Entrevista > Chemi Galiano / Escultor (Madrid, 29-noviembre-1977)
Una de las propuestas más interesantes y solidarias de los últimos tiempos en Petrer viene de la mano de uno de los artistas más reconocidos en nuestra localidad. El escultor madrileño Chemi Galiano es el coordinador del proyecto Recoxx, una iniciativa que busca poner en valor la vocación ecológica del municipio a la vez que facilitar la inserción en el mercado laboral de personas con diversidad funcional.
Desarrollado en las instalaciones de El Faro, en una antigua nave de la Ciudad Sin Ley y participado por la Fundación Emplea y la Concejalía de Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Petrer, este proyecto solidario instaló el pasado mes de diciembre dos contenedores, uno en el mercado de la Frontera y otro en el muro exterior del Colegio 9 de Octubre, para recoger latas para la construcción de una escultura que se va a instalar en un lugar visible del municipio.
Material solidario
Los contenedores han sido realizados con material reciclado por dos jóvenes discapacitados, que han puesto su creatividad al servicio de esta acción medioambiental que invita a generar oportunidades de trabajo dignas para este colectivo.
Chemi Galiano es el alma mater del proyecto, un artista afincado desde hace años en Petrer y al que su espíritu activista le ha llevado a vivir experiencias que le han convencido de la necesidad de unir su pasión profesional con el apoyo hacia las personas en riesgo de exclusión. Muy involucrado hacia la causa social, le gusta aportar a sus obras una pincelada solidaria que den un toque de atención sobre la responsabilidad que tenemos hacia los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Háblame del proyecto Recoxx que estás desarrollando en Petrer, ¿en qué consiste?
Es un proyecto que está enfocado a producir un impacto positivo en el medioambiente a través de la recogida de residuos no peligrosos, en este caso latas, que se centra también en la parte social generando posibilidades de trabajo para colectivos en riesgo de exclusión social, como personas con discapacidad o con diversidad funcional, a los que preparamos para lanzarlos hacia el mundo laboral a través del aprendizaje.
Para ello se han instalado en el municipio dos contenedores gigantes que han realizado estas personas. Con parte de lo que recogemos estamos haciendo una escultura que se colocará en un espacio público de Petrer y el resto lo llevamos a plantas de reciclado, dando así una segunda vida a este material.
Los contenedores han sido realizados con material reciclado por dos jóvenes discapacitados
¿Cómo va a ser esa escultura?
Es un proyecto común de todos los participantes que todavía está en fase de elaboración. Se ha trabajado con el Ayuntamiento hacia algo que sea representativo para la población, poniendo el acento en Petrer como corazón del Vinalopó.
El proyecto tiene dos vertientes, por un lado, el ecológico y, por otro, de conciencia social, ¿cómo se conjugan ambas ideas artísticamente para crear una obra?
Siempre a través de la creatividad, que es el motor para hacer cambios. Recuperamos un material que ya no se utiliza para darle una funcionalidad y lo unimos a una parte social en la que participan personas que tienen complicada su inclusión social y laboral.
«El material que más me gusta es el hierro porque potencia mucho el mensaje de lo que quiero transmitir»
Eres un artista al que siempre le ha gustado dar voz a colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión, ¿qué te atrae de estos sectores sociales?
Soy profesional del metal y paralelamente he hecho voluntariado. Desde pequeño siempre he tenido una habilidad natural para ayudar a los demás, desarrollando una faceta que me gustaba mucho, como era estar cerca de las personas y echarles una mano. Con los años fui adquiriendo toda esa experiencia vivida a través de mi colaboración en asociaciones y fundaciones y comencé a desarrollar ciertos sentimientos que se fueron plasmando en mis esculturas.
A partir de ahí, todas mis obras hablan de experiencias de gente que he conocido en esas asociaciones, aprendiendo que el arte es una ventana muy importante con la que puedes llegar a la emoción de las personas para generar un cambio.
A tu obra siempre le das un toque social, ¿crees que el arte debe tener la responsabilidad de remover conciencias?
Muchos artistas plásticos te invitan a ver la vida con los ojos de lo que está pasando en la actualidad. En el noventa por cien de mi obra hablo sobre situaciones de personas que están viviendo una situación de exclusión.
«La creatividad es el motor de los cambios»
El material con el que realizas la mayoría de tus obras es el metal, ¿qué encuentras en él, por qué te gusta tanto?
Porque está muy ligado a mi vida, aunque también utilizo el hormigón, la madera o el plástico. El hierro oxidado plasma el sentimiento que quiero trasladar. Me gusta ese color que adquiere, ese proceso de descomposición que produce un cambio en él y ese aspecto tan duro que hace que potencie el mensaje que quiero transmitir. Es una forma de darle vida a un material inerte.
¿Te consideras más activista que artista?
Me defino activista. Tengo una vida polifacética por la inquietud, por lo que me rodea, por lo que quiero cambiar y por cómo soy como persona desde pequeño. Ese activismo viene de actividad, así que la propia actividad puede coger muchas formas, da lo mismo que le llamemos artista, escultor, soldador, o técnico. Es una forma de vida, una filosofía de hacer las cosas que al final se pueden convertir en muchas otras. Para mí la parte artística es una rama del activismo.