La cuestión pasó casi desapercibida. Como si fuera una nota a pie de página; pero cuando el pasado 31 de enero los técnicos del Ministerio de Fomento visitaron Altea para hacer entrega al municipio de las dos rotondas construidas en la N-332 a su paso por la villa blanca, los responsables municipales y ministeriales mantuvieron una breve y poco esclarecedora reunión.
En ella se abordó, sin ningún tipo de concreción, el siempre pospuesto y prometido proyecto de crear una alternativa para el tráfico rodado que hoy en día sigue transitando en gran número por el Carrer La Mar, principal vía de Altea y parte del trazado de esa carretera nacional.
Se trata de una cuestión que colea desde hace demasiado tiempo. En concreto, desde finales de la década de los 90 del siglo pasado, cuando la liberalización de la autopista no era más que una quimera siempre pospuesta -en aquel momento, muy de actualidad tras la decisión del gobierno de José María Aznar de prorrogar la concesión-.
Pocos detalles
Diego Zaragozí, concejal de Infraestructuras y Obras y recientemente confirmado como próximo alcaldable por parte de Compromís de cara a los comicios de 2023, confirmó a AQUÍ en Altea la existencia de esa reunión.
Sobre ello aseguró también que los representantes ministeriales apenas habían ofrecido detalle alguno respecto de ese proyecto y que “debido a la sensibilidad que siempre despierta la creación de este tipo de infraestructuras, cuyo desarrollo afecta a mucha gente, queremos ser prudentes a la hora de hacer anuncios”.
El edil alteano, eso sí, adelanta que la iniciativa que ahora se ha planteado no prevé, al menos por los datos que se les han facilitado, retomar “el proyecto original que planteaba la creación de una vía rápida de circunvalación de Altea y l’Alfàs del Pi. Se trataba de un enlace que partía desde el cementerio de Benidorm hasta, más o menos, la altura de la Iglesia Ortodoxa de Altea enlazando en ambos puntos con el trazado de la N-332”.
El proyecto original, que data de finales de la década de los 90, contó con una fuerte oposición en toda la comarca
Rechazo ciudadano
Zaragozí añade que aquella solución “era algo muy similar a la variante de La Vila y en la que Altea contaba con un enlace bueno en la parte del Monthaud, donde se ubicará nuestra futura zona industrial; pero ya no tenía más hasta Altea la Vella”. Una propuesta que contó con una oposición muy fuerte en Altea por varios motivos.
El principal, por la afección brutal que suponía sobre el territorio, ya que se separaba más de lo deseado de la autopista y, al tener mucho ancho, afectaba a una gran cantidad de viviendas. Además, hacía mucho daño en la zona de Altea la Vella, que es muy densa en cuanto a construcción”.
“Desde Altea se elevaron más de mil alegaciones contra ese proyecto. Una oposición que no sólo fue de la población, sino que se celebró un pleno municipal en el que todos los grupos políticos del momento, que eran más o menos los mismos que ahora, se opusieron por unanimidad”, subraya Zaragozí.
Aunque todavía no se conocen los detalles, todo indica que la nueva propuesta será más amable con el territorio
Una solución más amable
El edil de la Villa Blanca reconoce que “no sé si fue por ese motivo o por cuestiones presupuestarias, pero el proyecto se paralizó y el Ministerio le dio carpetazo. Ahora, y aunque no conocemos los detalles, parece ser que está trabajando en algo más amable que da la sensación que tendría menos afección sobre el territorio”.
Ante la falta de concreción en los detalles, el equipo de Gobierno alteano ya ha mantenido “una reunión con el resto de grupos políticos del municipio para explicarles que, aunque no conocemos el proyecto, sí existe esa intención por parte del Ministerio de Fomento de volver a trabajar sobre ello”.
Enlace sur de la autopista
A la vez, han solicitado a Fomento “que nos de su idea general, aunque sólo sea un boceto, para hacernos una imagen”, pero se insiste en que “hasta que se nos informe, y a falta de una propuesta mejor, lo que seguimos defendiendo como la mejor opción para el municipio es el enlace sur con la autopista”.
Una propuesta, la de utilizar la ya liberalizada AP-7 como circunvalación, que “plantea una entrada en el punto en el que confluyen los lindes de los términos de Altea, l’Alfàs del Pi y La Nucía, ya que es una zona donde no hay construcciones en ninguno de los tres municipios. Ese enlace nos traería un ramal a Altea cruzando la zona de Monthaud”.
La liberalización de la autopista no ha restado presión al tráfico interno que circula diariamente por el Carrer La Mar
Negativa de Fomento
Zaragozí recuerda que “es un proyecto que se comenzó a valorar cuando la autopista todavía era de pago y que a nosotros nos solucionaba la problemática porque nos daba tres entradas al pueblo: por la zona industrial, por la zona alta y por Altea La Vella, que es la ya existente, y lo hacía con un destrozo mucho menor del territorio”.
Y aunque “la Conselleria había llegado a aprobar ese proyecto y estaban dispuestos a financiarlo”, todo hace indicar que nunca se convertirá en realidad, ya que “el Ministerio nos ha dicho ahora que se opone a que se ‘pinche’ más veces la autopista”.
Desde el Ayuntamiento quieren ser muy cautos para no generar polémicas antes de tiempo entre los afectados
Vía rápida entre capitales
Los motivos alegados desde Madrid para ello son que “consideran que la AP-7 es una vía rápida de conexión de València con Alicante, no de distribución de tráfico entre los pueblos vecinos. Argumentan, y eso es cierto, que cuantos más enlaces hay, más se ralentiza la vía”, subraya Zaragozí.
Pese a ello, el edil alteano sigue defendiendo esa solución no sólo por su impacto sobre el territorio, sino también porque “lo que teorizábamos nosotros es que, con la inversión que supone la creación de una circunvalación, se podría crear un tercer carril por sentido en la AP-7 a su paso por Altea y, así, poder hacer esos enlaces”.
Una liberalización con trampa
Dicho eso, Zaragozí también reconoce que las expectativas que se pusieron sobre el impacto que tendría la liberalización de la autopista sobre las vías tradicionales ha sido menor del esperado. “Los ciudadanos de la comarca siempre defendimos que la liberalización de la AP-7 iba a solucionar los problemas de movilidad entre municipios, pero resulta que estábamos equivocados. Se ha rebajado un poco, pero el tráfico interno de Altea sigue siendo muy grande”.
Una realidad de la que en su momento alertó la patronal hotelera HOSBEC y que el ayuntamiento de Altea, como el resto de administraciones y la inmensa mayoría de asociaciones de todo tipo de la comarca, negó ante la consecución de una de sus grandes reivindicaciones históricas. Sin embargo, la negativa de Fomento a ‘pinchar’ más veces ese vial ha supuesto un frío y duro baño para todos.
El gobierno local sigue defendiendo que la salida sur desde la AP7 sería la mejor solución para el municipio
El bulevar, a la espera
Una realidad que ha obligado, al menos de momento, a guardar en el cajón la propuesta de convertir el Carrer La Mar, denominación que recibe la N-332 a su paso por el casco urbano de Altea, en un bulevar.
Zaragozí reconoce ahora que aquel anuncio se realizó, quizás, de forma algo precipitada y que, tal y como ya se analizó en este mismo medio, habría que haber esperado a conocer el impacto real que la liberalización de la autopista pudiera tener sobre el tráfico interno en Altea. Sobre todo, teniendo en cuenta que, incluso a día de hoy, esos datos siguen estando muy desdibujados por el descenso en la movilidad que ha provocado la pandemia.
Proyecto condicionado
El concejal alteano explica que aquel “era un proyecto que estaba condicionado a varias cuestiones. En primer lugar, a la liberalización de la autopista. En segundo lugar, a la creación de ese enlace sur que ya he explicado. Y, por último, a la posibilidad de que existiera una vía alternativa. Una ronda interior que seguimos manteniendo en nuestro Plan General de Ordenación Urbana entre otras cosas porque el Ministerio nos obliga a crear una alternativa al actual trazado de la N-332. Esa ronda que te obligan a dibujar, nosotros la dibujamos por debajo de la autopista”, explica Zaragozí.
Con todo ello, el concejal de la villa blanca se rinde a la evidencia de que “si queremos convertir la actual carretera en un bulevar, los coches tienen que poder pasar por algún sitio… es algo que veo a largo plazo. Sin enlace sur y sin una vía alternativa, es inviable”.
El proyecto de crear un bulevar en la N-332 a su paso por Altea queda, por el momento, aparcado
Afección comarcal
Toda esta situación, en cualquier caso, no sólo afecta a Altea, sino que también tiene sus ramificaciones en los municipios de Benidorm y l’Alfàs del Pi, las otras dos poblaciones por las que, en su día, iba a transitar el proyecto original de la variante de la villa blanca y que, como en el caso alteano, se opusieron frontalmente al mismo.
Hoy en día, la capital turística ya cuenta con una circunvalación adaptada a sus necesidades, aunque la polémica se mantiene ya que, tras dos intentos en ese sentido, Fomento sigue negando la cesión de la N-332 a su paso por Benidorm al Ayuntamiento, algo que sí ha hecho en l’Alfàs del Pi y en Altea.
En l’Alfàs del Pi el asunto es, incluso, más peliagudo ya que el consistorio mantiene sus reticencias respecto a la propuesta alteana de ‘pinchar’ la AP-7 para contar con un acceso sur mientras que, sin manifestar una opinión clara hasta conocer más detalles, sus responsables reconocen en privado que su postura respecto a una variante permanece inalterada respecto a la que era en aquellos años 90.
Momento decisivo
Con todo, y esto sí es algo que se reconoce desde los tres ayuntamientos, se coincide en que el momento de tomar una decisión se acerca y que, sea la que sea, siempre habrá vecinos que se vean perjudicados por ella. Lo que tratan ahora desde Benidorm, l’Alfàs del Pi y Altea es que ese impacto, tanto sobre las propiedades privadas como sobre el terreno, sea el menor posible.
Y todo ello, en una época en la que se está fomentando el uso de medios de transporte alternativos al coche y, sobre todo, en la que la comarcalización de servicios e infraestructuras parece unir a gobiernos de muy distinto signo político, que saben que el futuro a largo plazo de la comarca pasa por una cada vez mayor proximidad de las tramas urbanas de sus pueblos y ciudades.