Entrevista > Dino Trubianelli / Coordinador de la plataforma We Love l’Albir
Dino Trubianelli es, a su modo, un perfecto ejemplo y resumen de lo que representa la comunidad extranjera de l’Alfàs del Pi. Británico de apellido italiano y residente desde hace muchos años en un municipio que ya considera su propia casa y por el que, desde hace un lustro, realiza una enorme labor de promoción a través de la plataforma We Love l’Albir.
Usando las redes sociales como base para esa labor, Trubianelli y sus colaboradores, todos ellos voluntarios, han conseguido crear una comunidad virtual de casi treinta mil usuarios que cada día comparten o visualizan lo mejor que el municipio tiene para ofrecer a sus vecinos y visitantes.
Es, por resumirlo de manera muy sucinta, el modelo del boca-oreja del mundo virtual. Ciudadanos que cuentan sus experiencias, se resuelven sus dudas y ofrecen su colaboración unos a otros dando al mundo entero una clara imagen de lo que la sociedad alfasina, esa que está compuesta en más de un cincuenta por ciento por residentes de otras nacionalidades, tiene que ofrecer.
¿Qué tienen l’Albir y l’Alfàs del Pi para que tanta gente extranjera quiera venir a instalarse aquí?
Es una joya de la Costa Blanca. Tenemos un parque natural espectacular, el faro, la playa… En los últimos años ha crecido mucho porque los extranjeros están descubriendo lo bonito que es vivir o visitar l’Albir. Creo que es algo que ha crecido mucho en los últimos años, y no tanto porque l’Albir haya cambiado, sino porque la gente es cada vez más consciente de lo que tenemos.
«Sería un error dirigirnos a los turistas en español. No van a aprender este idioma para venir sólo dos semanas»
¿Cómo surge la idea de poner en marcha la plataforma We Love l’Albir?
Empezamos hace cinco años porque no había otras iniciativas similares promoviendo l’Albir. Existían en redes sociales páginas de compraventa, de quejas vecinales u otras muy políticas y siempre en contra de todo. Nosotros somos conscientes de que todos vivimos del turismo y no entendíamos que no existiera algo así promoviendo l’Albir.
¿De ahí el nombre?
Por supuesto. Amamos l’Albir y no queremos que los mensajes que salen estén llenos de críticas. Por ello, tratamos promover la imagen del municipio a un mercado mucho más amplio e internacional.
¿Lo están consiguiendo?
Contamos ya con más de veintinueve mil miembros y, por lo tanto, llegamos a mucha gente extranjera. Es importante recalcar que no es un grupo de británicos. Hay muchos noruegos, belgas, neerlandeses… es un grupo que refleja perfectamente la enorme variedad que hay en el pueblo.
Mucha gente nos critica porque usamos el inglés como lengua común, pero lo que nosotros queremos es que vengan los turistas y, por lo tanto, sería un error dirigirnos a ellos en español. No van a aprender este idioma para venir sólo dos semanas. Tenemos que ser capaces de hablar en un idioma que ellos entiendan.
¿Por qué centrarse en l’Albir y no en todo el municipio de l’Alfàs del Pi? Al fin y al cabo, esa distinción puede aumentar esa errónea creencia, especialmente entre aquellos que no conocen bien la realidad local, de que son dos pueblos diferentes.
Sobre todo porque en el ámbito extranjero se conoce mucho más l’Albir que l’Alfàs del Pi. Nosotros sabemos y entendemos que l’Albir pertenece a l’Alfàs y, por lo tanto, promovemos las dos cosas, el municipio completo.
Estamos aquí para apoyar el turismo, pero como los extranjeros están más interesados en l’Albir, es más fácil hacer llegar el mensaje de esa manera. Es más, creo que podría haber generado más confusión si lo hubiésemos llamado We Love l’Alfàs porque, insisto, los extranjeros no conectan con l’Alfàs de la misma manera.
«Si hay buena relación con el Gobierno local es, sobre todo, porque existe intención y compromiso de colaboración»
L’Alfàs tiene una importante vida asociativa. ¿Podría decirse que ustedes complementan el trabajo de promoción que se hace desde la Administración?
Trabajamos muy bien con el Ayuntamiento. Cuando lanzamos la plataforma, lo hicimos realizando una limpieza profunda del Bulevar de los Músicos. Nos juntamos allí setenta personas, la mayoría provenientes de países escandinavos. Recuerdo que vino el alcalde con dos o tres concejales y bastante prensa. Yo pensé que se harían la foto y se marcharían, pero cuando se marchó la prensa, ellos siguieron trabajando a nuestro lado.
Desde ese momento, tengo un enorme respeto por la figura de Vicente (Arques). Dicho eso, nosotros no somos un grupo político. Estamos aquí para promover l’Albir y nada más. Si tenemos una buena relación con el Gobierno local es, sobre todo, porque existe una intención y un compromiso de colaboración en ese sentido.
¿Les aportan ayuda económica para ello?
No recibimos fondos por su parte. No vivimos del Ayuntamiento. Nosotros nos tenemos que buscar la vida. De hecho, ya hemos lanzado una página web informativa llamada Visitalbir y, normalmente, ese tipo de páginas las hacen los ayuntamientos, pero vimos que existía un hueco y la necesidad de dar esa información y, por ello, la lanzamos. Este año nuestra intención es reactivarla porque pienso que la vuelta del turismo va a ser muy fuerte a partir de Semana Santa.
¿Qué puede aportar una plataforma como We Love l’Albir a la promoción del municipio que no puede aportar el Ayuntamiento?
Ya te he dado un ejemplo muy importante antes: hablamos en la lengua del turista. Por lo general, los ayuntamientos hacen publicidad en español y nosotros lo hacemos en inglés, lo que hace la comunicación mucho más fluida.
Además, damos más protagonismo a las personas, que pueden subir sus fotos y sus ‘rollos’. Hay cosas muy chulas y es una forma de demostrar a los miembros que nos ven desde fuera lo bonito que es l’Albir: cada día ven posts enseñando la vida diaria aquí.
En definitiva, se pueden dirigir a un público distinto.
Sí. Creo que tenemos más facilidad para llegar a la gente de fuera porque, entre otras cosas, nosotros también somos de fuera. La mayoría somos extranjeros.
«Tenemos más facilidad para llegar a la gente de fuera porque, entre otras cosas, nosotros también somos de fuera»
Su principal vía de comunicación son las redes sociales y, sin embargo, la mayor parte de los residentes extranjeros de l’Alfàs del Pi son personas de edad avanzada que, a su vez, es el grupo que, al menos en teoría, menos las usa. ¿No es algo curioso?
Se manejan muy bien en Facebook y, por lo tanto, es una herramienta ideal para poder hablar con ellos fácilmente. Además, durante la pandemia hemos estado ofreciendo mucho contenido informativo. En este periodo ha habido mucha gente preocupada porque no terminaba de entender lo que sucedía, los cambios de normativa… Eso hizo que dedicáramos gran parte de nuestro tiempo a explicar esas cuestiones.
¿Los usuarios les preguntaban mucho al respecto?
En los momentos de mayor crisis, llegamos a recibir doscientas preguntas al día. Teníamos cuatro moderadores, todos ellos voluntarios, y eran los que se encargaban de dar lo que creo que ha sido un buen servicio a la comunidad.
«Queremos hacer que los extranjeros se involucren más y se sientan parte de la comunidad»
Ahora que se habla tanto del trabajo deslocalizado y del teletrabajo, ¿crees que el uso de las redes sociales puede acabar por atraer a ese tipo de nuevos residentes?
Es una realidad que ha llegado para quedarse. Tenemos mucha gente que está trabajando aquí para empresas de todo el mundo. Efectivamente, es un sector que está creciendo porque muchos nos hemos dado cuenta a raíz de la covid de que podemos trabajar fácilmente desde casa y creo que es una cuestión a tener muy presente.
Parque natural, instalaciones deportivas, playa, gastronomía… ¿qué es lo que más atrae a la gente de l’Albir?
Estamos al lado de Benidorm, pero tenemos una oferta muy distinta. Nos equivocaríamos si nos promocionáramos de la misma manera que Benidorm. Nosotros tenemos un nivel gastronómico altísimo y la belleza natural de todo el municipio, no sólo la del parque natural. Todo ello, sin olvidar el clima, que siempre es el principal atractivo.
«En los momentos de mayor crisis de la pandemia llegamos a recibir doscientas preguntas al día»
L’Alfàs tiene, además, una amplia oferta cultural y festiva. ¿Existe algún evento que despierte un especial interés entre los extranjeros residentes o los turistas?
Tenemos la suerte, como dices, de tener una programación cultural muy intensa durante todo el año. Tenemos el Festival de Jazz, el más antiguo de la Comunitat Valenciana; las fiestas; el Festival de Cine… Me encantaría que alguno de estos eventos se abriese más a la comunidad internacional.
Y creo que es fundamental publicar la programación con mayor antelación. Si lo anuncias una semana antes, no vas a conseguir que vengan los extranjeros. Es uno de los retos futuros: usar estos festivales para atraer a turistas extranjeros. Esa promoción no es tan fuerte como debería ser.
Además, las redes sociales supongo que ayudarán a multiplicar el alcance de sus mensajes.
Así es. Hicimos un vídeo para mostrar las bondades de l’Albir y fue visto por más de cien mil personas. Nosotros, como he dicho, tenemos más de veintinueve mil miembros; pero ellos mismos comparten los contenidos con sus amigos y estos, a su vez, hacen lo mismo. Todo ello, ayuda a llegar a mucha más gente.
L’Alfàs tiene una población extranjera del 52% de su censo. Esas nacionalidades, ¿están representadas en igual porcentaje en el grupo?
Más o menos. Quizás, exista una menor representación de rumanos porque ellos suelen hablar muy bien el español. Por lo demás, efectivamente, nuestro grupo refleja de forma muy fidedigna la variedad que hay en l’Alfàs del Pi. Incluso, tenemos más de mil usuarios españoles.
«Nuestro grupo refleja de forma muy fidedigna la variedad que hay en l’Alfàs del Pi»
Antes hemos hablado de lo que l’Alfàs ya tiene para resultar atractivo. En base a lo que se comenta en el grupo de We Love l’Albir, ¿qué es lo que le falta?
No lo sé. Lo que a mi me gustaría es que existiese una mayor cohesión entre la comunidad internacional y la española. Es algo que intentamos conseguir también con nuestro grupo: hacer que los extranjeros se involucren más y se sientan parte de la comunidad.
¿Quién tiene la pelota sobre su tejado en ese aspecto?
La concejala de Residentes de Otras Nacionalidades, Martine Mertens, está haciendo un trabajo fantástico. La respetamos mucho porque hace que la comunidad internacional se sienta involucrada en todo lo que sucede y nosotros tratamos de jugar nuestro propio rol en ese mensaje, explicando a la gente, de forma muy accesible, todos esos asuntos. Creo que trabajamos muy bien de manera conjunta y me encantaría poder seguir desarrollando esa labor.
Insisto, para que se produzca esa mayor involucración, ¿quién debe moverse antes, el Ayuntamiento o los propios residentes?
Todos debemos movernos a la vez y en la misma dirección. Al final, lo que hacemos en We Love l’Albir es un reflejo de cómo se mueve la sociedad. Antes de existir nosotros, no había tanta facilidad para que un belga pudiera hablar con un británico, por poner un ejemplo. Ahora, lo hacen mucho más que antes y, por ello, pienso que la comunicación es la clave.