La implantación en la Comunitat Valenciana de la tasa turística amenaza, como siempre ha ocurrido cada vez que el recurrente tema ha tomado cierto protagonismo, a abrir una seria crisis en el seno del Botánic. No es ningún secreto que las sensibilidades en el Consell respecto al asunto son muy encontradas, con Compromís apostando por su implantación y el PSPV-PSOE templando los ánimos.
Sin embargo, esa relativa ambigüedad con la que se lanzan y contrarrestan los mensajes provenientes del ejecutivo autonómico choca claramente con el frontal y masivo rechazo que la tasa turística genera entre un sector muy tocado tras los dos largos años de pandemia, la sociedad; que vive en gran parte del turismo y a la que le asusta cualquier medida que pueda desincentivar la llegada de visitantes; y las propias administraciones locales, que en su inmensa mayoría tampoco apoyan la llegada de la tasa.
Los hoteleros recuerdan que en estos dos años han sufrido pérdidas que han llegado al setenta por ciento
No ahora y no nunca
Muy claro ha sido al respecto el alcalde de Benidorm, Toni Pérez. El primer edil del gran buque insignia del turismo valenciano no quiere ni oír hablar de la implantación de una tasa turística. Ni ahora, ni nunca.
Pérez, además, se ha alineado plenamente con el principal, si no único, generador de empleo de su ciudad y entra en el campo de la semántica para asegurar que el modelo propuesto por una de las mitades del Consell no es una tasa, sino un impuesto.
Es un matiz importante, ya que, como se insiste desde los ayuntamientos de los principales destinos turísticos -coincidiendo plenamente con el análisis de los empresarios-, la del turismo es una de las pocas industrias que no se puede deslocalizar y, por lo tanto, ya cumple con creces con sus obligaciones tributarias.
Movilización social
La patronal hotelera HOSBEC, la más importante del sector en la Costa Blanca y en la Comunitat Valenciana, lleva mucho tiempo argumentando sus motivaciones contrarias a la tasa turística, pero ha sido ahora cuando ha dado una nueva vuelta de tuerca en su estrategia poniendo en marcha, a principios del pasado mes de febrero, la campaña #Noalatasaturística.
La iniciativa se basa en una agresiva ofensiva a través de redes sociales como herramienta de promoción de una plataforma de recogida de firmas que en apenas unas semanas de funcionamiento ha conseguido reunir casi tres mil firmas de empresas, instituciones, entidades, profesionales y particulares a través de la página web habilitada a tal efecto.
HOSBEC ha dado un nuevo paso y ha creado una plataforma de oposición a la tasa turística
El momento menos oportuno
Desde HOSBEC se destaca e insiste en que ese apoyo representa a un amplio espectro económico y social de toda la Comunitat Valenciana que, con sus firmas, ha respaldado un manifiesto en defensa del sector turístico reclamando al Consell que “pare y deje sin efecto el acuerdo para crear un nuevo impuesto a las estancias turísticas que va a afectar a toda la cadena de valor del ecosistema turístico de la Comunitat”.
Todos los firmantes hacen suya una reivindicación que los impulsores de la misma basan en que “los datos de pérdidas del sector por la pandemia hacen que este sea el momento más inoportuno y descabellado para plantear una iniciativa como esta subida de impuestos”.
Impuesto y no tasa
Así, la asociación hotelera considera que “con pérdidas del setenta por ciento en 2020, del cincuenta en 2021, un cuarenta del empleo sin recuperar y un endeudamiento que puede comprometer el futuro financiero a corto y medio plazo, ningún gobierno responsable podría poner en marcha un impuesto tan innecesario como imprudente”.
Y esa es, precisamente, una de las principales armas esgrimidas por HOSBEC y por todos aquellos que se muestran contrarios a la iniciativa de Compromís: insistir que no se trata de una tasa, sino de un impuesto. Aunque mucho más complicada de explicar desde el plano técnico, es el alcalde de Benidorm quien mejor resume y simplifica la diferencia al recordar que una tasa es “algo que se paga para costear un servicio concreto, como la basura o el agua”, mientras que un impuesto no es más que un ingreso más, no finalista, para las arcas públicas.
Desde el sector se insiste en que no se trata de una tasa, sino de un impuesto
Comprometiendo el futuro
La secretaria general de HOSBEC, Nuria Montes, se ha mostrado categórica al afirmar que con la implantación de la tasa turística “es como si el Botánic acordara poner en marcha un nuevo impuesto a todos los coches que se fabriquen en la Comunitat Valenciana, comprometiendo el futuro de la factoría Ford en la situación tan delicada que están viviendo”.
Según la secretaria general de HOSBEC, “eso es exactamente lo que están intentado hacer con el turismo de la Comunitat”.