguera, sigue manteniendo su memoria, su imaginación y su mundo visual.
Estuvo implantada durante seis meses y en ese tiempo participó en numerosos experimentos. Fueron sesiones diarias de varias horas y con continuas configuraciones del sistema para conseguir que lograra apreciar los destellos de luz generados por el implante.
«Es necesario reproducir los resultados en más voluntarios»
¿Qué consiguió identificar?
Con el paso de los meses fue capaz de identificar formas sencillas, como barras horizontales y verticales, algunas letras y localizar objetos con contraste.
Tras este avance, ¿en qué hipótesis se está trabajando?
Nos gustaría conseguir que el dispositivo en el futuro contribuyera a mejorar la calidad de vida de las personas ciegas, pero somos conscientes de que estamos en una fase inicial y no queremos generar falsas expectativas.
Es necesario reproducir los resultados en más voluntarios. En estos momentos contamos con un implante más sofisticado que permite activar más electrodos, codificar imágenes del exterior con mayor calidad y tener más autonomía.
Especializada en neurología
Licenciada en Medicina y doctora por la Universidad Miguel Hernández de Elche, actualmente trabaja en la sección de Neurología del Hospital Vega Baja de Orihuela. También forma parte del grupo de investigación de Neuroingeniería Biomédica (NBIO) y del Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN).